Un guerrero en busca de futuro

Es posible que los nombres marquen a las personas. El de Ollanta Humala (Lima, 1963) es de origen incaico y significa "el guerrero que lo ve todo". Humala es un ex militar al que le gusta que le sigan llamando "comandante" y que mantiene formas y h¨¢bitos castrenses. Pero, sobre todo, el l¨ªder de la Uni¨®n Per¨² por el Per¨² (UPP) es un hombre con una visi¨®n sobre el lugar que debe ocupar Per¨² en el mundo, una visi¨®n que deriva directamente del etnocacerismo, una doctrina nacionalista y racista inculcada por su padre, Isaac Humala -un marxista expulsado del Partido Comunista por radical-, que reclama que la "raza cobriza" vuelva a gobernar Per¨², algo que, en su opini¨®n, no sucede desde que el conquistador espa?ol Francisco Pizarro llegara a su tierra.

Seis de los siete hermanos Humala tienen nombres incas y a los siete, cuando eran peque?os, en vez de cuentos infantiles, sus padres les relataban luchas hist¨®ricas de los esclavos contra sus se?ores, como Espartaco contra Roma o los ilotas contra los espartanos. Cuando aprend¨ªan a hablar, les obligaban, a la vuelta del colegio, a debatir en la familia defendiendo sus ideas. En esta mezcla de f¨¦rrea disciplina pero tambi¨¦n fomento del individualismo se cri¨® Humala, quien, junto a su hermano Antauro, se inclin¨® por la carrera militar, que incluy¨® un periodo de paso en 1983 por la controvertida Escuela de las Am¨¦ricas, la instituci¨®n en la que Estados Unidos formaba militares de diversos pa¨ªses latinoamericanos en la lucha contra los movimientos guerrilleros del continente.

Humala, casado y padre de dos hijas, comenz¨® su actividad militar combatiendo a la guerrilla mao¨ªsta de Sendero Luminoso. En este marco (que se calcula cost¨® la vida a unos 65.000 peruanos) se produce un hecho que durante toda la campa?a electoral ha arrojado su sombra sobre el candidato presidencial. A mediados de los noventa, durante la presidencia de Alberto Fujimori, en la poblaci¨®n de Madre M¨ªa, y al igual que en muchas zonas rurales de Per¨², se produjeron numerosos casos de torturas, desapariciones y asesinatos a las ¨®rdenes de un tal capit¨¢n Carlos. Varias organizaciones de defensa de los derechos humanos aseguran que dicho alias corresponde en realidad a Humala, quien por un lado ha desmentido tajantemente que sea ese militar aunque, por otra parte, no niega nunca su participaci¨®n en hechos de lucha contra la guerrilla o los califica de "actos de guerra". El l¨ªder de la UPP est¨¢ citado como testigo por la fiscal¨ªa peruana a declarar en las pr¨®ximas semanas sobre el caso.

Su salto a la fama se produce el 29 de octubre de 2000 cuando, junto a su hermano Antauro y un pu?ado de militares, abandona el cuartel de Locumba y toma las instalaciones de una mina y comienza a recorrer diversas poblaciones exigiendo la ca¨ªda de Fujimori. Hay quienes dudan de la eficacia real de la asonada de Locumba, pero al final Fujimori se vio forzado a dejar el poder. Tras la huida del presidente a Jap¨®n, Humala es amnistiado, reincorporado al Ej¨¦rcito e incluso nombrado agregado militar tanto en Corea de Sur como en Francia, donde realiza un cursillo en la Sorbona. Abandona el uniforme el oto?o para lanzarse a la carrera presidencial.

En las entrevistas no aparta la vista de los ojos de su interlocutor. Directo en sus respuestas y mostrando en numerosas ocasiones un gran autocontrol, Humala se dirige a los peruanos dando por un lado una sensaci¨®n personal de seguridad y, por otro, prometiendo un futuro de esplendor basado en el retorno a las ra¨ªces de un pasado dorado. Pero gran parte de su campa?a se ha desarrollado a la defensiva. Primero, tratando de desmarcarse de su familia, donde la opini¨®n mayoritaria se inclina por fusilar "a ex presidentes, congresistas y homosexuales"; luego, tratando de esquivar los halagos del venezolano Hugo Ch¨¢vez, vistos en Per¨² con recelo. Cuando fue a votar en la primera vuelta junto a su mujer, fue arrinconado por simpatizantes de sus rivales. Ma?ana volver¨¢ a votar al mismo lugar.