La ciudad de las motos
L¨¢stima. La Gran Semana de la Moto de Barcelona no acab¨® con el esperado duelo de titanes en Le Mans, el mano a mano entre el as italiano Valentino Rossi, siete veces campe¨®n del mundo, y el aspirante Dani Pedrosa, que, tras proclamarse vencedor por tres veces en las categor¨ªas inferiores, este a?o ha desembarcado por fin en la categor¨ªa reina, la MotoGP. Hubo un momento de la carrera en que pareci¨® que la m¨¢xima rivalidad entre los dos pilotos iba a proporcionar un espect¨¢culo soberbio, pero el piloto de Urbino rompi¨® el motor cuando iba primero, tras otra de sus hist¨®ricas remontadas (hab¨ªa salido desde el s¨¦ptimo puesto). Pedrosa, que le iba a la zaga en ese momento, mantuvo el liderato poco tiempo, por problemas de neum¨¢ticos. Acab¨® tercero. Habr¨¢ que atender pues a pr¨®ximos grandes premios para ver el gran desaf¨ªo que todos los aficionados al motociclismo esperamos presenciar esta temporada, pero como primer intercambio de estocadas hay que convenir que no estuvo nada mal.
Semana grande de la moto en Barcelona, en efecto. En el recinto de Montju?c, desde el jueves hasta ayer mismo, se celebr¨® el sal¨®n MotOh! BCN, organizado por Fira de Barcelona y Anesdor -asociaci¨®n empresarial del sector de las dos ruedas-, en el que m¨¢s de 200 expositores han mostrado las ¨²ltimas novedades en motos y en complementos para sus felices propietarios. Datos de la organizaci¨®n: m¨¢s de 234.000 personas han pasado por el sal¨®n durante los cuatro d¨ªas. En esto de las cifras hay que andarse siempre con pies de plomo, pero la marea de motocicletas aparcadas en la plaza de Espanya durante todo el fin de semana daba cuenta de que la convocatoria no hab¨ªa ca¨ªdo en saco roto. Por momentos uno se preguntaba si el espect¨¢culo motorizado estaba dentro del recinto (a 10 euros la entrada de mi¨¦rcoles a viernes y 12 el fin de semana) o fuera, en esa exhibici¨®n festiva y multicolor de motos llegadas de toda Catalu?a.
Hay que reconocer que los de las dos ruedas somos gente gregaria, nos sentimos grupo org¨¢nico: de ah¨ª que nos saludemos cuando nos cruzamos por las adoradas carreteras secundarias (antes eso lo hac¨ªan los coches de una misma ciudad cuando se encontraban en el extranjero: hoy ya ni siquiera es posible deducir por la matr¨ªcula la ciudad a la que pertenece el veh¨ªculo). Por lo dem¨¢s, las cifras indican que vamos a m¨¢s: 2005 concluy¨® con 205.626 unidades matriculadas, un r¨¦cord hist¨®rico que representa un aumento del 75% respecto al a?o anterior. La autorizaci¨®n, desde octubre de 2004, para los titulares del permiso de conducir tipo B (turismos) de llevar una motocicleta que no supere los 125 cent¨ªmetros c¨²bicos ha disparado las ventas del sector... y tambi¨¦n los accidentes de tr¨¢fico. En 2005, los siniestros en que se vieron involucradas motos creci¨® un 21% respecto al a?o anterior, y eso se ha achacado a los conductores noveles de motos. El Ayuntamiento de Barcelona en colaboraci¨®n con Anesdor organiza a partir de este pr¨®ximo mes de junio unos cursillos gratuitos para los novatos, en un encomiable intento de contener las cifras de siniestralidad.
Pero entremos ya en el sal¨®n MotOh! BCN. Si hay algo que a los motards nos gusta casi tanto como rodar es contemplar durante rato y rato nuestras monturas, subirnos a ellas en parado y observar los detalles con una calma que el ritmo de marcha nunca nos permite. ?sa era la m¨¢xima atracci¨®n de la feria. Y de lo mit¨®manos que podemos llegar a ser daba cuenta la cantidad de aficionados que se retrataban unos a otros subidos a m¨¢quinas tan espectaculares como la F 800, la nueva bicil¨ªndrica de BMW, o la descomunal Suzuki Intruder 1800, una maxicustom de dise?o a la vez retro y futurista que se presentaba estos d¨ªas en sociedad.
Aqu¨ª y all¨¢ llegaban al visitante flashes del pasado. Por ejemplo, en el puesto de Derbi, donde la estrella era la nueva Mulhac¨¦n 659, pod¨ªa verse en un rinc¨®n la m¨ªtica Antorcha 50, m¨¢s conocida -con inefable catalanismo incorporado-, como Derbi paleta, y en un puesto de coleccionista, una Cota 247 de Montesa, junto a una espectacular Harley-Davidson con sidecar, de 1922. Por cierto, la m¨ªtica marca americana, que en julio de 2003 celebr¨® en Barcelona el primer centenario de la marca, no ten¨ªa puesto en esta feria, pero s¨ª se expon¨ªan algunos de sus modelos m¨¢s vistosos en el centro comercial Gran Via 2, no lejos de Montju?c.
Pero la Gran Semana de la Moto de Barcelona no hubiera sido completa sin las demostraciones en vivo y en directo de pilotos expertos en los varios circuitos montados dentro del recinto. Derrapadas, caballitos, cabriolas y piruetas de todos los tipos y medidas hac¨ªan las delicias de los visitantes que, hay que confesarlo, somos como ni?os: nos hemos ganado a pulso la fama de malcriados. Hoy precisamente empieza en la ciudad una campa?a de la Guardia Urbana de 15 d¨ªas para controlar el ruido de las motocicletas urbanas. La imagen que seguimos teniendo no es buena, aunque hay que convenir que se ha avanzado much¨ªsimo en la reducci¨®n de emisi¨®n de humos y de decibelios procedentes de nuestros siempre sospechosos tubos de escape. La impresionante gama de scooters de cuatro tiempos que se mostraba en la feria es la mejor garant¨ªa de que el sector quiere convivir pac¨ªficamente con el resto de ciudadanos y contribuir seriamente a una movilidad urbana menos crispada y m¨¢s racional. A los poderes p¨²blicos todav¨ªa les cuesta reconocer esta aportaci¨®n. No estar¨ªa de m¨¢s que un d¨ªa, m¨¢s all¨¢ de las necesarias campa?as contra ruidos poco considerados, alguna Administraci¨®n reconociera el papel que el sector de las dos ruedas desempe?a en el equilibrio siempre inestable de la convivencia ciudadana.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.