Los estadounidenses apoyan la propuesta de Bush sobre inmigraci¨®n
Congresistas republicanos critican el plan de legalizaci¨®n que defiende el presidente
George Bush quiere un compromiso para abordar el problema de los 12 millones de indocumentados y ordenar la inmigraci¨®n. Su mensaje del lunes es apoyado por la mayor¨ªa de los estadounidenses, seg¨²n los primeros sondeos, y por buena parte de la clase pol¨ªtica. Pero el presidente recibi¨® cr¨ªticas de republicanos que creen que la situaci¨®n se resuelve cerrando la frontera y que denuncian el plan de legalizaci¨®n como una amnist¨ªa encubierta.
Para tratar de neutralizar estas cr¨ªticas, que reflejan el malestar de la base m¨¢s conservadora y la preocupaci¨®n real de la sociedad por el exceso de ilegales, Bush anunci¨® que 6.000 soldados de la Guardia Nacional reforzar¨¢n la Patrulla Fronteriza. "A¨²n no controlamos por completo la frontera, y quiero que esto cambie", dijo el presidente. Aunque la m¨ªnima cautela exige m¨¢s encuestas y de mayor profundidad, la reacci¨®n inmediata fue m¨¢s bien positiva; seg¨²n un sondeo de CNN, un 67% ve bien la pol¨ªtica de inmigraci¨®n de Bush, frente a un 27%. Antes del discurso, la proporci¨®n era de 42-38. Un 75% respald¨® la iniciativa de enviar a la Guardia Nacional. El mensaje de Bush tuvo cinco puntos:
- Fronteras seguras: habr¨¢ 6.000 agentes en los pr¨®ximos dos a?os (ahora son casi 12.000); mientras, 6.000 soldados ayudar¨¢n a la Patrulla. Se reforzar¨¢ la tecnolog¨ªa (sensores, c¨¢maras infrarrojas, aviones no tripulados) para detectar las entradas ilegales.
- Programa de permisos temporales: es la ¨²nica manera, dijo, de hacer coincidir las necesidades de la econom¨ªa y los empresarios con los intereses de los inmigrantes que quieren venir.
- Responsabilidad empresarial: una tarjeta de identificaci¨®n de los inmigrantes para que no haya excusas para contratar ilegalmente.
- Abordar el problema de los 12 millones: No a una amnist¨ªa ("ser¨ªa injusto y estimular¨ªa nuevas entradas") ni a una deportaci¨®n, "no realista y err¨®nea". La soluci¨®n, legalizar con condiciones: a?os de estancia, trabajo estable, pago de impuestos y de una multa y aprendizaje del ingl¨¦s.
- Honrar la tradici¨®n de EE UU: el ¨¦xito de este pa¨ªs depende de que se integre a los que vienen y que asuman los valores comunes, "los ideales que compartimos, nuestra historia, el respeto por la bandera y la capacidad de hablar y escribir en ingl¨¦s".
Las dos C¨¢maras, concluy¨® el presidente, deben aprobar una ley de reforma de la inmigraci¨®n: "Hay que debatir este asunto respetuosa y razonablemente", sin "jugar con el miedo de la gente ni explotarlo por razones pol¨ªticas".
El mensaje de Bush recibi¨® el apoyo del establishment republicano y de los dem¨®cratas, que aprovecharon para recordarle que debe meter en cintura a su propio partido: "Puede enviar a la Guardia Nacional a la frontera, pero", se pregunt¨® el senador Dick Durbin, "?puede hacer que los republicanos de la C¨¢mara apoyen la reforma de la inmigraci¨®n?".
Le va a resultar dif¨ªcil; uno de esos congresistas, Tom Prince, dijo: "No se puede tolerar ning¨²n intento de promover una amnist¨ªa". "Si el Senado insiste en una amnist¨ªa de permisos temporales, no habr¨¢ acuerdo con la C¨¢mara", pronostic¨® J. D. Hayworth, otro republicano de Arizona. Para John Isakson, de Georgia, "legalizar a 12 millones ahora significa tener a 24 millones de ilegales dentro de unos a?os".
Bush necesita que su partido no se le desmande a¨²n m¨¢s, porque las elecciones de noviembre se presentan complicadas. Los dos jefes republicanos de la C¨¢mara alabaron el plan, pero no est¨¢n en condiciones de garantizar que la bancada republicana lo apoye, sobre todo con un presidente d¨¦bil, una opini¨®n p¨²blica vol¨¢til, que quiere que se resuelva el problema pero no sabe bien c¨®mo, y un debate con intereses y emociones contradictorios y alterado por la proximidad de las legislativas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.