Los brit¨¢nicos se jubilar¨¢n a los 68 a?os, pero tendr¨¢n mejor pensi¨®n

El Gobierno brit¨¢nico ha decidido elevar progresivamente la edad de jubilaci¨®n a partir de 2024, hasta situarse en 68 a?os en el a?o 2044 (ahora son 65 a?os). El incremento de las pensiones p¨²blicas estar¨¢ ligado a los salarios en lugar de a la inflaci¨®n y se incentivar¨¢ el sistema privado de pensiones creando un fondo obligatorio para los nuevos empleos con aportaciones de empresas, empleados y, en menor medida, del Estado.

Las propuestas, contenidas en un Libro Blanco presentado ayer en los Comunes, han sido consensuadas por el primer ministro Tony Blair y el responsable del Tesoro, Gordon Brown. Las novedades deber¨¢n entrar en vigor en su mayor¨ªa en 2012 y s¨®lo afectar¨¢n a los trabajadores que ahora tienen menos de 47 a?os. "Hay detalles que divergen de lo que hab¨ªamos propuesto, pero est¨¢n en un 90% o 95% en l¨ªnea con las recomendaciones de la Comisi¨®n de Pensiones", admiti¨® lord Turner, presidente del grupo de expertos que han pasado tres a?os estudiando la reforma.

En s¨ªntesis, el nuevo sistema pretende mejorar las pensiones p¨²blicas -en el Reino Unido son muy inferiores a las de pa¨ªses como Espa?a- e incentivar las privadas. Aunque en conjunto el sistema es te¨®ricamente m¨¢s caro, en la pr¨¢ctica no lo es debido a los ahorros que se generar¨¢n al prolongar la vida laboral de los futuros pensionistas. Especialmente de las mujeres, cuya edad de jubilaci¨®n es ahora de 60 a?os, frente a los 65 a?os de los hombres.

La edad de jubilaci¨®n tanto de hombres como de mujeres se retrasar¨¢ a 66 a?os en 2024, 67 a?os en 2034 y 68 a?os en 2044, con dos a?os de transici¨®n en cada caso. Como contrapartida, el m¨ªnimo de a?os a cotizar para tener derecho al 100% de la pensi¨®n p¨²blica se reduce a 30 a?os, frente a los actuales 39 a?os para las mujeres y 44 a?os para los hombres.

Con el nuevo sistema, el incremento de las pensiones p¨²blicas se vincula a los salarios y no a la inflaci¨®n y desaparece el tramo calculado en funci¨®n del nivel de vida porque se considera que desincentiva el recurso a las pensiones privadas, que seguir¨¢n siendo clave para garantizar una buena pensi¨®n tras la jubilaci¨®n.

Hucha complementaria

Para asegurar el ¨¦xito del sistema privado, el Gobierno se inclina por una de las propuestas m¨¢s pol¨¦micas de lord Turner: la creaci¨®n de un sistema nacional al que deber¨¢n acogerse obligatoriamente los nuevos empleados, salvo que renuncien a ello expresamente. Los empleados deber¨¢n aportar un 4% de su salario, las empresas un 3% y el Estado un 1% en forma de desgravaciones fiscales que nutrir¨¢n el fondo privado de cada trabajador y que podr¨¢ ser invertido en acciones u otros productos financieros. Las empresas con un sistema privado igual o superior a ¨¦ste estar¨¢n exentas de esas contribuciones.

Las propuestas han sido generalmente bien acogidas, aunque hay tambi¨¦n voces discrepantes. El l¨ªder del sindicato de servicios Amicus, Derek Simpson, calific¨® la reforma de "una victoria de los trabajadores". Con m¨¢s moderaci¨®n, el l¨ªder de la federaci¨®n de sindicatos TUC, Brendan Barber, dio la "bienvenida a este Libro Blanco progresista" pero se opuso a retrasar la edad de jubilaci¨®n.

Las reacciones en el sector empresarial fueron mixtas. El director general de la patronal industrial CBI, sir Digby Jones, defendi¨® un sistema de apoyo a las pensiones de los m¨¢s desfavorecidos pero alert¨® de los costes de casi 4.000 millones de euros que supone la propuesta del Gobierno para las empresas. Gordon Lishman, director general de Age Concern, asociaci¨®n que defiende los derechos de los ancianos, se quej¨® de que la reforma no beneficiar¨¢ a los actuales pensionistas.