Apetito por la autodestrucci¨®n
Siempre es triste tener que poner un cresp¨®n negro a una banda de rock que fue, aunque de modo fugaz, toda una leyenda hace 15 a?os. Pero lo cierto es que Guns N' Roses pasaron a mejor vida en el momento en que desaparecieron de su formaci¨®n todos los componentes originales a excepci¨®n del cantante Axel Rose. Por mucho que ¨¦ste se haya decidido ahora a pasear el cad¨¢ver por los escenarios de EE UU y Europa, lo de anteanoche en Madrid fueron unas exequias en toda regla, con el agravante de que se celebraron dos horas m¨¢s tarde que cuando estaba previsto. Justo el tiempo en el que Axel se atrincher¨® en su hotel, del que no le daba la gana salir. Diez mil espectadores esperando llenos de incertidumbre, varios conatos de invasi¨®n de las barras de bebida y m¨¢s de un grito acord¨¢ndose de la se?ora Rose, augusta progenitora de este anta?o ni?o rebelde y ahora gordito pelirrojo de cara retocada por la cirug¨ªa est¨¦tica y, adem¨¢s, corto de voz como un becerro af¨®nico. La noche pudo acabar como el rosario de la aurora, pero, afortunadamente, los madrile?os esgrimieron una cordura ejemplar y se limitaron a lamentar, al menos buen n¨²mero de ellos, el dinero invertido en el espect¨¢culo, dicha esta ¨²ltima palabra con toda la iron¨ªa imaginable.
Guns N' Roses
Parque Juan Carlos I. Madrid, 25 de mayo.
De nada le sirvi¨® a Axel el intentar congraciarse con los asistentes; tampoco que su numerosa banda cumpliera con el desagradable papel de tener que remendar el sonido del grupo original, ni que las canciones fuesen conocidas y sus letras coreadas por el respetable. De verdad, pocas cosas hay tan pat¨¦ticas como un vocalista que se hizo famoso por su peculiar falsete teniendo que cambiar parte de las melod¨ªas para ajustarlas a una voz m¨¢s bien escasa. De lo mejor, los dos o tres n¨²meros del primer y excelente ¨¢lbum del grupo Appetite for destruction, aunque este Mickey Rourke del rock duro bien pudiera titularlo ahora Apetito por la autodestrucci¨®n. A nadie que no sea un forofo irracional del grupo le extra?ar¨ªa el cambio. Descansen en paz los Gansan, como les llam¨® un castizo, y hasta siempre.
Babelia
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