Calma en el delta del Guadiana
Un crucero fluvial entre fortalezas camino del Atl¨¢ntico
Los ¨²ltimos pasos del r¨ªo Guadiana camino del Atl¨¢ntico hacen de frontera natural entre las tierras andaluzas de Huelva y las del Algarve portugu¨¦s, un tramo fluvial muy singular con m¨¢s de 70 kil¨®metros navegables, incluso para grandes embarcaciones, que ha marcado la vida de sus pobladores a uno y otro lado de las aguas. Las relaciones econ¨®micas y culturales entre el oeste onubense y el Algarve han sido siempre muy fluidas y afines, a pesar del elemento geogr¨¢fico insalvable que ha constituido el r¨ªo, hasta la inauguraci¨®n, en 1991, de su famoso puente internacional. Nunca fueron las aguas del Guadiana un elemento separador entre los pueblos de sus orillas, sino los motivos pol¨ªticos e hist¨®ricos los que subrayaron las lindes acu¨¢ticas como fronteras. La primera l¨ªnea qued¨® marcada aqu¨ª durante el dominio romano, con la separaci¨®n entre las provincias Baetica y Lusitania; posteriormente, la entrada de los visigodos unific¨® casi todo el territorio peninsular, en la Alta Edad Media (siglos V-VIII); m¨¢s tarde, el Emirato de C¨®rdoba separa los territorios del oeste de Al-Andalus y Al-Garb con el Guadiana de por medio, de la misma forma que posteriormente lo hicieran los reinos taifas de Onuba y Algarve. Tras la conquista de los cristianos, ya siempre quedar¨ªa la desembocadura del r¨ªo, y sus ¨²ltimos kil¨®metros de recorrido, como frontera administrativa entre los reinos de Portugal y Castilla.
A pesar del roce y la buena armon¨ªa entre los pueblos rayanos, varias fortificaciones emplazadas estrat¨¦gicamente en Ayamonte, Castro Marim, Sanl¨²car de Guadiana, Alcoutim y M¨¦rtola muestran la desconfianza que durante siglos existi¨® entre los monarcas ib¨¦ricos. Algunas de estas fortalezas conservan todav¨ªa sus hechuras en perfecto estado, como el castillo de Castro Marim, que recorta su figura por encima de las aguas del r¨ªo, o el castillo de Sanl¨²car, alzado en lo alto de un cerro con la mirada puesta en la orilla portuguesa. Sin embargo, del conjunto defensivo de Ayamonte s¨®lo se conserva la torre Canela, en la isla marisme?a del mismo nombre; de su castillo tan s¨®lo quedan algunas piedras utilizadas en la construcci¨®n del parador de turismo.
Crucero fluvial
Una de las maneras m¨¢s atractivas de recorrer esta regi¨®n fronteriza es remontar el Guadiana en alguna de las embarcaciones, que llevan a turistas y pasajeros a lo largo de 70 kil¨®metros de r¨ªo hasta la ciudad portuguesa de M¨¦rtola, en el coraz¨®n del Algarve. Un crucero fluvial que parte de Ayamonte y asciende desde la desembocadura por uno de los tramos fluviales m¨¢s ex¨®ticos del continente europeo. Las aguas turbias y embarradas de las riadas primaverales contrastan con los verdores silvestres de los montes aleda?os, cuajados de encinas y alcornoques, con visiones emboscadas que recuerdan las im¨¢genes de algunos r¨ªos africanos. Los meandros y arenales en forma de isla, moteados de garzas, cig¨¹e?as y cormoranes, se suceden camino de las localidades ribere?as de Sanl¨²car de Guadiana y Alcoutim, dos pueblos blancos hermanados por el r¨ªo y vigilados desde sus fortalezas. Hasta ellos llegan los cruceros tur¨ªsticos y las grandes embarcaciones, dejando atr¨¢s 40 kil¨®metros moteados de cortijos, embarcaderos y peque?as aldeas portuguesas, como Almada de Ouro, Foz de Odeleite y Guerreiros do R¨ªo. Desde Sanl¨²car, la ruta fluvial hasta M¨¦rtola s¨®lo es seguida por barcos peque?os y veleros, por lo que, si se pretende continuar por el r¨ªo hasta la localidad algarve?a, lo mejor es realizar todo el recorrido en una de estas embarcaciones, que se puede contratar a pescadores y marineros de Ayamonte.
Un poco m¨¢s arriba de Sanl¨²car, hasta el embarcadero de la Laja, llegaban en los a?os setenta los cargueros que recog¨ªan el cobre de las minas de La Puebla de Guzm¨¢n. El viejo trazado f¨¦rreo que tra¨ªa el mineral hasta el puerto de la Laja se ha reconvertido ahora en una v¨ªa verde para cicloturistas. M¨¦rtola es la ciudad portuguesa donde mejor se conserva su pasado ¨¢rabe. En la iglesia parroquial todav¨ªa se puede ver el mihrab de la antigua mezquita, y el castillo y las murallas conservan numerosos vestigios de su pasado musulm¨¢n. El museo local alberga una de las mayores colecciones de objetos ¨¢rabes de Espa?a.
Hacia el gran oc¨¦ano
El Guadiana desparrama sus aguas y limos, antes del encuentro con el gran oc¨¦ano, dando vida a un amplio estuario compuesto por marismas, salinas, esteros y cultivares extendidos por uno y otro lado de la frontera. En la orilla portuguesa se localiza la reserva natural do Sapal, con unas 2.000 hect¨¢reas de zona h¨²medas entre las localidades de Castro Marim y Vila Real de Santo Ant¨®nio. Su centro de interpretaci¨®n, en las inmediaciones del puente internacional, recoge toda la informaci¨®n necesaria para descubrir los valores naturales de la reserva. Tres excursiones pedestres se?alizadas (marisma de Venta Moh¨ªnos, salinas tradicionales y cerro del Bufo) muestran las zonas h¨²medas mejor conservadas, donde conviven flamencos, esp¨¢tulas, charranes, cig¨¹e?uelas y avocetas en armon¨ªa con la explotaci¨®n tradicional de las salinas y la acuicultura. M¨¢s de 60 especies de peces, crust¨¢ceos y moluscos est¨¢n presentes en las lagunas y zonas inundadas de la reserva, algunas de ellas econ¨®micamente muy importantes para la zona, como la dorada, el sargo, el r¨®balo y el camar¨®n de monte gordo.
En la vertiente espa?ola se abren las marismas de Isla Canela e Isla Cristina, dos aguazales salinos de importancia vital para numerosas especies de aves acu¨¢ticas y para la explotaci¨®n tradicional del marisqueo. Desde Ayamonte, una peque?a carretera que discurre en direcci¨®n a Isla Canela y Punta del Moral atraviesa algunas de las zonas encharcadas de estas marismas, desde donde se pueden tomar caminos que recorren los esteros y las lagunas. Existe en la zona una v¨ªa verde, denominada del Litoral, que recorre, por el antiguo trazado ferroviario entre Gibrale¨®n y Ayamonte, buena parte de las marismas de Isla Cristina. Su centro de interpretaci¨®n de El Hombre y la Marisma se encuentra en la localidad de Pozo del Camino, al borde de la v¨ªa.
GU?A PR?CTICA
C¨®mo llegar- Desde Huelva se toma la autov¨ªa A-49 hasta Ayamonte. Cruzando el puente internacional del Guadiana se entra en Portugal; la primera salida es la que lleva a Castro Marim y a Vila Real de Santo Ant¨®nio.Dormir- Parador de Ayamonte (959 32 07 00; www.parado.es). Avenida de la Constituci¨®n, s/n. Ayamonte (Huelva). Levantado sobre las piedras del viejo castillo, en el altozano brinda buenas vistas sobre el Guadiana. Habitaci¨®n doble, entre 90 y 110 euros, seg¨²n la temporada.- Plaza Chica (959 39 03 30). Calle de la Plaza, 29. Cartaya. Peque?o hotel situado en un edificio rehabilitado del siglo XIX, con techumbres de madera y patios t¨ªpicos. La habitaci¨®n doble cuesta 65 euros.D¨®nde comer- Casa Luciano (959 47 10 71). La Palma, 1. Ayamonte. Cocina regional regada con vinos del Condado de Huelva. Precio medio por persona, unos 30 euros.- El Fig¨®n de Presen (959 32 04 16). Cayetano F¨¦u, 2. Ayamonte. Recetas tradicionales frente al mar. Precio medio, alrededor de 30 euros.Informaci¨®n- Centro de interpretaci¨®n Reserva Natural do Sapal (00 351 281 51 06 80). Sapal de Venta Moinhos. Castro Marim.- Centro de interpretaci¨®n El Hombre y la Marisma (959 48 60 34). Pozo del Camino.
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