Un yate a la deriva con 11 cad¨¢veres momificados
La embarcaci¨®n fue hallada en Barbados tras salir desde Senegal, desviarse de la tradicional ruta canaria de la inmigraci¨®n y dirigirse a Brasil
Un pescador localiz¨® el ¨²ltimo fin de semana de abril un oxidado yate, sin m¨¢stiles, ni nombre ni bandera, que navegaba a la deriva 70 millas al este de las Barbados, en el Caribe. Al acercarse y subir a bordo encontr¨® un fuerte olor ¨¢cido y los cad¨¢veres de 11 africanos. El deterioro f¨ªsico se produjo con tal rapidez, que quedaron momificados y paralizaron el proceso de putrefacci¨®n. De los numerosos documentos, enseres y restos de comida encontrados a bordo, la polic¨ªa que dirige esta investigaci¨®n cree que el grupo original que parti¨® de Senegal estaba integrado al menos por 37 varones, que recalaron en Cabo Verde y all¨ª fueron remolcados por un buque de mayor calado con la esperanza de alcanzar as¨ª la costa de Brasil.
"Sufrieron much¨ªsimo antes de morir", indica el coordinador de Urgencias en Canarias
Entre los objetos fue hallado pan lleno de hongos, latas de sardinas y un n¨²mero de tel¨¦fono
La investigaci¨®n ha aclarado que el cabo que un¨ªa a ambas embarcaciones fue separado de un corte limpio por un machete u hoja, por la parte m¨¢s lejana a los inmigrantes. No estaba deshilachado, lo que hace sospechar a los investigadores que el avistamiento de un avi¨®n o un buque militar asust¨® a los piratas, que dejar¨ªan a la deriva a este grupo, a merced de las corrientes.
La conocida como corriente norecuatorial, que se desplaza desde Cabo Verde hasta Brasil, los empuj¨® a lo largo de buena parte de los 2.800 millas que separan las dos orillas del Atl¨¢ntico, a una media de 500 metros a la hora, dependiendo del estado de la mar y la velocidad del viento, indic¨® ayer el capit¨¢n de la marina Tom¨¢s Gonz¨¢lez S¨¢nchez Ara?a. Las primeras estimaciones de la polic¨ªa de Barbados es que este yate fantasma ha invertido al menos tres meses en tocar las dos orillas del Atl¨¢ntico.
Si lo ocurrido en este caso coincide con la forma de actuar de los inmigrantes cuando se desplazan en pateras o cayucos hacia Canarias, a la segunda semana de partir de ?frica, el buque de la esperanza se convirti¨® en la prisi¨®n del infierno, de donde s¨®lo sal¨ªan los que iban muriendo, que eran arrojados al mar por sus compa?eros moribundos que permanec¨ªan a bordo. As¨ª, uno tras otro, 26 personas desaparecieron. Los cad¨¢veres de los 11 que resistieron hasta el final estaban desperdigados en distintas zonas del desvencijado yate, en proa, en popa, uno sobre el motor averiado, otros en los camarotes, uno en el puente y uno m¨¢s en los dep¨®sitos, sin m¨¢s signo de violencia que una gran herida en la pierna con rotura de hueso en uno de ellos, seg¨²n la investigaci¨®n, a¨²n abierta.
Entre los objetos que la polic¨ªa, militares y autoridades de Barbados encontraron a bordo hab¨ªa documentaci¨®n en regla de al menos 37 varones de Mal¨ª y Senegal, billetes en d¨®lares y euros, un billete de avi¨®n de Air Senegal, ropa, pan duro lleno de hongos, envases vac¨ªos de zumos de pi?a y naranja con la fecha caducada hac¨ªa meses, algunas latas de sardinas en tomate picante fabricadas en Marruecos (como la mayor parte de las que se consumen en el ?frica subsahariana) y un n¨²mero de tel¨¦fono de Senegal que, aunque las autoridades mantienen en secreto la identidad de su propietario, ha sido la clave que ha permitido a la polic¨ªa armar esta tr¨¢gica historia. Este contacto senegal¨¦s confirm¨® que la intenci¨®n de los 37 inmigrantes era llegar a Brasil y no a Canarias u otro lugar de Europa.
El barco de unos ocho metros de eslora manten¨ªa su estructura y una buena flotabilidad, pero presentaba un aspecto ruinoso. La tortura por la que pudieron pasar estos inmigrantes habr¨ªa dependido de su estado de salud cuando partieron. El perfil general de los africanos que alcanzan la costa de Canarias y Andaluc¨ªa encaja con el de j¨®venes de entre 16 a 40 a?os, fuertes, sin padecer enfermedades graves. La capacidad de estas personas para sobrevivir a un naufragio ha quedado pulverizada en distintas ocasiones en Canarias. El r¨¦cord de supervivencia lo siguen teniendo Salimata Sangare, Bubakare Magasa, Daniel Jaboa, Justice Bay, Suleman y Travalle Mamadou, que en febrero de 2003 sobrevivieron 14 d¨ªas en alta mar, vieron morir a 12 compa?eros y recuperaron la vida tras m¨¢s de un mes de tratamiento los hospitales p¨²blicos de Tenerife.
Las autoridades de Barbados estiman que, en este caso, el agua potable comenz¨® a agotarse a los pocos d¨ªas de haber partido del continente. "Al tercer d¨ªa sin ingerir l¨ªquidos, ya aparecen los primeros s¨ªntomas, como bajada de la frecuencia cardiaca, calambres musculares, dolor de cabeza, mareos", explica Carmelo Duarte, director territorial del Servicio de Urgencias de Canarias y coordinador de la mayor¨ªa de los despliegues m¨¦dicos que han atendido a los inmigrantes que han alcanzado las islas en los ¨²ltimos a?os.
Las alteraciones de los electrolitos como sodio, potasio y calcio, que regulan las funciones del organismo, afectan inmediatamente al ri?¨®n, coraz¨®n y cerebro; el cuerpo no recibe l¨ªquidos pero los sigue expulsando a trav¨¦s del sudor y la orina. A medida que se paralizan estas dos funciones, la sangre se espesa y comienzan a crearse trombosis. Al ser informado de la presencia en el yate de conservas de sardinas, Duarte apunt¨® que la concentraci¨®n de sal de estos productos sin ingesta de agua acelera la p¨¦rdida de l¨ªquidos y provoca diarreas.
Estas personas han podido morir "por altos trastornos cardiacos y renales, y p¨¦rdida de l¨ªquido en el cerebro" hasta que se desmayan. "Mueren por un fallo multisist¨¦mico, los trastornos del metabolismo afectan a todos los ¨®rganos". El veterano doctor no quiso obviar "la terrible angustia" de unos n¨¢ufragos "que desconocen su destino, en mitad del oc¨¦ano" como un factor que empeora su estado. "Sufrieron much¨ªsimo antes de morir, tuvo que haber sido un panorama descorazonador", concluy¨®. Duarte considera que los n¨¢ufragos pudieron empezar a fallecer a partir del d¨¦cimo d¨ªa sin ingerir l¨ªquidos. Al conocer el estado de los 11 cuerpos aparecidos en Barbados, se?al¨® que "todo pudo ocurrir en el primer mes, y su estado pr¨¢cticamente se mantuvo igual hasta el d¨ªa que los encontraron".
Si dif¨ªcil ha sido dar con una explicaci¨®n razonable a este hallazgo, imposible ha resultado la identificaci¨®n de los cuerpos. A pesar de los cruces de fotograf¨ªas e informes entre las autoridades de Barbados y de distintos pa¨ªses africanos, los cad¨¢veres aparecieron en un estado cercano a la momificaci¨®n, conocido como saponificaci¨®n, dijo Conrado Rodr¨ªguez Mart¨ªn, director del Instituto Canario de Bioantropolog¨ªa de la red de Museos de Tenerife.
Este reconocido experto mundial en momias a?ade que a medida que los cuerpos pierden l¨ªquido, desaparece la piel, suelta grasa al exterior y ¨¦sta se fusiona con las prendas de ropa, de tal manera que, cuando fueron descubiertos, esta mezcla era lo ¨²nico que cubr¨ªa los cuerpos, algunos con pantal¨®n corto y camisa de algod¨®n que originalmente fue blanca o beige. "En unas semanas, las v¨ªsceras se descomponen hasta quedarse en una pasta", a?adi¨®.
Rodr¨ªguez Mart¨ªn advirti¨® de que las condiciones de humedad, altas y bajas temperaturas y salitre marino que vivieron los n¨¢ufragos "pudieron acelerar" el proceso de saponificaci¨®n, como ocurri¨® en algunas fosas descubiertas tras la II Guerra Mundial.
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