Madres transoce¨¢nicas
Las mujeres predominan en el colectivo ecuatoriano en Catalu?a, formado por cerca de 90.000 personas
Ejercer de madre a m¨¢s de 9.000 kilometros de distancia: ¨¦ste es uno de los principales retos a los que se enfrentan las mujeres ecuatorianas, que configuran la parte mas importante y activa de este este colectivo latinoamericano, que irrumpi¨® con fuerza en Catalu?a a finales de la d¨¦cada de los a?os 1990.
"Viven pendientes de lo hijos que han dejado atr¨¢s, en Ecuador; atentas al tel¨¦fono, administrando los hogares sin dejar de trabajar aqu¨ª. Ellas son las que recuerdan a los peque?os el d¨ªa que deben ir al dentista o al m¨¦dico", asegura la argentina Claudia Pedone, de 39 a?os, doctora en Geograf¨ªa Humana por la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, que acaba de publicar en forma de libro seis a?os de investigaciones sobre la comunidad ecuatoriana en Catalu?a.
Las trabajadoras viven pendientes de los hijos que han dejado en su pa¨ªs de origen
La comunidad ecuatoriana, convertida hoy en el segundo colectivo inmigrante m¨¢s importante de la zona, con cerca de 90.000 personas, constituye la cantera de la que salen la mayor parte de las empleadas dom¨¦sticas y de las cuidadoras de ancianos.
"Este tipo de trabajo otorga a las mujeres emigrantes ecuatorianas una capacidad de ahorro r¨¢pido e importante, pero al mismo tiempo les provoca un desgaste f¨ªsico e emocional considerable, dificult¨¢ndoles asimismo el ascenso social", asegura Claudia Pedone en su estudio, financiado por la Fundaci¨®n Jaume Bofill.
La experiencia acad¨¦mica de esta estudiosa tiene su origen f¨ªsico en la localidad murciana de Totana, en la que aparecen en 1998 los primeros colectivos ecuatorianos, contratados por los empresarios agr¨ªcolas. Espa?a acababa de convertirse en el nuevo destino de las corrientes migratorias ecuatorianas, que hasta entonces hab¨ªan preferido mirar al norte y buscar refugio y trabajo en Jonny, nombre con el que coloquialmente se refieren a Estados Unidos.
"Las dificultades estrat¨¦gicas para llegar a Estados Unidos, unidas al precio abusivo de las mafias de pasadores -chulqueros o tramitadores-, que reclaman cerca de 6.000 euros por cada viajero, propician este nuevo destino. A un precio de saldo, que en aquella epoca apenas llega a 3.000 euros, emprenden una nueva ruta, que incluye como tr¨¢mite obligatorio tres d¨ªas en un hotel de lujo. Es la estratagema escogida por el millar de agencias de colocaci¨®n que act¨²an en Ecuador. La f¨®rmula consigue enga?ar a los aduaneros espa?oles creando la ficci¨®n de que son turistas de lujo. Los trapicheos acabaron con la entrada en vigor de la normativa de Schengen y la imposici¨®n obligatoria de visado.
"Catalu?a y Espa?a son un destino coyuntural, porque la comunidad ecuatoriana contin¨²a so?ando con el espejismo americano", recalca Claudia Pedone, que ha conseguido reconstruir con su trabajo, en Europa y Am¨¦rica, la trayectoria de estos emigrantes.
La experiencia de las mujeres ecuatorianas, que configuran uno de los flujos femeninos de trabajadores extranjeros mas importantes de Latinoam¨¦rica, guarda singulares similitudes con la de otros colectivos de mujeres, especialmente el procedente de Filipinas que ha invadido el mercado laboral de Oriente Medio, incluido Israel.
"Muchas de las trabajadoras ecuatorianas han optado por continuar su trayectoria viajera con un nuevo destino: G¨¦nova. Esta ciudad italiana, una de las ciudades europeas con m¨¢s ancianos, recaba cada vez m¨¢s cuidadoras latinoamericanas", explica la investigadora Pedone.
La aventura espa?ola de las mujeres ecuatorianas ha empezado a provocar importantes modificaciones en la estructura familiar. En muchas ocasiones est¨¢n separadas de los maridos, han dejado a los hijos en manos de los abuelos, provocando su estigmatizaci¨®n, pero d¨¢ndoles al mismo tiempo cierto grado de emancipaci¨®n.
"La mujer ecuatoriana no ha abandonado el proyecto de una reagrupaci¨®n familiar. La mayor parte de los maridos llegaron a partir del a?o 2002 gracias la modificaci¨®n de la Ley de Extranjer¨ªa. El proceso de reconstrucci¨®n es complicado y es dificil", dice Claudia Pedone.
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