"Queremos encontrar terapias contra tumores que los laboratorios no investigan"
?Puede un laboratorio p¨²blico espa?ol conseguir un nuevo medicamento contra el c¨¢ncer antes que una gran empresa farmac¨¦utica? James R. Bishoff, uno de los m¨¢s reputados expertos del mundo en la b¨²squeda de medicamentos antitumorales, cree que s¨ª. Por eso ha aceptado dejar el laboratorio de investigaciones oncol¨®gicas de la farmac¨¦utica francesa Aventis Pharma para dirigir el departamento de terapias experimentales del Centro Nacional de Investigaciones Oncol¨®gicas (CNIO), en Madrid.
Californiano de 46 a?os, tendr¨¢ a su cargo un equipo de 50 bi¨®logos y qu¨ªmicos m¨¦dicos que trabajar¨¢n para obtener nuevas terapias oncol¨®gicas. "Mi mujer, espa?ola, falleci¨® de c¨¢ncer de mama. Por eso tengo un inter¨¦s personal en ayudar a curar la enfermedad", explica. Bishoff tiene en su haber cuatro patentes de medicamentos contra el c¨¢ncer y ha dirigido los departamentos de f¨¢rmacos antitumorales de tres de las m¨¢s importantes compa?¨ªas del sector: Aventis Pharma, Pharmacia y Pfizer.
"Podemos competir con las grandes empresas. Nuestro objetivo es encontrar un nuevo anticancer¨ªgeno en cinco a?os"
"En el CNIO la investigaci¨®n est¨¢ dirigida por la ciencia, y no por cu¨¢nto dinero se va a ganar, como en las farmac¨¦uticas"
Pregunta. ?C¨®mo le ha seducido el director del CNIO, Mariano Barbacid, para que deje su lucrativo trabajo en Aventis Pharma?
Respuesta. El CNIO es un centro puntero y con buena financiaci¨®n, pero lo m¨¢s importante es que aqu¨ª no hay que preocuparse de la pol¨ªtica comercial como en una empresa privada. La investigaci¨®n est¨¢ dirigida por la ciencia, y no por cu¨¢nto dinero se va a ganar. Encontrar nuevos tratamientos no es como ensamblar coches. En mi etapa en empresas privadas he sufrido hasta cinco fusiones de compa?¨ªas en cinco a?os, y cada vez que hay una fusi¨®n tienes que dejar muchos programas de investigaci¨®n porque los nuevos jefes quieren aplicar sus ideas. Si fallamos aqu¨ª, ser¨¢ culpa nuestra y no de una decisi¨®n tomada en Nueva York, a miles de kil¨®metros.
P. Cuesta creer que un laboratorio p¨²blico espa?ol pueda competir con el de una gran compa?¨ªa farmac¨¦utica...
R. Por supuesto que podemos: tenemos la mejor infraestructura, gente que ha trabajado antes en laboratorios privados, equipos muy avanzados. Nuestros laboratorios de qu¨ªmica m¨¦dica van a ser de primera clase. Tenemos adem¨¢s otra ventaja: en el CNIO, el ensayo en ratones es excelente. Esa es una de las debilidades de la industria. Aqu¨ª tenemos muy buenos modelos de c¨¢ncer en roedores, mientras que en las grandes compa?¨ªas se han probado muy buenas drogas en malos modelos animales, que se parecen poco a los humanos.
P. ?Hay alg¨²n otro centro p¨²blico que se halle a la altura de este de terapias experimentales?
R. En Espa?a somos ¨²nicos porque tenemos masa cr¨ªtica: un buen n¨²mero de bi¨®logos y qu¨ªmicos concentrados en un departamento, y no cinco aqu¨ª y cuatro all¨¢ como pasa en las universidades. En Europa, nuestro principal competidor es el Centro de Investigaci¨®n contra el C¨¢ncer del Reino Unido, que de momento es mejor porque lleva m¨¢s tiempo funcionando.
P. ?Qu¨¦ plazo se da para encontrar un nuevo medicamento contra el c¨¢ncer?
R. Tenemos que encontrar algo bueno en cinco a?os. Si no, es que hemos hecho mal nuestro trabajo.
P. El dinero de una posible patente, ?ser¨¢ p¨²blico?
R. S¨ª, lo que se pueda conseguir de la venta de licencias de nuevos medicamentos revertir¨¢ en el centro. La idea es lograr que este instituto sea autosuficiente econ¨®micamente. Queremos descubrir drogas tan eficaces como Gleevec, de Novartis, que ataca mutaciones espec¨ªficas de la leucemia, pero que sirve tambi¨¦n para otros tumores. Es nuestro paradigma. Si conseguimos algo parecido podremos estar satisfechos.
P. ?En qu¨¦ tipo de c¨¢ncer se van a centrar?
R. M¨¢s que en un tipo de c¨¢ncer concreto, nos vamos a centrar en las modificaciones gen¨¦ticas implicadas en los tumores de peor prognosis. Queremos encontrar terapias que no se est¨¢n investigando en las compa?¨ªas. Las farmac¨¦uticas est¨¢n interesadas en tratamientos para los c¨¢nceres m¨¢s habituales porque as¨ª pueden vender m¨¢s medicamentos. Nuestra premisa es estudiar los c¨¢nceres menos rentables y con menos posibilidades de curaci¨®n
P. ?Por ejemplo?
R. Por ejemplo, el c¨¢ncer de p¨¢ncreas. Hoy, el 90% de los pacientes diagnosticados mueren antes de cinco a?os. El ¨²ltimo medicamento aprobado para este tipo de tumor consigui¨® reducir la tasa de fallecimientos en el primer a?o del 81% al 76%, pero son todav¨ªa demasiados enfermos sin posibilidad de curaci¨®n. Primero tendremos que encontrar el punto d¨¦bil del c¨¢ncer en el que incidir y despu¨¦s desarrollar esas variaciones gen¨¦ticas en ratones para tratar de encontrar la forma de incidir en ellas.
P. ?Cu¨¢ndo trabajar¨¢n a pleno rendimiento?
R. Tenemos ya unas 25 personas trabajando, y el resto, hasta 50, van a ir llegando durante este a?o. Los laboratorios de biolog¨ªa ya est¨¢n preparados y el de qu¨ªmica m¨¦dica lo estar¨¢ a finales de marzo. Tenemos unos 30.000 compuestos qu¨ªmicos, una especie de librer¨ªa que trataremos de combinar para obtener los nuevos f¨¢rmacos.
P. ?C¨®mo prev¨¦ que ser¨¢ el tratamiento del c¨¢ncer en 10 o 15 a?os?
R. Habr¨¢ tratamiento personalizado y gen¨¦tico del c¨¢ncer. Usted y yo podemos tener ambos c¨¢ncer de garganta y reaccionar de manera completamente diferente a los medicamentos disponibles porque en cada caso la enfermedad puede implicar diferentes modificaciones gen¨¦ticas. En 10 o 15 a?os deber¨ªamos llegar a un paradigma parecido al del VIH: sigue existiendo la enfermedad, pero se convierte en cr¨®nica gracias a los medicamentos. Va a ser muy complicado porque el c¨¢ncer es como un terrorista dentro del cuerpo. Es dif¨ªcil eliminarlo del todo, ya que suelen escaparse unas pocas c¨¦lulas tumorales que se acantonan en otra parte del organismo para volver a atacar.
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