Un pa¨ªs en marcha, pero hacia atr¨¢s
Los m¨¢s de veinticinco a?os transcurridos desde la recuperaci¨®n del autogobierno en el Pa¨ªs Vasco, adem¨¢s de para saturarnos de discusiones sobre nuestra identidad -?qui¨¦nes somos?, ?de d¨®nde venimos?, ?c¨®mo nos sentimos?, ?c¨®mo nos ven?, ?ad¨®nde vamos?-, han servido tambi¨¦n para evaluar nuestra capacidad de gestionar adecuadamente los recursos con los que contamos para poder alcanzar mayores cotas de bienestar. Una visi¨®n superficial de las pol¨ªticas p¨²blicas impulsadas por nuestras instituciones y, sobre todo, la percepci¨®n de las mismas que puede llegar a tenerse a trav¨¦s de la propaganda gubernamental -organizada en torno al famoso "un pa¨ªs en marcha"-, podr¨ªa hacer creer que el Pa¨ªs Vasco se encuentra a la cabeza de Espa?a, y hasta de Europa y del mundo, en lo referente a la provisi¨®n de servicios p¨²blicos esenciales para el bienestar colectivo. Pero lo cierto es que, mientras la radio y la televisi¨®n p¨²blicas contin¨²an con el autobombo, repitiendo sin cesar el mencionado soniquete, los implicados en proporcionar dichos servicios a la sociedad sienten c¨®mo aumenta poco a poco su des¨¢nimo, ante la falta de medios o de apoyo por parte de las instituciones.
A lo largo de los ¨²ltimos a?os, lo hemos visto claramente en la Ertzaintza, con quejas recurrentes sobre las condiciones de trabajo y el escaso apoyo de los mandos pol¨ªticos, con consecuencias graves en t¨¦rminos de desmoralizaci¨®n y/o absentismo. Tambi¨¦n en Osakidetza -otrora buque insignia de nuestro Estado de bienestar-, la situaci¨®n se ha ido deteriorando a marchas forzadas, provocando el disgusto y la frustraci¨®n de la ciudadan¨ªa, y el creciente descontento del personal sanitario. En la educaci¨®n no universitaria, la anterior consejera, la socialdem¨®crata Anjeles Iztueta, consigui¨® deteriorar la imagen de la ense?anza p¨²blica lo suficiente como para lograr que Euskadi fuera la comunidad aut¨®noma con mayor porcentaje de ni?os matriculado en el sector privado. Y ahora le ha tocado el turno a nuestra universidad, con una huelga del profesorado que representa, en buena medida, el hast¨ªo generalizado que producen el abandono y el desprecio manifestados desde el Gobierno vasco a lo largo de los ¨²ltimos a?os.
Porque el problema que est¨¢ detr¨¢s de la huelga de los pasados d¨ªas 15 y 16, y de la que tuvo lugar el 29 de marzo, va mucho m¨¢s all¨¢ de la mera retribuci¨®n salarial del personal docente e investigador. El problema suscitado con las retribuciones es muy serio, y refleja la discriminaci¨®n a la que se ve sometido el profesorado universitario respecto a otros colectivos del sector. Pero basta con hablar con los profesores en los distintos centros y campus para comprobar que el sentimiento de des¨¢nimo trasciende con mucho al tema retributivo. Los profesores de nuestra universidad saben que Euskadi se halla en los puestos de cola en cuanto al gasto universitario en relaci¨®n con el PIB; ven c¨®mo se incrementan los contratos basura; y comprueban c¨®mo cada d¨ªa se les exige dedicar m¨¢s tiempo a tareas burocr¨¢ticas y administrativas de todo tipo, dificult¨¢ndose notablemente el desarrollo de su labor docente e investigadora.
Los profesores de la UPV-EHU, cuando son invitados a otras universidades espa?olas, sea la de Extremadura, la de Castell¨®n, o cualquier otra -no es preciso referirse para ello a las m¨¢s reconocidas-, ven con sana envidia los medios con los que trabajan sus colegas. Observan que las aulas y otras instalaciones est¨¢n mejor dotadas; que la docencia y la investigaci¨®n cuentan con personal t¨¦cnico de apoyo; que el ratio PAS/profesorado es m¨¢s elevado; que hay m¨¢s y mejores medios para publicar; que las ideas innovadoras y las propuestas de trabajo son analizadas como oportunidades, en lugar de ser vistas como problemas, por parte de las autoridades; que la universidad est¨¢ en el centro de la vida social y no en el margen de la misma ....
Pero todo esto ocurre en lugares en donde, efectivamente, y no s¨®lo de manera ret¨®rica, se marcha hacia delante.
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