Don Quijote era del Bar?a
Barcelona y Madrid van a estar m¨¢s comunicadas a partir de la pr¨®xima semana. Renfe est¨¢ a punto de inaugurar servicios diarios entre las dos ciudades utilizando hasta Lleida la l¨ªnea del AVE. En total, algo m¨¢s de cuatro horas de viaje. Don Quijote estar¨ªa encantado, porque es un secreto a voces que Miguel de Cervantes era del Bar?a, y viceversa. De hecho, las andanzas del ingenioso hidalgo por la Ciudad Condal son gloriosas. En Madrid, el Manco de Lepanto fue desde?ado por las autoridades de su tiempo; en Barcelona, Don Quijote fue celebrado por los grandes y por los bandidos. El Caballero de la Triste Figura era m¨¢s pragm¨¢tico de lo que se piensa. Sab¨ªa muy bien que, a fin de cuentas, san Isidro y san Jordi son vecinos de la misma patria celestial, que la virgen de Gracia y la Almudena son una misma persona.
El pique entre las dos ciudades m¨¢s importantes de Espa?a es una aberraci¨®n balomp¨¦dica que atenta contra la teolog¨ªa. Ser del Bar?a en Madrid (o viceversa) es, a veces, una provocaci¨®n temeraria. Porque los fan¨¢ticos de los estadios son frecuentemente personas obcecadas que padecen miop¨ªa galopante. Son insondables las razones por las que alguien se hace seguidor de un club determinado de f¨²tbol. Hay individuos que se decantan por un equipo para romper con la tradici¨®n familiar y crispar a los allegados; otros, para llevar la contraria a sus jefes y a sus amigos; otros, para incordiar, simplemente. ?Por qu¨¦ es azulgrana Rodr¨ªguez Zapatero? ?Por qu¨¦ es colchonero el pr¨ªncipe Felipe? ?Por qu¨¦ es tan dogm¨¢tico Joaqu¨ªn Sabina? Sus razones misteriosas tendr¨¢n, de igual modo que usted, lector, las tiene para ser del Numancia o de la Cultural Leonesa. Son cuestiones que deber¨ªan analizar antrop¨®logos y psicoanalistas. Ahora bien, se sufre mucho yendo en contra del vulgo.
Esa nueva conexi¨®n ferroviaria con Barcelona puede servir para establecer de una vez por todas una mayor fluidez entre ambas capitales, un intercambio m¨¢s eficaz, un gui?o permanente, acaso un coraz¨®n tripartito. Barcelona es el mar. Madrid es la ¨ªnsula Barataria, la ¨²nica isla del mundo rodeada de tierra por todas partes. Si Barcelona y Madrid se entienden, Espa?a respira. Ahora bien, Don Quijote era del Bar?a, mal que les pese a algunos.
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