El sentido posesorio de la derecha
Dif¨ªcil es comprender la postura del Partido Popular por lo que a los nuevos Estatutos de Catalu?a y Andaluc¨ªa se refiere. Al conocerse en efecto el texto del proyecto de Estatuto andaluz, antes de iniciarse los debates en su Parlamento, comenzaron a surgir voces desde la derecha rechazando de plano el mismo, bajo la argumentaci¨®n, entre otras cosas, de ser un Estatuto de segunda cuando Andaluc¨ªa merec¨ªa uno de primera. Para ese partido, adem¨¢s, ambos Estatutos, rompen a Espa?a. Casi nada.
M¨¢s abandonando lo que podr¨ªa considerarse un simple juego de palabras, es lo cierto que el Estatuto andaluz, su proyecto, en lo que al autogobierno de esta comunidad aut¨®noma se refiere, muy similar es al catal¨¢n. Tal vez las dos cuestiones m¨¢s pol¨¦micas, como acreditados constitucionalistas han puesto de relieve -el hecho de proclamarse Andaluc¨ªa una realidad nacional dentro de Espa?a en su pre¨¢mbulo, podr¨¢ o no compartirse, sin plantear problema alguno de constitucionalidad o al menos no se me alcanza-, sean la del "blindaje" en las competencias y la gesti¨®n en torno al Gualdaquivir. Tranquilos hemos de estar pues, como sucedi¨® con el Estatut. En la comisi¨®n constitucional se buscar¨¢n con seguridad f¨®rmulas que har¨¢n desaparecer las dudas, si realmente se tienen, sin que otras comunidades puedan sentirse agraviadas.
Pero los populares contin¨²an afirmando, frente a los grupos parlamentarios restantes, como si nada entendieran ¨¦stos, que Espa?a se quiebra, se disgrega, se rompe. En suma, que la patria se deshace, discurso que recuerda al utilizado por la derecha en 1.936. S¨®lo con actitudes as¨ª se rompe y se divide.
No se llega a afirmar, como Calvo Sotelo hiciera, que es preferible una Espa?a roja a una Espa?a rota, pero el sentimiento anticatalanista en ciertos sectores, fomentado por las posturas, ha de creerse que imprudentes y no dolosas, sostenidas por algunos pol¨ªticos de la derecha -recordando en ocasiones a la ultraderecha, nunca al centro-, que dio lugar y todav¨ªa lo est¨¢ dando a la no adquisici¨®n de productos catalanes por muchos de sus seguidores, no procede ni del tripartito, ni del Gobierno central. Viene de quien viene.
Manuel Aza?a, extraordinario pol¨ªtico y brillante aunque entristecido presidente de la Rep¨²blica por los tristes momentos hist¨®ricos que a todos los espa?oles les cost¨® vivir gracias a los golpistas, sin duda por las afirmaciones reiteradas, machaconas y pelmas de la derecha sobre su concepci¨®n de la patria, dec¨ªa que ¨¦l no era patriota en un discurso pronunciado en Barcelona en 1930, porque ese vocablo, dec¨ªa, que signific¨® en el XIX revoluci¨®n y libertad, ha venido a corromperse y manosearse por gente que expresa la intransigencia, la intolerancia y la cerraz¨®n mental. ?l, que gran patriota fue.
Pide la derecha, en efecto, al presidente del Gobierno que en las materias comentadas act¨²e con patriotismo, dando con ello a entender que, hasta el momento, no es para ellos un buen patriota.
Est¨¢ la derecha de este pa¨ªs manipulando lo que puede en todos los terrenos. Lo hace en las C¨¢maras con formas groseras que repugnan a la inmensa mayor¨ªa de los ciudadanos. Manipula a las v¨ªctimas del terrorismo ¨®, para ser m¨¢s exactos, a los dirigentes que act¨²an siguiendo sus dictados con desprecio hacia el resto. Manipula todo lo que puede al ¨®rgano de gobierno del poder judicial. Manipula lo que puede a los jueces, sin conseguir siempre su objetivo, para que resuelvan conforme a sus planteamientos en el proceso de paz que sus primeros pasos dando est¨¢. Lo propio hace con la Iglesia en cuanto tiene ocasi¨®n para ello, manifest¨¢ndose a veces con alg¨²n cardenal y una decena de obispos conjuntamente en uni¨®n y comuni¨®n en un espect¨¢culo realmente esperp¨¦ntico.
En un momento de nuestra historia, largo, muy largo, los arist¨®cratas, poder econ¨®mico, Ej¨¦rcito e Iglesia, era todo ello derecha. Pero hoy en d¨ªa, guste o no a la actual derecha, por fortuna, la calle, el Ej¨¦rcito, las instituciones, la bandera, Andaluc¨ªa, Espa?a, la patria en fin, no es suya. Es decir, no en exclusiva, pues todo ello es de todos los espa?oles.
La derecha ha de demostrar en estos momentos, ante el reto hist¨®rico que el Estatuto de Andaluc¨ªa supone, el esp¨ªritu de grandeza que necesario es en tal menester, dej¨¢ndose de inexistentes rupturas que s¨®lo en su mente est¨¢n, tratando de consensuar el texto con el resto de las fuerzas pol¨ªticas en el Congreso. Ha de saber renunciar a ese sentido posesorio que siempre ha tenido sobre bienes, personas e instituciones, la verdad y la raz¨®n.
Catalu?a y Andaluc¨ªa tienen siempre gran importancia para ganar las elecciones generales. Analice la derecha si va por el buen camino -admitiendo siempre que perfecto derecho tiene a defender lo que defiende, faltar¨ªa m¨¢s en una democracia- y explique bien por qu¨¦ en cuanto a la financiaci¨®n lo que se niega para Andaluc¨ªa bien parece para Baleares y tenga siempre en cuenta que el pueblo andaluz es muy sabio como a lo largo de los siglos ha demostrado. Es generoso, s¨ª, pero no ingenuo.
Juan Jos¨¦ Mart¨ªnez Zato ha sido vocal del CGPJ y Teniente Fiscal del Tribunal Supremo.
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