La rambla de Bamako
Ni malaria ni la falta de un visado que no llega a tiempo ni esos malos augurios que le recomiendan no viajar precisamente en los d¨ªas de la gira: esta vez Toumani Diabat¨¦ aterriz¨® sin problemas en Europa para mostrar la realizaci¨®n de un sue?o. Y fue generoso en el esfuerzo con dos horas y media de actuaci¨®n.
Balaf¨®n y djemb¨¦ [tambor de madera en forma de c¨¢liz del oeste de ?frica] arrancaron un baile al que se sumaron una guitarra el¨¦ctrica de sonido t¨ªpicamente africano y esas voces malienses que llegan a erizar el vello.
Este proyecto de orquesta de Toumani Diabat¨¦ -y ya ¨²nicamente eso justificar¨ªa su existencia-, transmite la imagen de una ?frica creativa, tremendamente musical, capaz de generar arte desde el ingenio y la perseverancia, a pesar de las muchas carencias materiales. Quiz¨¢ pueda contribuir a modificar esa idea de ?frica como sin¨®nimo de sida y pateras. Diabat¨¦ se pregunt¨® -y quiz¨¢ no estar¨ªa de m¨¢s que pens¨¢ramos en ello- por qu¨¦ los medios de comunicaci¨®n no sacan a esos hombres blancos que viajan a ?frica para organizar o participar en su expolio.
Toumani Diabat¨¦'s Symmetric Orchestra
Toumani Diabat¨¦ (kora), Kass¨¦ Mady Diabat¨¦, Soumaila Kanout¨¦ y Mamadou Kouyat¨¦ (voz), Fod¨¦ Lassana Diabat¨¦ (balaf¨®n), Ganda Tounkara (guitarra ngoni), Mohamed Coulibaly (tambor sabar), Boubacar Diabat¨¦ (djemb¨¦), Alhassane Kanout¨¦ y Fanta Mady Kouyat¨¦ (guitarra el¨¦ctrica), S¨¦kou Kant¨¦ (bajo), Mamadou Fofaza (teclado) y Fod¨¦ Kouyat¨¦ (bater¨ªa). II Festival Integrarte. Teatro Alb¨¦niz. Madrid, 5 de mayo.
Pero hay m¨¢s: el intento por reconstruir la cultura del antiguo imperio mandinga, un espacio com¨²n antes de que lo desmembraran la colonizaci¨®n francesa y brit¨¢nica. Y para ello ha organizado una orquesta que se inspira en aquellas grandes formaciones de los primeros a?os de independencia de Mal¨ª como la Rail Band y los Ambassadeurs o la guineana Bembeya Jazz.
Todos los m¨²sicos de la Symmetric proceden de los pa¨ªses -Mal¨ª, Senegal, Burkina Faso...- que ocupan lo que un d¨ªa fue una federaci¨®n de pueblos mand¨¦. Tambi¨¦n es un encuentro entre generaciones y el de la m¨²sica moderna con la tradicional. El trabajo le ha tomado a Toumani Diabat¨¦ 15 a?os de su vida y siente casi tanta felicidad como alivio, porque le ha costado muchos sudores. El maliense se proclam¨® en Madrid Carmona, Habichuela y Sordera. Y a Pepe Habichuela, presente en el teatro, le llam¨® padre. Se refiri¨® a Songhai, los dos discos que grab¨® con Ketama y el bajista Danny Thompson, con producci¨®n de Mario Pacheco, Joe Boyd y Lucy Dur¨¢n, que contribuyeron hace 18 a?os a abrir las puertas a eso que se ha llamado world music. Y pidi¨® un minuto de silencio en memoria de Xavier Rekalde, que se dej¨® la vida la madrugada del jueves en un accidente de carretera: un personaje ¨²nico en la cr¨ªtica musical, que contribuy¨® a la difusi¨®n y mejor conocimiento de los ritmos africanos.
M¨²sica luminosa y c¨¢lida la que ofreci¨® esta orquesta panafricana y que ha quedado registrada en el disco Boulevard de l'ind¨¦pendance, de la compa?¨ªa brit¨¢nica que desempolv¨® a los viejitos cubanos en Buena Vista Social Club y reuni¨® a Ry Cooder con Ali Farka Tour¨¦ -el ¨²ltimo disco del fallecido guitarrista maliense es precisamente una grabaci¨®n con Toumani-. No todos los miembros de la Symmetric Orchestra -los viernes por la noche tocan en el Hogon, un club de Bamako- viajan al extranjero, porque no hay cuenta de promotor que lo resista.
Toumani Diabat¨¦ es la 71? generaci¨®n de una dinast¨ªa. Su padre, el maestro Sidiki Diabat¨¦, recibi¨® la kora de su padre, que a su vez la ten¨ªa del suyo. Cascadas de notas cristalinas caen de ese instrumento que ¨¦l toca como los dioses. Quiso contar que el arpa-la¨²d de 21 cuerdas es el s¨ªmbolo de la cultura mandinga. Para explicar que cumple con tres funciones simult¨¢neas -bajo, acompa?amiento e improvisaci¨®n-, toc¨® Jarabi, una canci¨®n de amor del primer Songhai. En el idioma m¨¢s universal: la m¨²sica.
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