Los ¨¢rboles de Sevilla
Todav¨ªa no repuestos de las algarab¨ªas madrile?as en torno al eje Prado-Recoletos y sus inusitados procedimientos de encadenarse a los pl¨¢tanos, parece que hay que rasgarse las vestiduras a toda prisa porque en Sevilla el proyecto de Metrocentro certifica el final de 80 ¨¢rboles (naranjos, arces y pl¨¢tanos de sombra) en la Avenida de la Constituci¨®n y Plaza Nueva.
El proyecto de Metrocentro es, a mi juicio, una de las iniciativas de movilidad sostenible m¨¢s importantes de las que se est¨¢n acometiendo en Andaluc¨ªa. Supera en trascendencia y oportunidad a las de V¨¦lez-M¨¢laga y Granada por tratarse de la capital con el centro hist¨®rico m¨¢s amplio de Europa, que m¨¢s problemas de movilidad tiene. Sevilla aprovecha esta circunstancia para moverse con rapidez hacia la articulaci¨®n del gran territorio metropolitano que ya es, adoptando estrategias de transporte tanto o m¨¢s audaces que las de otras ciudades de su rango, basadas en la combinaci¨®n de modos de transporte y en la multiplicaci¨®n de los accesos, los intercambios y las movilidades peatonales y de transporte p¨²blico, las m¨¢s sostenibles. Metro y Metrocentro, autobuses urbanos e interurbanos, trenes de cercan¨ªas, regionales y AVE van a potenciar una ciudad m¨¢s amable, accesible y cualificada desde el paisaje de sus infraestructuras. La operaci¨®n m¨¢s sensible es la del Metrocentro, porque supone la apuesta m¨¢s arriesgada y m¨¢s moderna en el mejor sentido de la palabra. Mientras otras ciudades se entierran, se tunelan o se soterran a toda costa, Sevilla ofrece una alternativa de transporte en red, que se basa en la circulaci¨®n sostenible por su centro m¨¢s fr¨¢gil y atractivo. Nada que extra?ar en una ciudad que siempre se ha atrevido con la arquitectura y que ha promovido las dos grandes operaciones de transformaci¨®n urbana -las m¨¢s importantes de este siglo- con las exposiciones del 29 y el 92.
Sorprende pues que las obras de adaptaci¨®n de la fisonom¨ªa clave de la ciudad a la infraestructura emblem¨¢tica de su imagen universal que es, sin lugar a dudas, el Metrocentro, que se apoya en los aparcamientos disuasorios, los intercambiadores modales del Prado de San Sebasti¨¢n y en la reducci¨®n del tr¨¢fico autom¨®vil en una buena porci¨®n del ¨¢rea central de Sevilla, se pueda ver enturbiada por una pol¨¦mica, que la autoridad del proyecto t¨¦cnico y la posici¨®n arquitect¨®nica del proyecto de partida son los primeros en asumir. La solvencia del trabajo t¨¦cnico asegura la convivencia de la tecnolog¨ªa con la vida cotidiana, los flujos peatonales con la calidad de vida y la mejora de las infraestructuras, aprovechando que se dota a la ciudad del nuevo recurso de movilidad. La calidad del trabajo arquitect¨®nico de Antonio Gonz¨¢lez Cord¨®n (como asistencia t¨¦cnica de la UTE adjudicataria VS y Sener) para la adecuaci¨®n urbana y arquitect¨®nica consiste, desde el momento mismo de la concepci¨®n, en racionalizar un proyecto que descubre un nuevo perfil de Sevilla y acerca la experiencia de recorrerla en el Metrocentro a la de disfrutarla a pie. El conjunto de trazado, mobiliario, accesos, pasos y cruces, se ha proyectado desde la convivencia de la memoria asimilada a la urbanidad sensible con los elementos fijos. Las farolas, toldos, ¨¢rboles; la luz, la sombra; el espacio servidor de la instalaci¨®n y el espacio dominado por el uso de los vagones como un mobiliario m¨¢s de la ciudad central, se tratan como un espacio de transici¨®n entre el espacio dom¨¦stico de la escala peatonal de Sevilla hacia el de un espacio p¨²blico m¨®vil, en el que se puede transitar como si se estuviera en casa; entendiendo la casa como esa gran casa del centro hist¨®rico, con sus pasillos, corredores y balcones abiertos a una perspectiva de ciudad que se mueve.
Salvo las connotaciones pol¨ªticas, que concurren aqu¨ª, como en el caso del eje Prado Recoletos, y a pesar de que el n¨²mero de ¨¢rboles nuevos que se plantar¨¢n supera en 100 a los que se talar¨¢n o sustituir¨¢n, no existen razones t¨¦cnicas que pongan en discusi¨®n el proyecto. Los restos arqueol¨®gicos y el patrimonio arb¨®reo han de ser cuidados. Pero la construcci¨®n de nuevo patrimonio tambi¨¦n. Y las maneras de conciliarlos est¨¢n -en el proyecto y en la sensibilidad de su ejecuci¨®n-, para m¨ª, suficientemente garantizadas, muy por fuera de las pol¨¦micas pol¨ªticas.
Desde el punto de vista de la arquitectura y la nueva imagen urbana de la ciudad de Sevilla, las obras del Metrocentro suponen la creaci¨®n de un recurso del m¨¢ximo nivel. Tal vez una de las operaciones de m¨¢s trascendencia para identificar los paradigmas de la sostenibilidad urbana tan maltrecha en las ciudades espa?olas. La incoherencia entre la arquitectura de los objetos arquitect¨®nicos de alta calidad emblem¨¢tica y la arquitectura urbana que produce grandes efectos en la calidad de vida mediante recursos espaciales manejados desde las infraestructuras constituyen en nuestro pa¨ªs excepciones que las obras realizadas por el proyecto de adecuaci¨®n urbana de la infraestructura del Metrocentro van a hacerse destacar como signo de una nueva congruencia en el futuro de nuestras ciudades. As¨ª ha pasado en Bilbao, en Barcelona y as¨ª deber¨ªa ocurrir en Madrid.
Christopher Alexander sostiene, en otro sentido, ?claro est¨¢!, que "la ciudad no es un ¨¢rbol". Estos d¨ªas abundan los recuentos de ¨¢rboles y un pu?ado de ¨¢rboles resulta ser un arma, que galvaniza la opini¨®n en un pa¨ªs por lo general arboricida, sirviendo para atacar la vitalidad de la ciudad futura. Nuestra obligaci¨®n, como urbanistas y como ciudadanos, consiste en devolver a las ciudades m¨¢s recursos, m¨¢s ¨¢rboles y mejor colocados, para que las ciudades sean m¨¢s habitables, para que tengan memoria de su tiempo.
Y eso, creemos muchos arquitectos, afecta para bien a los ¨¢rboles de Sevilla; gracias, entre otras cosas, a la actuaci¨®n trascendental del Metrocentro.
Carlos Hern¨¢ndez Pezzi es presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de Espa?a
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