Cl¨ªo
EN CARTA de A?o Nuevo (fragmento) (1 de enero de 1040), el poeta angloamericano W. H. Auden (York, 1907-Viena, 1973), que, tras su frustrante participaci¨®n en la Guerra Civil espa?ola y otros desenga?os pol¨ªticos, se traslad¨® a Estados Unidos, justo en v¨ªsperas de el estallido de la Segunda Guerra Mundial, se atrevi¨® a escribir lo siguiente: "El arte en intenci¨®n es mimesis / pero, una vez hecho realidad, el parecido cesa" y, por tanto, "no puede ser comadrona para la sociedad". No puede serlo, a?ad¨ªa, porque no gu¨ªa el orden vital "una experiencia ya vivida / a trav¨¦s de una convenci¨®n que crea / estados aut¨®nomos absolutos". El poema citado pertenece a una antolog¨ªa al cuidado de Eduardo Iriarte, que acaba de publicarse en edici¨®n biling¨¹e ingl¨¦s-castellano con el t¨ªtulo Canci¨®n de cuna y otros poemas (Lumen).
La creciente desesperaci¨®n de Auden por el curso de los horripilantes hechos, b¨¦licos o no, acaecidos durante la pasada centuria, no le transformaron en un esc¨¦ptico, para cuyo ejercicio estaba, sin embargo, sobradamente dotado. Ni fue esc¨¦ptico, ni, a¨²n menos, un c¨ªnico, aunque odiase la ret¨®rica y la estupidez criminal. Una de las razones para esta actitud se debi¨®, sin duda, a su trasfondo rom¨¢ntico, pero, creo, que la principal fue su constante interpelaci¨®n a la historia, en la que, no obstante, como artista, consideraba no poder influir. En uno de sus poemas, escrito en junio de 1955, Homenaje a Cl¨ªo, musa de la Historia, o, como ¨¦l la llama, "musa del Tiempo", le ruega a ella, tan silenciosa, que perdone nuestros ruidos y nos ense?e nuestros recuerdos, aunque prescinda de leer a los poetas y sea bueno que as¨ª lo haga.
Del imperioso presente al pasado cada vez m¨¢s remoto, no es raro que la perspectiva hist¨®rica de Auden fondease, en uno de los ¨²ltimos poemas que escribi¨®, fechado en agosto de 1973, en la arqueolog¨ªa, disciplina que da t¨ªtulo al mismo. Esta ciencia conjetural ciertamente nos pone a los humanos en nuestro sitio y, seg¨²n Auden, nos proporciona una moraleja: "que todos nuestros libros de texto mienten. / Lo que denominan historia / nos es nada de lo que jactarse, / hecha como est¨¢ / por el criminal que llevamos dentro: la bondad es intemporal". Resuena en estos versos lo que su ¨ªntima amiga Hannah Arendt, tambi¨¦n refugiada en Estados Unidos, dijo a prop¨®sito de que el mal era vulgar y de lleno sometido a las peores contingencias temporales.
La poes¨ªa, el arte, ciertamente para Auden no pod¨ªan influir en la historia, pero, por el contrario, nos pod¨ªan elevar a una tan alta e in¨²til perspectiva, todav¨ªa m¨¢s amplia y conjetural que la arqueolog¨ªa, donde burlar el fatal sino de los tiempos y las leyes, confundidos entre s¨ª. Desde all¨ª, quiz¨¢, la verdad con min¨²scula no necesita ser un "antimodelo", no se ha convertido en una falsedad que cualquiera puede desmentir, sino en el lugar de la pregunta y del valor: lo que tiene que ver con la sabidur¨ªa, la bondad y el amor, porque, como tambi¨¦n escribi¨® y reescribi¨®, "debemos amar al pr¨®jimo y morir".
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