La estrella de Varig se desvanece
La aerol¨ªnea recorta flota y rutas a la espera del milagro en forma de comprador o de subvenci¨®n
La compa?¨ªa a¨¦rea brasile?a Varig sigue volando, aunque cada vez con menos aviones, cubriendo menos rutas y transportando menos pasajeros. Mientras tanto, sus compromisos siguen creciendo soportando cada vez m¨¢s deuda, m¨¢s presiones y m¨¢s amenazas. La empresa corre contra el tiempo, buscando la ¨²nica salida que le queda: un milagro. O, en ¨²ltimo caso, un comprador.
En un mismo d¨ªa -el jueves, 27 de abril- dos noticias cruciales y encontradas, en Brasil y Nueva York, reflejaron bien la situaci¨®n en la que vive, o sobrevive, Varig.
Varig debe a sus acreedores 3.500 millones de euros y ha dejado un agujero de 450 millones en el fondo de pensiones de sus empleados
El gestor brasile?o de aeropuertos le exige un pago diario de 350.000 euros por uso de sus instalaciones si quiere que sus aviones despeguen
En Brasil, una notificaci¨®n judicial le exige el pago inmediato de 134 millones de reales (50 millones de euros) a Infraero, compa?¨ªa estatal que administra los aeropuertos. Infraero, ese mismo d¨ªa, anunci¨® que a partir de ahora cobrar¨¢ al contado a Varig 900.000 reales (unos 350.000 euros) diarios por el uso de sus instalaciones y que si el pago no se produce sus aviones no despegar¨¢n.
En Nueva York, el juez Robert Drain, de la Corte de Negocios, acord¨® extender hasta el 31 de mayo la decisi¨®n que impide el arresto, en Estados Unidos, de los aviones de Varig por falta de pago de contratos de leasing. Al menos tres empresas piden la aprehensi¨®n de los aparatos, ya que la deuda de la compa?¨ªa no cesa de aumentar.
El mayor patrimonio negativo
La situaci¨®n es de tal gravedad que sit¨²a a Varig como titular del mayor patrimonio neto negativo entre todas las empresas de capital abierto en Am¨¦rica Latina. Y entre las diez mayores del continente (incluyendo las de Estados Unidos) con patrimonio negativo, Varig ocupa el quinto lugar.
Mientras se entrecruzan informaciones de todo tipo, desde ofertas ins¨®litas por la compa?¨ªa a la hip¨®tesis de una ayuda financiera del Gobierno brasile?o, crece la sensaci¨®n de que el desastre es inevitable. Presionada por la administradora de los aeropuertos de Brasil, Varig dijo, con todas las letras, que no tiene con qu¨¦ pagar.
El presidente de Infraero, Jos¨¦ Carlos Pereira, ha sido escueto en su comentario: "Varig est¨¢ al borde de un precipicio, y nosotros ya hicimos todo lo que era posible por ayudarla".
La deuda total de Varig con Infraero es de 533 millones de reales (unos 200 millones de euros), y corresponde a poco menos de un 10% de su deuda con el Estado brasile?o, principal acreedor (impuestos, previsi¨®n social y otros derechos laborales, m¨¢s el combustible que compra a Petrobras). En contrapartida, la empresa pleitea con el Gobierno en los tribunales cr¨¦ditos por un importe aproximado al de su deuda con el Estado.
Al total de acreedores Varig debe unos 3.500 millones de euros (y esta deuda crece cada d¨ªa). Solamente al fondo de pensiones de sus empleados, intervenido por el Gobierno, la empresa dej¨® un agujero de 450 millones de euros.
Varig, que sigue acumulando p¨¦rdidas, dispone de escaso flujo de caja y suplica para lograr un aplazamiento de tres meses en la exigencia de todos sus compromisos, deambula a la b¨²squeda de un comprador o de un milagro en forma de recursos p¨²blicos. No ha cumplido los compromisos que asumi¨® con sus acreedores al amparo de la ley, pero sigue volando con 54 aviones (hay 20 inoperantes por carencias de mantenimiento). Sus rutas han encogido, la malla de vuelos ha sido dr¨¢sticamente recortada y la competencia mira, con ojos cada vez m¨¢s ¨¢vidos, a la herencia que puede caerles.
Gol, que surgi¨® hace cinco a?os y ocupa el segundo lugar en el tr¨¢fico a¨¦reo dom¨¦stico en Brasil, ya ha empezado a operar hacia diversas capitales suramericanas, aprovech¨¢ndose del vac¨ªo que ha dejado con sus incumplimientos Varig. Su presidente, Constantino Oliveira, reconoce que pueden interesarle los contratos de leasing de Varig, en especial los de los aviones Boeing.
En ese clima de velatorio de quien a¨²n no muri¨® y espera por el milagro de la resurrecci¨®n, lo que m¨¢s salta a la luz son los bastidores de la crisis que abati¨® la que hasta hace una d¨¦cada era la mayor aerol¨ªnea latinoamericana, y hace quince a?os era una de las m¨¢s respetadas en el mundo. Para economistas y administradores de empresas, el caso Varig es referencia en funci¨®n de desastre administrativo y desmandes de gesti¨®n.
Controlada por sus empleados, a trav¨¦s de la Fundaci¨®n Ruben Berta (nombre del fundador de la empresa), Varig dej¨® que sus problemas se multiplicasen mientras esperaba una soluci¨®n salvadora del Estado, sin admitir, en ning¨²n momento, recortes en su plantilla o adaptaciones en la inmensa lista de beneficios laborales, y sin ejercer control de costos.
Varig tiene, en media, 26 pilotos por avi¨®n. TAM, que ocupa el primer puesto en el mercado brasile?o, 13. Para los 54 aviones que mantiene operando, Varig cuenta con 9.400 empleados, de los cuales 1.400 son pilotos o copilotos. El n¨²mero de empleados de TAM es ligeramente superior -9.669, siendo 1.034 pilotos o copilotos-, pero la empresa opera con 81 aviones, un 50% m¨¢s que Varig.
Hasta 2003, cuando empez¨® a hundirse cada vez m¨¢s, Varig ten¨ªa 201 empleados por aparato, mientras que sus competidoras brasile?as ten¨ªan 88 (TAM) y 85 (Gol). Hay cr¨ªticas contundentes al descontrol de costos y crecen las denuncias de mala gesti¨®n y desv¨ªo de dinero. Solamente en caviar servido en primera clase fueron consumidos 6 millones de d¨®lares en 2005, lo que supone que la empresa ofreci¨® caviar en dosis ol¨ªmpicamente generosas y a todos los pasajeros de sus vuelos internacionales. Hab¨ªa adem¨¢s cien empleados con autonom¨ªa para regalar billetes. As¨ª, de desm¨¢n en desm¨¢n, se traza el cuadro de la ruina.
Nueve presidentes
En los ¨²ltimos seis a?os, Varig ha tenido nada menos que nueve presidentes. Y solamente ahora, al borde del desastre total, admite la posibilidad de recortar plantilla.
El presidente que m¨¢s tiempo permaneci¨® en el cargo, Ozieres Silva (2000-2002), considerado uno de los ejecutivos m¨¢s eficaces de Brasil, recuerda que el fundador, Ruben Berta, cuando cre¨® la fundaci¨®n que lleva su nombre, dijo que Varig s¨®lo podr¨ªa desaparecer si sus empleados lo permiten. Ahora, dice Silva, "esas palabras parecen prof¨¦ticas".
Tras el fracaso de todos los planes de recuperaci¨®n arbitrados en los ¨²ltimos a?os, la ¨²nica salida ser¨ªan macizas inyecciones de capital nuevo. El problema es que nadie descubre la fuente de esos recursos, y a cada anochecer la estrella s¨ªmbolo de Varig pierde m¨¢s y m¨¢s luz buscando la mano milagrosa que la salve del precipicio.
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