Inseguridades inform¨¢ticas
El riesgo digital es el que proviene de la creciente dependencia de la tecnolog¨ªa de la informaci¨®n y de los procesos digitales. Si las empresas han implantado cada vez m¨¢s complejos sistemas de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n para automatizar buena parte de sus negocios, los riesgos asociados con ¨¦stos han aparecido y crecido, y abarcan desde las ca¨ªdas y fallos del sistema hasta el filtraje de datos y brechas de seguridad electr¨®nica.
La cantidad de informaci¨®n almacenada es uno de los principales activos de las empresas, de hecho, el 62% de ellas depende, en gran medida, de sus sistemas inform¨¢ticos. Los servidores, Internet, los correos electr¨®nicos, optimizan las comunicaciones, pero hacen cada vez m¨¢s vulnerables las redes y sistemas frente al exterior.
La amenaza digital debe aunar los esfuerzos de los t¨¦cnicos inform¨¢ticos y los gestores de riesgos
Todo ello est¨¢ provocando que los presupuestos en materia de seguridad inform¨¢tica crezcan con factores exponenciales. El 80% de las compa?¨ªas, en ausencia de cobertura espec¨ªfica, han sufrido siniestros, precisando de sus propios fondos para hacer frente a los da?os.
Los principales desperfectos que causa el riesgo digital son el da?o de los materiales (incendio, robo, aver¨ªas internas), con un 24%; los errores humanos (por ejemplo la eliminaci¨®n accidental de datos), con un 14%; y los actos maliciosos (fraude, extorsi¨®n, virus inform¨¢ticos y ataques de los piratas inform¨¢ticos, los hackers), con un 62% del total.
Casi el 60% de las p¨¢ginas web dedicadas a la venta de productos han tenido al menos un ataque anual a sus equipos. En un reciente estudio llevado a cabo con el patrocinio de ACE se puso de manifiesto que el mayor temor de los profesionales ante riesgos de esta naturaleza era que deteriorara la relaci¨®n con los clientes, en primer lugar, y la reputaci¨®n de la empresa, en segundo t¨¦rmino.
Dos ejemplos de siniestros reales dan una buena idea de la amenaza que este tipo de riesgo puede suponer: una compa?¨ªa que ofrece servicios por Internet sufri¨® un uso fraudulento de funciones por medio de una transmisi¨®n de datos por SMS. Los gastos que supuso fueron, en una fase inicial, de 30.000 euros, y a¨²n est¨¢n pendientes de valorar los da?os correspondientes a la p¨¦rdida de imagen, el pirateo de informaci¨®n y la p¨¦rdida de beneficios. Otro caso, el de una importante empresa belga que se vio afectada por un ataque inform¨¢tico mediante un virus, dejando fuera de servicio a 180 servidores y 250 ordenadores. El coste para restablecer el sistema supuso 482.000 euros m¨¢s 100.000 para gastos suplementarios.
La gesti¨®n de esta nueva amenaza digital recomienda aunar los esfuerzos de los responsables de tecnolog¨ªas de la informaci¨®n y de los gestores de riesgos. Las dos partes deben revisar y adaptarse de forma constante a los peligros que crean las cada vez m¨¢s sofisticadas, pero necesarias, tecnolog¨ªas.
El estudio al que antes he hecho referencia tambi¨¦n pon¨ªa de manifiesto que una de las mayores preocupaciones de las empresas era la cada vez mayor sofisticaci¨®n de los hackers y ciberdelincuentes y el hecho de que los ataques digitales continuar¨¢n creciendo. Adem¨¢s, el trabajo m¨®vil, desde varios lugares, las redes inal¨¢mbricas y la telefon¨ªa por Internet no har¨¢n sino aumentar los riesgos.
Las nuevas tecnolog¨ªas han creado nuevas amenazas, lo que significa una constante evaluaci¨®n y adaptaci¨®n de su estrategia de gesti¨®n del riesgo digital. Adem¨¢s de una buena protecci¨®n f¨ªsica y l¨®gica, de la posibilidad del outsourcing y del mantenimiento de copias en lugares seguros, este tipo de riesgos tambi¨¦n se pueden transferir bajo contratos de seguros que pueden ayudar a minimizar los da?os que se pueden causar.
Francisco L¨¢zaro es director de los Ramos T¨¦cnicos y de Energ¨ªa de ACE Espa?a.
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