El director que hizo la 'peineta' al Tour
El pol¨¦mico Saiz ha sido el estandarte de una manera nueva de concebir el ciclismo
Manolo Saiz lleg¨® para revolucionar el ciclismo y ha acabado envuelto en el esc¨¢ndalo m¨¢s tradicional del deporte de las dos ruedas. Procedente del Instituto Nacional de Educaci¨®n F¨ªsica (INEF), el director c¨¢ntabro no se ha cansado de repetir en todas las entrevistas en las que se le pregunta por sus relaciones con el medio que su mala relaci¨®n con el resto de colegas se debe simplemente a las envidias que ha generado su formaci¨®n y al hecho de que no proviene, como casi todas, de la pr¨¢ctica profesional del ciclismo.
Gato con siete vidas, Manolo Saiz, que empez¨® con el ONCE en 1989, equipo con el que supo ganarse fama de t¨¦cnico a la ¨²ltima, perfeccionista y cient¨ªfico, estuvo a punto de sucumbir en 1998 en medio del gran esc¨¢ndalo del Festina. En el Tour de aquel a?o, el suizo Alex Z¨¹lle, corredor del Festina, confes¨® a la polic¨ªa que en sus a?os en el ONCE era pr¨¢ctica habitual el dopaje con EPO. Aquello supuso registros varios en el autob¨²s y en el hotel del equipo de Saiz, la detenci¨®n y el procesamiento del m¨¦dico, Nicol¨¢s Terrados, y la retirada del equipo de la carrera tras una famosa imagen en la que Manolo Saiz exhib¨ªa triunfante el ¨ªndice de su mano derecha y declaraba que se lo hab¨ªan metido al Tour por donde les cab¨ªa. Absueltos ¨¦l y su m¨¦dico en todos los procedimientos judiciales franceses en que se vieron envueltos, Manolo Saiz obtuvo incluso una victoria el verano siguiente cuando logr¨®, v¨ªa los oficios de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI), que el Tour, que se negaba a invitarlo, depusiera su actitud y los dejara participar. Comenz¨® entonces su nueva vida, marcada por su idilio con Hein Verbruggen, presidente de la UCI, y su ambici¨®n de convertirse en el m¨¢ximo referente del ciclismo mundial. Del matrimonio naci¨® en el oto?o de 2004 el UCI ProTour, en la superficie una liga que un¨ªa a los mejores equipos y las mejores carreras, en realidad, un intento de la UCI y los equipos de hacerse con los derechos televisivos de las tres grandes rondas por etapas. La fuerte oposici¨®n de Tour, Giro y Vuelta forz¨® una serie de negociaciones que supusieron, finalmente, el abatimiento de Manolo Saiz, el fin de sus aspiraciones pol¨ªticas. En el abandono que sufri¨® por la mayor¨ªa de sus colegas de todo el mundo influy¨®, evidentemente, el positivo de su l¨ªder, Roberto Heras, en la Vuelta de 2005.
Todos quienes le conocen, a todos los que han pasado por su equipo, siempre cuentan que no hay detalle del conjunto que no pase por sus manos, incluidos los asuntos m¨¦dicos. Pese a ello, llegado el positivo de su mejor corredor, Saiz desapareci¨® de escena, se dej¨® tragar por el mundo y en sus escasas declaraciones afirm¨® que era un problema del ciclista, aunque el pon¨ªa la mano en el fuego por su inocencia. "Aunque cuando yo estuve all¨ª Eufemiano no pon¨ªa la mano encima de ning¨²n ciclista, Manolo sal¨ªa con ideas que vend¨ªa como propias, pero que, evidentemente, ven¨ªan del m¨¦dico canario", cuenta un antiguo componente del equipo.
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