Femmes y f¨ºtes
Con las mujeres a la cabeza se han sucedido los acontecimientos en los ¨²ltimos d¨ªas. Carla, Tita, In¨¦s y Els. Entre otras. Escribo tatareando in mente un viejo estribillo de Silvio Rodr¨ªguez ("Me han estremecido / un mont¨®n de mujeres, / mujeres de fuego, / mujeres de nieve") que hubiera cre¨ªdo olvidado desde la adolescencia, pero no, aqu¨ª est¨¢n el estribillo y las mujeres. De fuego, de nieve, de g¨¦nero, de ¨¢rboles, de izquierdas, de m¨²sica.
La primera mujer es Carla, Carla Antonelli. El pasado 26 de abril hab¨ªa anunciado su intenci¨®n de emprender una huelga de hambre si el Gobierno, que ha incumplido sucesivos plazos, no establec¨ªa una fecha concreta para sacar adelante la Ley de Identidad, que permitir¨¢ a las personas transexuales adaptar en sus documentos (tan esenciales para la vida diaria como el DNI) el nombre y el sexo a su "identidad verdaderamente sentida". Ante la postura desesperada de Carla ("yo ya he quemado todas mis naves..."), apoyada por miles de personas en todo el mundo y secundada por muchos otros transexuales espa?oles, el ministro de Justicia, L¨®pez Aguilar, anunci¨® anteayer que la reforma se presentar¨¢ antes del 30 de junio. El Gobierno de Zapatero reacciona as¨ª, una vez m¨¢s, al injusto sufrimiento de una parte de sus ciudadanos, ampl¨ªa el reconocimiento de los derechos humanos y a?ade dignidad a nuestro pa¨ªs.
Decir Izquierda Unida en Madrid es decir In¨¦s Saban¨¦s. Queda dicho
La segunda mujer es Tita, Tita Cervera. Cumpli¨® con su compromiso y all¨ª estuvo el s¨¢bado pasado, defendiendo el hermoso paseo del Prado de la tala criminal y la remodelaci¨®n innecesaria e indeseable. Hab¨ªamos asistido en los d¨ªas previos a un ataque grosero contra su persona por parte de quienes no son capaces de superar el chascarrillo f¨¢cil e idiota, o de quienes que claman tontamente por vizcondes y duques para otras reivindicaciones, cuando lo cierto es que toda campa?a pol¨ªtica o social ha buscado siempre el respaldo de figuras destacadas y medi¨¢ticas.
La respetable baronesa Thyssen nos busc¨® y all¨ª nos encontramos muchos. Si su presencia ha servido para que el Ayuntamiento anuncie un nuevo plazo de alegaciones al proyecto Trapicheros (perd¨®n, Trajineros), agradecida sea.
La tercera mujer es In¨¦s, In¨¦s Saban¨¦s. A t¨ªtulo pol¨ªtico, la suya es la ¨²nica cara reconocible en el ¨¢mbito municipal de IU. En sentido estricto: no s¨®lo es In¨¦s a quien cualquiera, de cualquier signo, dentro y fuera de esta ciudad, identifica con IU, sino que es a In¨¦s a quien los ciudadanos madrile?os que han votado a esta descorazonadora formaci¨®n pol¨ªtica, o se sienten cercanos a su entorno, saben que van a encontrar donde se necesita que est¨¦n los pol¨ªticos, es decir, en los medios y en los plenos, pero, sobre todo, en la calle. Con In¨¦s coincidimos all¨¢ donde vamos, porque ella est¨¢ donde estamos. Que no s¨¦ (ni quiero saber) qu¨¦ extra?os movimientos dentro de la descorazonadora formaci¨®n puedan siquiera plantear otras opciones para la candidatura a la Comunidad de Madrid, nos deja sencillamente perplejos.
Por un lado, porque nos quedamos sin esa representaci¨®n real; por otro, porque la falta de reconocimiento al trabajo incansable de In¨¦s Saban¨¦s s¨®lo demuestra la ausencia, cada vez m¨¢s descorazonadora, de sentido de la oportunidad y de la eficacia pol¨ªticas en una formaci¨®n que necesita, m¨¢s que ninguna, anclajes con su sociedad af¨ªn. Decir Izquierda Unida en Madrid es decir In¨¦s Saban¨¦s. Queda dicho.
La cuarta mujer es Els, Els Pynoo. Lleg¨® el s¨¢bado pasado, justo cuando m¨¢s necesit¨¢bamos una buena fiesta. Al frente de su grupo, Vive la F¨ºte, fue el plato fuerte de verdad de la primera edici¨®n del Femme Festival, que bienvenido sea a impulsar la m¨²sica electr¨®nica hecha e interpretada por mujeres.
Cuando Els sali¨® descalza al escenario en la sala de columnas del C¨ªrculo de Bellas Artes, con su falda de plumas y su corpi?o, comenz¨® una m¨²sica que fue el resorte inevitable para un baile que nos hizo olvidar las deficiencias, comprensibles, en la organizaci¨®n previa a esta actuaci¨®n m¨¢gica y punk.
Hubi¨¦ramos preferido una informaci¨®n m¨¢s precisa sobre la hora del concierto de Vive la F¨ºte, que nos habr¨ªa evitado esperas por otra parte muy bien aprovechadas; hubi¨¦ramos preferido un programa que nos orientara. Pero sali¨® Els y ya no pudimos parar de olvidarnos de esas menudencias.
Luego, cuando tuvimos que parar porque ella se fue para que pudi¨¦ramos sobrevivir a tanta fiesta, hubi¨¦ramos querido sentarnos, pero no hab¨ªa d¨®nde. Que no tengas posibilidad de sentarte en un lugar al que has sido invitada es de p¨¦simo gusto, sobre todo si has pagado casi cuarenta euros y la cosa va para rato.
Pero viva, viva la fiesta. Viva la fiesta con todas sus letras. Con todas.
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