Al otro lado de la 'frontera'
Han llegado de Alcorc¨®n, Parla, Legan¨¦s, Madrid, Getafe. Y piensan quedarse. La localidad de Illescas (Toledo), a 35 kil¨®metros de Madrid capital, con 17.000 habitantes y en la comarca de La Sagra, est¨¢ tomada por miles de madrile?os. Y su llegada a esta poblaci¨®n situada en los l¨ªmites con Madrid se nota en el tipo de negocios que han proliferado por las calles del municipio. Inmobiliaria. Banco. Inmobiliaria. Peluquer¨ªa. Inmobiliaria. Alguna agencia de viajes y bares.
"Aqu¨ª, de tranquilo ya queda poco", cuenta Sonia G¨¢mez, peluquera de 30 a?os y que hace unos meses cambi¨® Parla por Illescas. "Es que en este pueblo me he podido comprar un piso por 174.000 euros", afirma convencida.
Illescas, en Toledo, crece cada a?o en mil habitantes por la llegada de madrile?os
A su lado asienten Alejandro D¨ªaz, profesor de secundaria de 32 a?os, y su esposa, Esther Pedriza, peluquera de 36. ?l trabaja en Madrid y ella, en Illescas. Y los dos dejaron hace unos a?os su piso en el barrio de Usera de la capital para irse a vivir a la localidad toledana de Sese?a (6.500 vecinos), otro ejemplo de crecimiento a lo grande. En este municipio est¨¢ prevista la construcci¨®n de 13.500 pisos m¨¢s, pegados a Valdemoro.
El paisaje de Sese?a o de Illescas est¨¢ lleno de gr¨²as. En sus calles se mezclan los nuevos chal¨¦s adosados con los edificios de altura de los a?os setenta. "Cada a?o crecemos en unos 1.000 habitantes", explica Pedro Caballero, concejal de Obras (PSOE).
Ahora en el municipio no hay parcelas libres. "Y los pisos, en los ¨²ltimos cuatro a?os, han subido un 110%. Un chal¨¦ no se encuentra por menos de 300.000 euros, y un piso de 100 metros cuadrados vale 216.000 euros", apostilla Caballero.
A pesar del crecimiento urban¨ªstico, las calles de la parte m¨¢s antigua de Illescas a¨²n guardan el aspecto de un pueblo. "A veces echo de menos el ajetreo de Madrid, el estr¨¦s...", comenta Carolina Sen, de 30 a?os, y trabajadora municipal que antes viv¨ªa en Legan¨¦s y ahora en Yuncos (Toledo). Su compa?era de trabajo Elena Alonso, de 32 a?os, tambi¨¦n cambi¨® "el movimiento" de Alcorc¨®n por Illescas. "Esto a veces est¨¢ muy tranquilo, y luego, claro, pues falta intimidad, te conoce mucha gente, no es como Madrid", opina.
Muchos coinciden en la misma queja: lo mal comunicado que est¨¢ Illescas. "El principal problema es que no tenemos estaci¨®n de Cercan¨ªas", asegura el concejal Caballero.
Para comprar ropa o ir al cine, la opci¨®n de los vecinos pasa por el centro comercial Nassica, en Getafe. Y para salir de marcha, muchos se quedan en Illescas. Algo que no termina de contentar a los oriundos. "?Es que con tanta gente est¨¢s en la discoteca y no te puedes ni mover!", se queja en un bar V¨ªctor Gonz¨¢lez, de 22 a?os, mientras imita con el cuerpo a alguien inm¨®vil.
Este chico ya se ve "expulsado por los que han sido expulsados de Madrid". La llegada de los madrile?os ha hecho subir el precio de las viviendas y esto, a su vez, obliga a los j¨®venes a buscar una vivienda en otros pueblos de las afueras de Illescas.
El crecimiento de Illescas tiene, adem¨¢s, abierta una pol¨¦mica. El cementerio antiguo ha quedado totalmente incrustado en el casco urbano y ya no tiene posibilidad de ampliarse. El Ayuntamiento tiene previsto clausurarlo y abrir en su lugar uno a las afueras. Pero una plataforma ciudadana se opone y algunos residentes han colgado en sus ventanas s¨¢banas con tres letras: R. I. P.
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