Ritmo y color

El estreno de la Segunda sinfon¨ªa -Nusantara- de David del Puerto (1964) era uno de los momentos m¨¢s esperados de la temporada, sobre todo para quien escuchara el a?o pasado en el Festival de Canarias su magn¨ªfica Primera -Boreas-. La nueva propuesta confirma un dominio de la orquesta que aqu¨ª se hace patente a trav¨¦s de las oleadas de un primer movimiento que une lo implacable del sentido r¨ªtmico a un colorido que remite por momentos a un exotismo a lo Messiaen que se confirmar¨¢ luego con los gui?os al gamel¨¢n indonesio. A eso a?¨¢dase el tratamiento del piano como elemento concertante pero tambi¨¦n en un par de grandes cadencias que son mucho m¨¢s de lo que parecen, toda una glosa al material expuesto. Y la emoci¨®n de la cantilena de las cuerdas y el corno ingl¨¦s o la exaltaci¨®n definitiva de un ¨²ltimo tiempo afirmativo y directo. Formidable m¨²sica que fue estupendamente servida por Ananda Sukarlan y la Orcam bajo la cuidadosa direcci¨®n de Encinar y que no debieran esperar a dar en sus programas las orquestas espa?olas.

Comenzaba el concierto con la Obertura In¨¦s de Castro, de Jos¨¦ Viana da Mota, el compositor portugu¨¦s que fuera pianista de leyenda, una suerte de prolongaci¨®n de las maneras lisztianas, bien escrita y a la que Encinar pareci¨® sacar todo el partido posible. Cerr¨® el programa una buena versi¨®n del Egmont beethoveniano en la que cant¨® con excelente l¨ªnea la soprano Susana Cord¨®n -que debiera mejorar su pronunciaci¨®n del alem¨¢n- y en la que actu¨® como recitador Jos¨¦ Luis G¨®mez, a quien perjudic¨® el uso de la megafon¨ªa en competencia con la percusi¨®n.