Un historiador 'cazatesoros'
La Guardia Civil desmantela una red que expoliaba restos arqueol¨®gicos submarinos
"Todo el mundo en el Archivo de Indias de Sevilla sabe desde hace a?os a lo que se dedica Claudio Bonifacio. Tiene su ficha como investigador de naufragios abierta al menos desde mediados de los a?os ochenta", cuenta un archivero, que prefiere guardar el anonimato, tras enterarse de que la Guardia Civil ha detenido al historiador por un supuesto delito contra el patrimonio. "Poseo m¨¢s informaci¨®n que el Archivo de Indias y la Biblioteca Nacional", dicen que les confes¨® Bonifacio a los agentes que han participado en la segunda fase de la llamada Operaci¨®n Bah¨ªa II. "Y yo me lo creo, porque es una de las personas que m¨¢s documentos sobre nav¨ªos han le¨ªdo", asegura el archivero.
Bah¨ªa II es una operaci¨®n dirigida por el Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 4 de C¨¢diz, que ha conseguido desmantelar una red dedicada supuestamente al expolio de restos arqueol¨®gicos submarinos. Claudio Bonifacio manifest¨® en una entrevista a El Correo de Andaluc¨ªa en febrero que su profesi¨®n es naufr¨®logo, y dijo: "Los datos est¨¢n ah¨ª, al servicio de quien sepa encontrarlos e interpretarlos. Y si pagan por ello, ?por qu¨¦ no aprovecharlo?".
La investigaci¨®n se inici¨® al detectarse la venta de ca?ones en el extranjero
Un informador les facilitaba datos de la Biblioteca Nacional y del Archivo de Indias
Bonifacio cont¨® que el negocio est¨¢ en decadencia y que son pocos los cazatesoros que se embarcan en estas operaciones por temor a recibir palos de las autoridades que est¨¢n m¨¢s alerta. Explic¨® que a ¨¦l le contratan terceras personas y estim¨® que los barcos que hay fichados en la costa andaluza pueden guardar 800 toneladas de oro y 12.000 de plata.
Claudio Bonifacio es italiano. Vive en el sevillano barrio de Triana desde hace dos d¨¦cadas y quienes le han tratado aseguran que ha pasado apuros econ¨®micos. Los agentes han encontrado en su casa ordenadores y miles de fichas manuscritas, cartas n¨¢uticas y datos sobre galeones y naves hundidos por medio mundo, desde China a Florida pasando por Madagascar y las costas espa?olas y portuguesas. ?l es uno de los siete detenidos, y luego puestos en libertad, por formar parte presuntamente de un grupo perfectamente organizado y dirigido por un ciudadano americano identificado pero todav¨ªa no detenido, cont¨® Rafael P¨¦rez, el portavoz de la VI Comandancia de la Guardia Civil con sede en Sevilla. Otras dos personas han sido imputadas, pero no llegaron a ser detenidas, explic¨®.
Los investigadores suponen que el trabajo de Bonifacio consist¨ªa en vender la informaci¨®n que durante a?os ha logrado en la Biblioteca Nacional o en el Archivo de Indias. "Es una joya haber encontrado a este historiador cazatesoros. Le hemos quitado 20 o 30 a?os de trabajo", dijo P¨¦rez. La primera fase de esta operaci¨®n -que se desarroll¨® en el pasado febrero en C¨¢diz- fueron requisadas dos embarcaciones que la red hab¨ªa trasladado a la bah¨ªa gaditana. Las naves dispon¨ªan de un laboratorio para limpiar el material, y contaban con equipos de buceo de ¨²ltima generaci¨®n.
En esta ocasi¨®n, la Guardia Civil ha descubierto tambi¨¦n a un submarinista profesional de Algeciras (C¨¢diz) y a otros individuos en Madrid, Ciudad Real y Murcia, que se dedicaban a solicitar los permisos para que un barco pudiera buscar los tesoros en la bah¨ªa gaditana. Para ello, se apoyaban en empresas legales constituidas en terceros pa¨ªses. Realmente lo que ped¨ªan eran solicitudes para buscar sedimentos marinos, aunque lo que hac¨ªan los barcos eran "catas" de b¨²squeda para futuros saqueos marinos.
Bonifacio tiene una p¨¢gina en Internet y tecleando su nombre se le identifica como un historiador espa?ol, especializado en tesoros y buques hundidos. Tres mil barcos censados se pueden localizar entre sus papeles, hoy en manos de la Guardia Civil. Nuestra Se?ora del Rosario era un gale¨®n portugu¨¦s que se perdi¨® en 1647 al explotarle la p¨®lvora que guardaba en un combate con los holandeses en Brasil. En 1654 naufrag¨®, en Ecuador, el Jes¨²s Mar¨ªa, un nav¨ªo capitana de la flota de Francisco de Sosa. El Esp¨ªritu Santo era un gale¨®n espa?ol capitaneado por ?lvaro de Mendoza y Z¨²?iga, que desapareci¨® en 1680 en las costas australianas. Es s¨®lo un ejemplo de toda la informaci¨®n que pose¨ªa el detenido.
El juzgado ha ordenado cuatro registros domiciliarios donde han hallado, en Madrid, una bala de ca?¨®n del siglo XVII, cartas n¨¢uticas y n¨²meros restos arqueol¨®gicos; en Cabo de Palos (Murcia), platos y recipientes en una vivienda que proceden de expolios submarinos y en Algeciras, un robot de filmaci¨®n submarina por control remoto con capacidad para trabajar a una profundidad de 500 metros.
La investigaci¨®n se inici¨® cuando la Guardia Civil detect¨® que se vend¨ªan ca?ones antiguos en el mercado internacional.
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