Dios se interesa por ti
Para intentar no ofuscarme en mi interpretaci¨®n de los milagros siempre llevo en mi mente presentes las observaciones que sobre ellos hace ?ngel del R¨ªo en su libro El Madrid fant¨¢stico. Aqu¨ª el maestro deja bien sentada su doctrina sobre los milagros recogida de los mejores padres de la Iglesia. Durante el d¨ªa de san Isidro, y a lo largo de esta semana de fiestas en su honor, tengo presentes algunos de los milagros atribuidos al santo -uno de mis preferidos es el que obr¨® san Isidro en el pozo al que cay¨® su hijo Ill¨¢n y ¨¦l hizo elevar las aguas y salv¨® al ni?o de morir ahogado- y ese d¨ªa fui por la ciudad con los ojos y con los o¨ªdos especialmente bien abiertos. A las 19.50 del 15 de mayo, festividad del santo, es muy posible -y lo digo con la mayor cautela y humildad- que yo haya asistido a un milagro acaecido en la plaza de Am¨¦rica Espa?ola.
Con todos los respetos a la persona propietaria de un coche Seat Laguna que debi¨® entrar en un ¨¢gape cruento con otro veh¨ªculo, debo decir que yo asist¨ª como espectador al levantamiento del veh¨ªculo mencionado por una gr¨²a que actu¨® con una eficacia que a m¨ª me pareci¨® sobrenatural. Y puedo dar constancia de ello porque segu¨ª la actuaci¨®n de la gr¨²a al volante de mi coche que gozaba el privilegio de visi¨®n de eso que en los toros se califica como localidad de barrera. Para no inducir a nadie a confusi¨®n deseo dejar de lado la pista falsa de que el milagro se operara en ninguna de las posibles personas que intervinieron en la supuesta colisi¨®n (incluso ignoro si tal colisi¨®n hubo: yo no llegu¨¦ a verla). Y, por tanto, tampoco llegu¨¦ a saber cu¨¢ntas fueron las personas implicadas en el supuesto accidente porque lo ¨²nico que yo llegu¨¦ a ver fue la actuaci¨®n de una gr¨²a que, en mi modesta opini¨®n, por su arcang¨¦lica intervenci¨®n fue el elemento mec¨¢nico susceptible de haber sido agraciado con un aut¨¦ntico milagro del cielo (los milagros gastan buena cintura y ejercen su actuaci¨®n tanto en elementos humanos como mec¨¢nicos). Como todo el mundo, he visto actuar a muchas gr¨²as. Pero la agilidad y belleza de movimientos que despleg¨® aquella gr¨²a a la hora de izar el Seat Laguna siempre la asociar¨¦ al arte del m¨¢s sublime ballet o a cualquiera de esas glorias estelares que, en los movimientos de pelvis, nos depara el alegre cine porno.
Mientras, a unos 500 metros de la plaza de Am¨¦rica Espa?ola, en la plaza de Ventas se mascaba en el p¨²blico un sopor que induc¨ªa al sue?o hasta a las almohadillas, en la plaza de Am¨¦rica Espa?ola los ¨¢ngeles se dedicaban a lo suyo que es insuflar arte a los gru¨ªstas.
Y ahora doy un salto atr¨¢s para poder contar c¨®mo yo sab¨ªa, sin poder verlo desde el coche en el momento de la actuaci¨®n de la gr¨²a, que un letrero de tres metros de la librer¨ªa evangelista " CLC. Lee Libros. Lee la Biblia" alegra la plaza de Am¨¦rica Espa?ola con esta leyenda que a cualquiera nos puede cambiar la vida: "Dios se interesa por ti". Este letrero probablemente lo ley¨® el gru¨ªsta. Y hay que reconocer tambi¨¦n que un gru¨ªsta que act¨²a en una plaza amparado con un letrero con esa leyenda juega con una ventaja de la que no suelen disponer sus compa?eros cuando act¨²an en otras zonas de la ciudad.
En la ma?ana del 8 de mayo -una semana, pues, antes del d¨ªa de san Isidro -fui a hacer una gesti¨®n, a dos pasos de la plaza de Ventas, en la calle de Alcal¨¢ all¨¢ a la altura de la calle de Boc¨¢ngel, nombre de un poeta venerado por Luis Cernuda (le dedic¨® un excelente art¨ªculo). Aquella ma?ana del d¨ªa 8 enfil¨¦ la paralela a Boc¨¢ngel, la calle de Alejandro Gonz¨¢lez, que, acogiendo la iglesia y el colegio de santa Susana, desemboca en la plaza de Am¨¦rica Espa?ola. Y ese d¨ªa descubr¨ª el car¨¢cter divino -o, como m¨ªnimo, evangelista y, por tanto, cristiano, aunque, por evangelista, ya no cat¨®lico sino protestante- de esta plaza. Cuando, en la librer¨ªa religiosa, le¨ª el letrero "Dios se interesa por ti" sent¨ª una emoci¨®n como pocas veces la he sentido en mi vida. No me arrodill¨¦ porque ignoro si los evangelistas se arrodillan y no vacilar¨¦ incluso en reconocer que, en mi ignorancia de esta confesi¨®n religiosa, incluso ignoro si esta gente tiene rodillas. Pero ese texto de esta librer¨ªa religiosa es muy fuerte y ya incluso me atrevo a afirmar que, inspirado por el apoyo de estas palabras del letrero, el gru¨ªsta logr¨® alcanzar una intervenci¨®n mec¨¢nica aut¨¦nticamente milagrosa.
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