El Parlamento italiano no logra nombrar al nuevo presidente
El Parlamento italiano dedic¨® ayer una nueva jornada al rito de la votaci¨®n intrascendente. Diputados, senadores y delegados de las regiones pasaron dos veces por las urnas para introducir en la ranura una papeleta en blanco, siguiendo instrucciones de Romano Prodi y Silvio Berlusconi. La elecci¨®n del nuevo jefe del Estado continu¨® en v¨ªa muerta: el centro-derecha se neg¨® a votar al ¨²nico candidato en liza, el poscomunista Giorgio Napolitano, y expres¨® su rechazo con el voto en blanco; el centro-izquierda opt¨® por conceder una segunda jornada de reflexi¨®n a sus rivales a la espera de forjar un consenso amplio en torno a Napolitano y, entre tanto, se mantuvo tambi¨¦n en el blanco.
Empezaron a observarse, sin embargo, algunas grietas en el bloque berlusconiano. Los democristianos de UDC, gente habituada a auxiliar a los vencedores, se declararon dispuestos a votar a Napolitano y, en alg¨²n caso, dispensaron tales elogios a la actitud prudente del centro-izquierda que parec¨ªan ya integrados en la coalici¨®n de Prodi. Berlusconi tuvo que recurrir a toda su autoridad para mantener la disciplina del voto blanco en sus propias filas (o del voto exc¨¦ntrico a los cantantes Ornella Vanoni y Vasco Rossi y el pol¨¦mico dirigente futbol¨ªstico Luciano Moggi) e insisti¨® en que el centro-derecha no pod¨ªa apoyar a un hombre procedente del Partido Comunista. "Nuestros electores jam¨¢s lo entender¨ªan", dijo.
La complicada ceremonia de la elecci¨®n presidencial parec¨ªa acercarse a un desenlace que podr¨ªa llegar hoy mismo, en la cuarta o quinta votaci¨®n, porque en ellas ya no se exige una mayor¨ªa de dos tercios y basta la mitad m¨¢s uno. Prodi orden¨® a los suyos que desde esta ma?ana olvidaran el blanco e hicieran valer su mayor¨ªa votando a Napolitano. Berlusconi dio instrucciones para seguir en el blanco, con la esperanza, remota, de que el centro-izquierda registrara suficientes deserciones como para fallar en el intento de llevar a Napolitano a la presidencia o para reducir a Napolitano a la condici¨®n de presidente de la izquierda. Pero Il Cavaliere necesitaba controlar tambi¨¦n las deserciones en sus propias filas, para evitar una victoria resonante de Napolitano.
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