Celebraci¨®n de la vida

Como si hubiesen pasado siglos desde que alguna nube oscura ensombreciera durante unos segundos el cielo siempre azul de Joan Manuel Serrat, ¨¦ste ha regresado, como si nada, como una aut¨¦ntica celebraci¨®n de la vida. S¨®lo as¨ª cabe calificar el ¨²ltimo disco del ¨ªdolo: M?, un manual del goce de todas las maravillas que la vida puede ofrecer. Amores, melancol¨ªas, sensualidades, paisajes que se fijan en la retina y en el alma, a?oranza de los amigos desaparecidos, preocupaci¨®n llena de amor por la seguridad de los hijos... todo imbuido de una poes¨ªa de car¨¢cter m¨¢gico, que es capaz de tocar el alma incluso a aquellos p¨²blicos que no tienen ni idea de catal¨¢n.

Precisamente con esta reflexi¨®n comenz¨® el cantante, dando por sentado, con socarroner¨ªa, que todos los madrile?os conocen la lengua catalana, ya que algunos, que no se dan cuenta que su traje de solemnidad viene manchado de rid¨ªculo, son capaces de afirmar, sin cortarse un pelo, "que hablan catal¨¢n en la intimidad". Con la practicidad del pay¨¦s, Serrat ofreci¨® una soluci¨®n a todos aquellos que encontrasen inc¨®modo el tema de la lengua ajena: "Pod¨ªan hacer como si, en lugar de catal¨¢n, fuera 'valenciano del norte', que esos pueden tener el Estatut que quieran y no les boicotear¨¢n las naranjas".

Rodeado de un grupo excepcional y flanqueado por dos teclados sabios, los de Ricard Miralles y Josep Mas, Hitflus, y con una escenograf¨ªa sobria y elegante, Serrat comenz¨® con dos piezas nuevas: Fugir de tu y M?, canci¨®n ¨¦sta ¨²ltima que entronc¨® perfectamente con el cl¨¢sico Mediterr¨¢neo. Del mar a la urbe, con la emocionante Perdut a la ciutat. ?sta tuvo su continuaci¨®n con otro tema urbanita, que define perfectamente el perfil barcelon¨¦s de su autor: La bella y el Metro. Tras la primera descarga rom¨¢ntica de la noche, que lleg¨® con Ja tens L'amor, Serrat volvi¨® a hacer gala de su tierno sentido del humor, al tratar de situarse ante el p¨²blico en el supuesto imposible de que, en lugar de haber nacido hombre, hubiera llegado a este mundo en el cuerpo de una mujer. Todo esto ocurr¨ªa en la canci¨®n Si hagues nascut done. Otra de las mejores composiciones de siempre de Serrat, De vez en cuando, sirvi¨® de puente a la voz de otro poeta musicada por este genio de nuestro tiempo: el tema Mala mar, que toma su letra de los versos de Joan Margarit.

A continuaci¨®n lleg¨® el tramo de las melancol¨ªas, con otra bell¨ªsima composici¨®n del nuevo disco titulada Plou al cor, y acto seguido el cantante dispuso de toda su capacidad melodram¨¢tica para hacer revivir de nuevo ese Pueblo blanco, que fue recibida con un tremendo aplauso por parte de los asistentes. El homenaje lleno de cari?o al amigo perdido, en este caso el desaparecido guitarrista Josep Mar¨ªa Bardag¨ª, con dos canciones que eran una continuaci¨®n de la otra: la delirante Mal son per entregues, y su segunda parte titulada Capgr¨®s, o Cabez¨®n que es como Serrat y sus amigos llamaban cari?osamente a Bardag¨ª.

Ah¨ª se inici¨® la traca final con Para la libertad y a juicio de quien esto escribe, la mejor composici¨®n de este Serrat de 2006: Cremant nubols. Tras ella, el cantante interpret¨® ?ngel de la guarda, dedicada a su hija Candela, No hago otra cosa que pensar en ti y Res al ras. Con ellas se desped¨ªa, deseando a los asistentes lo mejor que se puede desear hoy en el tiempo en el que vivimos: el m¨¢ximo de felicidad posible.

Naturalmente, tuvo que regresar con dos bises, Cantares y Aquellas peque?as cosas. Con estas canciones en el aire qued¨® flotando ese aroma vitalista de un Serrat decidido a no perder un solo minuto y disfrutar de lo mejor de estar vivo. Y adem¨¢s fue capaz de contagiar, aunque s¨®lo fuera por unos segundos, esta sensaci¨®n a quienes estaban de pie aplaudi¨¦ndole. ?Se puede pedir m¨¢s?