Desmesura total

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a penas de entre tres y cinco a?os de prisi¨®n a los polic¨ªas que detuvieron a dos militantes del PP en relaci¨®n con el acoso sufrido por el entonces ministro de Defensa, Jos¨¦ Bono, en una manifestaci¨®n convocada por la Asociaci¨®n de V¨ªctimas del Terrorismo celebrada el 22 de enero de 2005. La sentencia produce la misma impresi¨®n de desmesura que ha acompa?ado a todo este episodio. El recurso presentado por los polic¨ªas deber¨ªa permitir dilucidar, de manera m¨¢s clara que la sentencia, si la no culpabilidad de los dos militantes del PP convierte en culpables de un delito de detenci¨®n ilegal a los polic¨ªas.

Hubo desmesura en la actitud de quienes aprovecharon una manifestaci¨®n de v¨ªctimas del terrorismo para atacar de manera desaforada al Gobierno, la hubo en la identificaci¨®n del PP con la extrema derecha por haber secundado esa movilizaci¨®n y la hubo tambi¨¦n en las referencias de portavoces de este partido a "comportamientos propios de la Gestapo" a cuenta de la detenci¨®n de sus dos militantes.

El motivo central de la controversia en el juicio oral fue la propia existencia del hecho mismo de la detenci¨®n. La defensa aleg¨® que lo que hubo fue comparecencia voluntaria de esas personas, a requerimiento policial, para prestar declaraci¨®n tras haber sido identificadas en el v¨ªdeo que grab¨® el incidente. Detenci¨®n implicar¨ªa esposarles, tomarles fotos y huellas dactilares, ingreso en los calabozos u otras medidas que no se dieron en este caso, seg¨²n la defensa. Sin embargo, la sentencia concluye que hubo detenci¨®n porque se instruy¨® de sus derechos a los detenidos y se redactaron unas "diligencias de puesta en libertad", lo que implicar¨ªa que hasta ese momento estaban detenidas. Del relato que hace la propia sentencia lo que se deduce es que los hechos se corresponden con la versi¨®n de la defensa, aunque hubiera confusi¨®n en la forma de tramitar las diligencias.

Relevar al agente inicialmente encargado de las diligencias fue seguramente una torpeza, como lo fue que la Delegaci¨®n del Gobierno hablase de "imputados" en un asunto en el que no intervino el juez, que es el ¨²nico que puede imputar; y fue una necedad que el mismo delegado -que ayer dimiti¨® tras conocer la sentencia- augurara que "pronto habr¨¢ detenciones", lo que, seg¨²n aventura el tribunal, "pudo haber influido en el proceder" de los polic¨ªas. Pero a pesar de todo, parece no ya aventurado, sino sorprendentemente audaz, considerar que no s¨®lo hubo detenciones, sino que ¨¦stas fueron "inmotivadas, arbitrarias y abusivas", y que los agentes las practicaron pese a conocer la "antijuricidad de su conducta".

La polic¨ªa investiga cuando hay indicios de delito. Hubo, como m¨ªnimo, intimidaci¨®n contra el ministro Bono y las personas que le acompa?aban, en un clima de evidente hostilidad. Haber dejado de investigar lo ocurrido habr¨ªa sido una invitaci¨®n a la impunidad. Por eso era l¨®gico tomar declaraci¨®n a las dos personas identificadas como posibles participantes en los hechos, como hacen todas las polic¨ªas de los pa¨ªses democr¨¢ticos. La declaraci¨®n no confirm¨® los indicios y fueron puestas en libertad, tras pasar en total cuatro horas y pico en las dependencias policiales. Convertir este episodio en una prueba de persecuci¨®n pol¨ªtica revela una cierta confusi¨®n sobre lo que esas palabras significan. Y resulta hip¨®crita por parte del PP considerar a los polic¨ªas condenados simples cabezas de turco que pagan por otros, tras haber pedido para ellos, como acusaci¨®n particular, un total de 22 a?os de prisi¨®n.