Un tribunal alem¨¢n condena a cadena perpetua al 'can¨ªbal de Roteburgo'
El asesino conoci¨® a la v¨ªctima en la Red y acord¨® con ¨¦l matarle y grabar escenas de antropofagia
La Audiencia de Francfort conden¨® a cadena perpetua al t¨¦cnico de ordenadores de 44 a?os Armin Meiwes, conocido como el can¨ªbal de Roteburgo, por asesinato, cometido para satisfacer sus instintos sexuales, y profanaci¨®n de cad¨¢ver. El 10 de marzo de 2001, Meiwes mat¨®, con consentimiento de la v¨ªctima, al ingeniero electr¨®nico de 43 a?os Bernd Brandes, tras cortarle el pene e intentar comerlo juntos. Despu¨¦s Meiwes apu?al¨® a Brandes, le cort¨® la cabeza, lo filete¨® y guard¨® la carne en el congelador. Meiwes grab¨® en v¨ªdeo toda la escena, durante la que sigui¨® dirigi¨¦ndose en voz alta al difunto. El asesino y la v¨ªctima se conocieron a trav¨¦s de los foros de canibalismo de Internet.
El tribunal de Francfort revoc¨® ayer en segunda instancia la sentencia de un tribunal de Kassel que hab¨ªa condenado a Meiwes por homicidio a ocho a?os y medio. Los abogados de Meiwes anunciaron que recurrir¨¢n la sentencia ante el tribunal supremo federal alem¨¢n. Consideran los letrados que se trata de un delito de homicidio, penado con s¨®lo cinco a?os, a petici¨®n de la v¨ªctima. El caso podr¨ªa terminar ante los tribunales europeos.
Para las penas de cadena perpetua, el C¨®digo Penal alem¨¢n prev¨¦ una revisi¨®n a los 15 a?os. Despu¨¦s Meiwes podr¨ªa salir en libertad condicional. No obstante, la mayor¨ªa de los condenados a cadena perpetua en Alemania cumplen muchos m¨¢s a?os. El r¨¦gimen federal hace que var¨ªen mucho los criterios de un Estado a otro, pero la media de las cadenas perpetuas est¨¢ en torno a los 20 a?os. En el Estado Libre de Baviera esa media se eleva a 21,84 a?os y se dio el caso de un preso que cumpli¨® 37 a?os de c¨¢rcel.
El caso del llamado can¨ªbal de Roteburgo supera la imaginaci¨®n del m¨¢s osado guionista de pel¨ªculas de horror. El intento de llevarlo al cine concluy¨® de momento con una prohibici¨®n, impuesta por un tribunal a instancias de Meiwes, a una pel¨ªcula basada en los hechos ocurridos el 10 de marzo en la casa de los horrores en las afueras de Roteburgo. La casa ten¨ªa 44 habitaciones y all¨ª viv¨ªan Meiwes y su madre hasta la muerte de ¨¦sta el 2 de septiembre de 1999 a la edad de 77 a?os. Madre e hijo ten¨ªan una relaci¨®n estrecha tras tres matrimonios fallidos de la mujer y la marcha a Berl¨ªn del hermano mayor.
Meiwes se enrol¨® 12 a?os en el Ej¨¦rcito y alcanz¨® el grado de sargento mayor. Tras el final de su carrera militar se especializ¨® en ordenadores y conviv¨ªa con la madre. En su ni?ez ya viv¨ªa Meiwes fantas¨ªas de canibalismo y hablaba con un hermano ficticio al que llamaba Frank. En Internet, el hijo modelo y vecino ejemplar entraba por la noche en las p¨¢ginas de canibalismo. En su ordenador encontr¨® la polic¨ªa recetas de cocina como "h¨ªgado de joven empanado" y "pene al vino tinto".
Antes del encuentro fatal con Brandes, mantuvo Meiwes otros contactos que no llegaron a un final tr¨¢gico por negarse las v¨ªctimas a que las matara.
Brandes trabajaba de jefe de departamento en la empresa Siemens en Berl¨ªn, era hijo de una pareja de m¨¦dicos y su madre muri¨® en circunstancias tr¨¢gicas en un accidente de autom¨®vil. Se sospecha que la m¨¦dica anestesista se suicid¨® al sentirse culpable de la muerte de un paciente. Manten¨ªa Brandes contactos bisexuales: tuvo relaciones con mujeres y tambi¨¦n vivi¨® con un joven que se prostitu¨ªa en las cercan¨ªas de la estaci¨®n Zoo en Berl¨ªn.
Brandes respondi¨® a uno de los anuncios de Meiwes en Internet: "Busco joven, bien constituido que se deje devorar por m¨ª. Se desean fotos expresivas". La cita fatal se realiz¨® en la estaci¨®n de Roteburgo y de all¨ª se dirigieron a la casa de Meiwes que le mostr¨® la sala de la matanza con todos los utensilios. Parece que Brandes se arrepinti¨® y volvieron a la estaci¨®n, pero all¨ª decidi¨® regresar a la casa para culminar el siniestro ritual. Tras ingerir unas 10 pastillas para dormir, procedi¨® Meiwes a amputar el pene de Brandes y cocinarlo. La ingesti¨®n result¨® imposible porque estaba muy duro y casi quemado. A altas horas de la madrugada, Meiwes apu?al¨® a Brandes y le cort¨® la cabeza con la que mantuvo una conversaci¨®n mientras fileteaba el cad¨¢ver. Meiwes enterr¨® los restos que no congel¨® en el jard¨ªn de su casa y ley¨® el salmo 23 de la Biblia, que reza: "El Se?or es mi pastor. Nada me puede faltar".
La polic¨ªa descubri¨® al can¨ªbal por la denuncia de un internauta austriaco que encontr¨® las im¨¢genes del descuartizamiento en la Red. Meiwes no opuso resistencia, llam¨® a su abogado y confes¨® el crimen con todo lujo de detalles. Para entonces ya hab¨ªa comido 20 kilos de la carne de su v¨ªctima que ten¨ªa en el congelador de su nevera. Tras el asesinato de Brandes intent¨® de nuevo Meiwes entablar contactos a trav¨¦s de la Red con personas dispuestas a ser devoradas.
Ayer Meiwes recibi¨® la sentencia con apariencia serena, pero su abogado declar¨® que al regresar a la celda ten¨ªa l¨¢grimas en los ojos.
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