Las protestas por incivismo en Cornell¨¤ y L'Hospitalet fuerzan una acci¨®n conjunta de Mossos y Polic¨ªa Local

Las protestas de vecinos de Cornell¨¤ y L'Hospitalet por el incivismo en una zona de discotecas fronteriza entre las dos poblaciones, han forzado la puesta en marcha de un dispositivo especial formado por 30 agentes de los Mossos d'Esquadra y de la Polic¨ªa Local de ambas poblaciones. El aumento de presencia policial se ha hecho notar: de los 300 actos inc¨ªvicos cada fin de semana en enero se ha pasado a unos 90 en mayo, seg¨²n el Ayuntamiento de L'Hospitalet.

"Cortamos las calles secundarias y la masa de gente que va al metro s¨®lo puede circular por la avenida del Carrilet", explica el inspector de Mossos de L'Hospitalet Rafael Comas, quien a?ade: "Se sigue el mismo procedimiento que en el desalojo de un estadio de f¨²tbol".

Los alcaldes de L'Hospitalet y Cornell¨¤, Celestino Corbacho y Antonio Balm¨®n, respectivamente, han firmado un convenio que establece la coordinaci¨®n de acciones conjuntas para mantener los alrededores de la zona de discotecas limpios y seguros. Adem¨¢s de garantizar la presencia policial, trabajan servicios de limpieza especiales que se reparten el territorio afectado. Corbacho destaca: "Las actuaciones policiales han reducido en un 70% las incidencias". El alcalde de Cornell¨¤ subraya que los usuarios de las discotecas "no son delincuentes", ya que "s¨®lo una minor¨ªa realiza actos inc¨ªvicos".

"Batallas campales"

Los vecinos de la zona lamentan que desde hace mucho tiempo todas las madrugadas de los fines de semana soportan los gritos y los actos inc¨ªvicos de sus clientes. "Orinan y hasta defecan, chillan y rompen las lunas y los retrovisores de los coches", enumera un vecino de la carretera de L'Hospitalet. Muchas veces los usuarios conducen de forma temeraria y a gran velocidad. "En una curva chocaron con mi coche y le destrozaron todo el morro. La reparaci¨®n me cost¨® 4.000 euros", afirma Ana Gallardo, quien asegura haber presenciado varias "batallas campales" a pocos metros de su domicilio. Otros residentes dicen que los j¨®venes entran en las porter¨ªas, donde se han llegado a encontrar preservativos.

Los propietarios de los tres locales -Bora Bora, Tekila y Malalts de Festa- han creado la Asociaci¨®n de Discotecas de Cornell¨¤ para tener m¨¢s fuerza legal frente a las quejas de los vecinos y al aumento del control por parte de la Administraci¨®n local. Su representante, el abogado Joaquim Boadas, se?ala que el problema se encuentra en la hora de cierre, ya que con una ampliaci¨®n de horarios, los clientes "podr¨ªan salir escalonadamente". Por el contrario, ocurre que "se les echa a todos a la vez, cuando a¨²n tienen ganas de fiesta", motivo por el cual hay mayores disturbios, a su juicio.

Los locales est¨¢n obligados a cerrar a las cinco en punto y a esta hora los clientes salen en manada hacia las estaciones de metro de avenida Carrilet y de Ferrocarrils Catalans. Las dos se encuentran a unos 10 minutos andando, circuito que recorren sin prisa m¨¢s de 1.000 de personas a trav¨¦s de las calles de L'Hospitalet. Es entonces cuando algunos grupos causan da?os sobre el mobiliario urbano. Aun as¨ª, la situaci¨®n no es nueva: hasta hace poco, el Ayuntamiento de L'Hospitalet se?alaba que no pod¨ªa actuar sobre las discotecas porque se encuentran en Cornell¨¤, mientras que el consistorio de esta ciudad indicaba que los actos inc¨ªvicos ocurren en el municipio vecino, donde no puede actuar su Polic¨ªa Local. La muerte, en enero, de un joven que sal¨ªa de una de las discotecas y que fue arrollado por un coche que conduc¨ªan otros dos clientes marc¨® un punto de inflexi¨®n.