Inquietos y preocupados
S¨ª, Estados Unidos sigue siendo el l¨ªder mundial en renta econ¨®mica real y tambi¨¦n en poder pol¨ªtico y militar. Pero ahora, y en un grado inusual, los habitantes de todas nuestras regiones, ya sean ricos o pobres, andan descontentos. La causa de preocupaci¨®n principal procede de los deprimentes errores de nuestras actividades en Irak. Toda guerra causa dolor. Pero las empresas militares fracasadas, que no parecen admitir un final previsible, han destruido en toda la historia y en todos los lugares la popularidad de los l¨ªderes democr¨¢ticos.
Los precios de Wall Street mantienen una recuperaci¨®n moderada. Los beneficios econ¨®micos de las empresas no han disminuido por t¨¦rmino medio. Por lo tanto no es el corto plazo lo que provoca una ansiedad indebida en los inversores. Es el futuro a largo plazo del d¨®lar y del d¨¦ficit exterior lo que preocupa -y debe preocupar- a los inversores razonables. En el extranjero crece tambi¨¦n la preocupaci¨®n por el futuro de EE UU, ahora que China e India se han convertido en los nuevos gigantes de r¨¢pido crecimiento. El enorme d¨¦ficit presupuestario del presidente Bush -aumentado por el gasto debido al terrorismo e Irak, as¨ª como por la fiebre de "regalos fiscales" a las familias ricas- pone en peligro el futuro a m¨¢s largo plazo.
Hay serias dudas de que una depreciaci¨®n moderada y ordenada del d¨®lar baste para compensar la tendencia al alza del d¨¦ficit corriente
De hecho, el gobierno es parte de nuestro actual problema, pero s¨®lo una parte. Los estadounidenses nos hemos vuelto en general muy poco ahorradores y extremadamente dados al consumo. Ello nos obliga a utilizar los ahorros de regiones extranjeras m¨¢s pobres para financiar la formaci¨®n de capital neto estadounidense en 2006.
?Es el altruismo de los extranjeros lo que explica que continuamente reciclen los d¨®lares procedentes de sus excedentes comerciales en bonos y acciones? Por supuesto que no. Los exportadores privados de China, India, Jap¨®n y Corea a EE UU s¨®lo invierten en activos estadounidenses cuando las tasas de beneficios que les pagamos son satisfactorias. Principalmente, son los gobiernos extranjeros los que invierten con fuerza en bonos del Tesoro estadounidenses a bajo inter¨¦s. Lo hacen porque esperan que esta t¨¢ctica sostenga su excedente de balanza comercial y evite que suban los tipos de cambio del yen japon¨¦s, el won coreano y el yuan chino.
En la diplomacia y en las negociaciones exteriores estadounidenses, intentamos presionar a China para que permita que el tipo de cambio del yuan se aprecie en relaci¨®n con el d¨®lar. Eso ayudar¨ªa un poco, al aumentar la competitividad de las mercanc¨ªas estadounidenses y al mismo tiempo disminuir la invasi¨®n de nuestros mercados por las exportaciones chinas. De hecho, China ha aflojado a rega?adientes su control sobre el d¨®lar y permitido que el yuan suba un poco.
Por desgracia, la historia y la mejor teor¨ªa econ¨®mica hacen que surjan serias dudas respecto a que una depreciaci¨®n moderada y ordenada del d¨®lar baste para compensar la tendencia del d¨¦ficit de nuestra balanza de pagos a subir. En 2005, los activos estadounidenses empezaron a producir rendimientos m¨¢s bajos que los extranjeros. Por eso no es paranoico temer un futuro ataque desordenado contra el d¨®lar. Si eso ocurriera -pongamos que en 2009 o 2010-, la historia econ¨®mica predice que muy probablemente se producir¨ªa a rengl¨®n seguido un p¨¢nico financiero mundial.
Portavoces de la Casa Blanca nos dicen a nosotros y les aseguran a nuestros amigos extranjeros que todo va bien. Irak mejora. Los acelerados d¨¦ficit presupuestarios estadounidenses empezar¨¢n a desacelerarse. Pero pocos de los electores que apoyaron al republicano George Bush creen ahora en los anuncios del gobierno. En cualquier caso, sorprender¨ªa que en la actualidad los estadounidenses no estuvieran con el ¨¢nimo preocupado. Cuando la riqueza econ¨®mica del pa¨ªs empeora a las claras, el empezar a preocuparse es un primer paso necesario para mejorar la conducta.
(c) 2006 Paul Samuelson. Distribuido por Tribune Media Services.
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