El mundo de la escena se une para intentar evitar el cierre del madrile?o teatro Alb¨¦niz
Directores y actores se muestran escandalizados e inician acciones y movilizaciones
El mundo de la escena est¨¢ profundamente preocupado y ha empezado a movilizarse como no lo hab¨ªa hecho desde la guerra de Irak. Ahora se trata del teatro Alb¨¦niz. Madrid va perdiendo sus se?as de identidad cultural. Si para empezar el Ayuntamiento ha retirado el grado de protecci¨®n a edificios dedicados al cine, ahora una sentencia ha dictaminado que un centro cultural como el Alb¨¦niz, con m¨¢xima protecci¨®n desde 1945, no tiene ning¨²n inter¨¦s pese a que en el ¨²ltimo Plan de Ordenaci¨®n Urbana figuraba como edificio singular. Por tanto, se puede derribar para cambiar su uso.
En el ¨²ltimo Plan de Ordenaci¨®n Urbana estaba incluido como edificio singular
A las voces que tratan de alertar sobre los cierres y derribos se han unido unas muy poderosas: las de las gentes de la escena. El Gran Wyoming apunta que la principal obligaci¨®n de cualquier autoridad es dejar la ciudad al menos en las condiciones que le fue entregada: "Cuando hace mucho alguien dise?¨® Madrid pens¨® que deb¨ªan de tener cabida los espacios culturales, cines, museos, teatros, pero no en los arrabales, sino en el coraz¨®n de la ciudad para dotarla de alma, de algo que hiciera sentirse orgullosos a sus ciudadanos, pero no porque el urbanista de turno fuera imb¨¦cil y no supiera ver el negocio en cada metro cuadrado de Gran V¨ªa". Y a?ade el popular showman: "El ¨²nico nacionalismo que entiendo es poder reconocer mi ciudad, pero resulta que los pastores del reba?o se han convertido en lobos".
El actor y director Jos¨¦ Luis G¨®mez dice: "Pinta hacer con hechos lo que con palabras se proclama, si el alcalde quiere hacer de Madrid una ciudad de raigambre cultural no puede permitir que un bien de esa naturaleza se pierda".
El caso del Alb¨¦niz, que tanto ha revuelto a la profesi¨®n teatral, no ha sido ha causa de una decisi¨®n de la administraci¨®n, sino judicial. La historia de esta emblem¨¢tica sala de mil butacas situada junto a la Puerta del Sol, se inicia en 1945 y hasta 1948 se dedica a la ¨®pera y al ballet. Posteriormente y hasta 1954 se sumaron la zarzuela y la revista. Despu¨¦s fue cinemat¨®grafo y a partir de 1984 lo alquila la Comunidad de Madrid y se transforma en teatro, actividad por la que ha adquirido un merecido prestigio dada su exquisita programaci¨®n de teatro, danza y m¨²sica de primer nivel internacional.
En el ¨²ltimo Plan de Ordenaci¨®n Urbana de Madrid estaba incluido en el cat¨¢logo de edificios singulares y protegido el inmueble y su uso. Pero los propietarios impugnaron tal catalogaci¨®n y vinculaci¨®n de uso ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que fall¨® a favor de ellos bas¨¢ndose en tres informes: dos aportados por los propietarios y un tercero emitido por Francisco del Castillo Carballo, un perito independiente y elegido por sorteo que puso de manifiesto que en el edificio no exist¨ªan elementos merecedores de protecci¨®n.
La sentencia de junio de 2003 no posibilita recurso de casaci¨®n. Este hecho podr¨ªa repetirse y hoy en d¨ªa todos conocen la fuerza de la presi¨®n especulativa. Ambas administraciones se cruzaron de brazos ante la desdicha y la comprobaci¨®n de que era mayor la fuerza de lo privado que de lo p¨²blico, por la decisi¨®n adoptada en los tribunales.
Pero las gentes del teatro pretenden que las administraciones declaren el edificio bien de inter¨¦s p¨²blico y/o cultural, se indemnice a los propietarios y se mantenga el teatro.
Adem¨¢s est¨¢n voces, como la del director Miguel Narros, que no entiende c¨®mo se destruye algo que culturalmente funcionaba tan bien: "Esto es llevar a la gente a m¨¢s confusi¨®n de la que ya existe sobre el teatro".
Para muchos se ha puesto en marcha un desmantelamiento cultural de Madrid aunque los actuales propietarios del Alb¨¦niz desde principios de a?o, la empresa Monteverde, dicen estar s¨®lo en una fase de ideas encargadas al arquitecto Gabriel Allende. Pero otras voces apuntan a que probablemente, el local se convierta en un centro comercial.
"Todo es un espanto propio de nuestro tiempo. Hoy lo que sobran son centros comerciales y el teatro es un lugar para la reflexi¨®n y el crecimiento", se?ala Alberto Sanju¨¢n, del grupo Animalario. "Las tres administraciones est¨¢n obligadas a buscar una soluci¨®n. El prestigio y las paredes del Alb¨¦niz son patrimonio de la ciudadan¨ªa", dice Juan Echanove, a lo que el dramaturgo Juan Mayorga a?ade: "?se es un espacio que ha creado sociedad, es un bien colectivo y si desaparece es una mutilaci¨®n en la memoria de Madrid y haremos responsables de lo que ocurra con el Alb¨¦niz a las autoridades".
Hasta Alicia Moreno, criada en el seno de una familia teatral y concejala de las artes del municipio madrile?o afirm¨® ayer: "Es una tragedia que el Alb¨¦niz pueda desaparecer por una sentencia de un juez que, a mi juicio, desatiende el bien general y se pasa por alto no s¨®lo el valor del continente sino lo que es m¨¢s grave el valor del contenido".
Concha Velasco a?ade rotunda: "Estamos de luto", mientras Rafael ?lvarez, El Brujo, se muestra igual de alarmado: "?Qu¨¦ horror, esto es una cat¨¢strofe!". La familia Larra?aga, a la que se ha sumado la actriz Maribel Verd¨², dicen: "Es terror¨ªfico, ojal¨¢ entre todos lo paremos".
Albert Boadella, director de Els Joglars, que casi siempre act¨²an en el Alb¨¦niz, define la situaci¨®n de aut¨¦ntica agresi¨®n a la naturaleza y al principio de equilibrio cultural. Jos¨¦ Carlos Plaza habla de barbaridad y dice que las leyes est¨¢n para la utilidad de la gente, no de unos pocos, "y si las leyes no funcionan habr¨¢ que cambiarlas". Desde el blog http://teatroalbeniz.blogspot.com las gentes de la escena se movilizan y pretenden salvar el teatro igual que la ciudadan¨ªa salv¨® el olivar de Chamart¨ªn cuando ya estaba vendido a una empresa hostelera.
Entre ellos est¨¢n V¨ªctor Manuel, Ana Bel¨¦n, Berta Riaza, Julieta Serrano, Mercedes Lezcano, la Uni¨®n de Actores, la Casa del Actor, y Mag¨¹i Mira, quien sin pretensiones aristocr¨¢ticas, amenaza con encadenarse a las butacas. Tambi¨¦n los empresarios a trav¨¦s de sus asociaciones dicen que hay que encontrar la f¨®rmula para salvar el teatro porque existe. No hay m¨¢s que recordar que hace escasas semanas, el alcalde Gallard¨®n argument¨® para expropiar viviendas privadas en la Cava Baja, que era por proteger la muralla de Madrid, hoy pr¨¢cticamente abandonada.
Babelia
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