"No es equiparable la violencia del opresor con la del oprimido"
Pocas veces se hab¨ªa visto sonre¨ªr a Ken Loach con la satisfacci¨®n que demostr¨® en Cannes al recoger, el domingo pasado, la Palma de Oro por su pel¨ªcula The wind that shakes the barley. En contra de las expectativas, el veterano realizador ingl¨¦s, de 69 a?os, se alz¨® con el m¨¢ximo galard¨®n del prestigioso festival cinematogr¨¢fico por su incursi¨®n en el alzamiento popular por la independencia de Irlanda en los a?os veinte del siglo pasado.
Siguiendo el gui¨®n de Paul Laverty, Loach centra la trama en dos hermanos irlandeses, interpretados por Cillian Murphy y Padraic Delaney, que se unen a la guerrilla ante los abusos de las tropas brit¨¢nicas y terminan luchando en sendos bandos de la guerra civil desatada por el acuerdo anglo-irland¨¦s de 1921, que dio origen a la todav¨ªa vigente partici¨®n de la isla de la Esmeralda. La pel¨ªcula ha sentado mal en c¨ªrculos ultraconservadores brit¨¢nicos, que acusan al siempre izquierdista cineasta de "hundir en el barro" la reputaci¨®n del viejo imperio ingl¨¦s.
"En Cannes se concentra la industria (...). No imagino un premio m¨¢s prestigioso que la Palma de Oro. No la cambiar¨ªa por un Oscar"
"Siempre que hay un ej¨¦rcito de ocupaci¨®n, la gente quiere echarlo de su pa¨ªs, y las tropas invasoras reaccionan contra el pueblo con racismo y desprecio"
Loach encaja con orgullo las acusaciones de sus compatriotas mientras prepara ya su pr¨®ximo largometraje en una peque?a oficina del Soho londinense. Carteles de Tierra y Libertad, su trabajo sobre la Guerra Civil espa?ola, decoran las paredes, y en la repisa central, junto a las Espigas de Oro cosechadas en Valladolid por sus filmes Felices diecis¨¦is'y Mi nombre es Joe, descansa la Palma dorada de Cannes. Es la primera en sus 44 a?os dedicados al cine de denuncia social y pol¨ªtica.
Pregunta. ?C¨®mo valora la Palma de Oro?
Respuesta. Significa mucho para nosotros. Es el premio m¨¢s relevante en la cinematograf¨ªa mundial, ya que Cannes es el m¨¢s importante festival de la industria. Venecia y Berl¨ªn son buenos cert¨¢menes. Valladolid tambi¨¦n lo es y ocupa un lugar muy especial en nuestro coraz¨®n porque han sido muy generosos con nosotros. Pero Cannes es realmente la plaza donde se concentra la industria y donde se muestran filmes de todo el mundo, no s¨®lo de un pa¨ªs, como sucede en los Oscar. No imagino un premio m¨¢s prestigioso que la Palma de Oro, y, desde luego, no lo cambiar¨ªa por un Oscar.
P. ?Ten¨ªa expectativas de ganar a pel¨ªculas favoritas como Volver, de Pedro Almod¨®var?
R. Esas cuestiones no tienen importancia. Ni piensas en ello. Nos quedamos muy contentos con la reacci¨®n del p¨²blico durante las proyecciones en Cannes. Volvimos a casa y comenzamos a trabajar en la siguiente pel¨ªcula. Estaba cortando el c¨¦sped el domingo pasado cuando nos llamaron para que regres¨¢ramos. Mi mente estaba para entonces en el pr¨®ximo filme.
P. ?Cree que, despu¨¦s de tantos a?os compitiendo en Cannes, el premio celebra tambi¨¦n su trayectoria global?
R. No creo que sea as¨ª, pues algunos miembros del jurado probablemente no conocen todos los filmes que he realizado. La suerte juega un papel importante en todos los festivales en tanto que siempre puede haber gente en el jurado incapaz de responder a tu trabajo.
P. ?Qu¨¦ pudo determinar la decisi¨®n un¨¢nime del jurado?
R. Los actores son estupendos, y todos ellos tienen la capacidad de conectar con la audiencia. Y, por supuesto, el gui¨®n de Paul es un excelente trabajo narrativo. Fui muy afortunado de combinar ambos elementos en la pel¨ªcula.
P. Es usted muy modesto.
R. Es cierto lo que digo. El gui¨®n es fant¨¢stico. En ocasiones trabajas igualmente duro, pero el resultado final no cuadra. Esta vez tuvimos suerte. Mientras lo prepar¨¢bamos me vino frecuentemente a la memoria Tierra y Libertad. Ambas pel¨ªculas comparten un sentimiento de camarader¨ªa. Cuentan una historia de camarader¨ªa y solidaridad.
P. ?C¨®mo reaccion¨® ante las acusaciones de antipatriota hechas desde algunos sectores de la prensa brit¨¢nica?
R. Me encant¨®. Parten de la derecha lun¨¢tica, la ultraderecha. Si no hubieran protestado contra el filme, implicar¨ªa que hab¨ªamos fracasado. Anticip¨¢bamos su reacci¨®n viperina. En sus art¨ªculos en prensa se equivocan en todo; incluso, en los peque?os hechos reales. Se escandalizan y pierden los estribos en cuanto uno sugiere que el imperio brit¨¢nico fue brutal, opresivo y determinado a explotar al pueblo que hab¨ªa conquistado. Esper¨¢bamos este histerismo. Lo ¨²nico que consiguen es hacer el rid¨ªculo.
P. La escritora irlandesa Ruth Dudley Edwards denuncia el desequilibrio en el retrato de los brit¨¢nicos, como s¨¢dicos, y de los irlandeses, como idealistas rom¨¢nticos.
R. No ha visto la pel¨ªcula. En el filme vemos a voluntarios teniendo que ejecutar a camaradas que han pasado informaci¨®n a los brit¨¢nicos. Una acci¨®n tr¨¢gica y dura. Tambi¨¦n los vemos disparar contra soldados en un bar. Son hechos que sucedieron realmente. No minimizamos la violencia de la resistencia, pero tampoco se puede equiparar la violencia del opresor con la violencia del oprimido.
P. ?Por qu¨¦ no?
R. Porque un pueblo tiene el derecho a resistir contra la gente que ocupa su pa¨ªs. De la misma forma que los maquis en Francia estaban en su derecho de oponerse a los alemanes, los partisanos en Yugoslavia, en Grecia... Luchar contra el que te oprime e invade tu pa¨ªs es una guerra leg¨ªtima. Los voluntarios irlandeses no iniciaron la guerra. Los irlandeses hab¨ªan votado pac¨ªfica y democr¨¢ticamente a favor de la independencia. Una gran mayor¨ªa, en torno al 75%, vot¨® por una Irlanda unida e independiente. En respuesta, los brit¨¢nicos enviaron sus tropas y se desat¨® la violencia contra los irlandeses. ?stos, a su vez, respondieron con violencia. Pero no es lo mismo la violencia de unos y la de los otros. Ochenta a?os m¨¢s tarde, los irlandeses todav¨ªa viven las consecuencias del tratado resultante, que no ha funcionado.
P. ?Puede el filme afectar a la negociaci¨®n actual para reconducir el proceso pol¨ªtico en Irlanda del Norte?
R. Tan s¨®lo en una forma muy indirecta. Hay un viejo eslogan que dice: "No hay paz sin justicia". Pues bien, una buena paz ser¨¢ dif¨ªcil de alcanzar si no nos enfrentamos honestamente con el pasado.
P. ?Prefiere recordar antes que olvidar conflictos que pueden reabrir cicatrices?
R. Hay que aclarar las cosas antes. No se puede olvidar a partir de una mentira. Y, desde luego, el problema en Irlanda parte del hecho de que nosotros, los brit¨¢nicos, nunca hemos reconocido nuestro papel en los problemas actuales del Norte de Irlanda. Los brit¨¢nicos impusieron la partici¨®n de la isla, pero el Gobierno brit¨¢nico se escuda ahora en que los irlandeses est¨¢n luchando de nuevo entre ellos. Fue Gran Breta?a quien cre¨® el problema y quien debe reconocerlo para lograr la paz.
P. ?Sirve el filme de espejo de la coyuntura internacional en otros escenarios, como, por ejemplo, Irak?
R. Lo que pas¨® en Irlanda es una situaci¨®n cl¨¢sica que se aplica en cualquier territorio con un ej¨¦rcito de ocupaci¨®n. Las tropas invasoras producen violencia y tambi¨¦n acusan violencia. Se crea una situaci¨®n imposible de controlar. Estos d¨ªas est¨¢ surgiendo informaci¨®n de otra masacre de los norteamericanos en Irak. No es una sorpresa. Volver¨¢ a suceder. Siempre que hay un ej¨¦rcito de ocupaci¨®n, la gente quiere echarlo de su pa¨ªs y las tropas invasoras reaccionan contra el pueblo con racismo y con desprecio, fomentando a¨²n m¨¢s el odio. Se crea un c¨ªrculo vicioso que nunca funciona bien.
P. ?Aun cuando ese ej¨¦rcito extranjero luche por la democracia?
R. Sabemos lo que Estados Unidos piensa de la democracia. Lo comprobamos en Suram¨¦rica. Los chilenos eligieron a Allende y los americanos se deshicieron de ¨¦l. Nicaragua vot¨® por los sandinistas y los americanos arremetieron contra ellos. Estados Unidos desde?a la democracia. Quiere el petr¨®leo iraqu¨ª, los mercados de la regi¨®n, sus recursos naturales, mano de obra barata y las empresas que antes pertenec¨ªan al Estado iraqu¨ª. Sigue una agenda econ¨®mica y pol¨ªtica en beneficio de las grandes corporaciones estadounidenses. S¨®lo aceptar¨¢ un Gobierno en Irak que responda a sus intereses. Si el nuevo Gobierno aprobara renacionalizar la industria petrolera, no creo que durase mucho tiempo en el poder.
P. ?Ve se?ales de optimismo en el cine actual?
R. S¨ª, la tendencia es buena. En los ¨²ltimos a?os la gente se est¨¢ politizando con la guerra de Irak, las grandes manifestaciones, y, por supuesto, en Espa?a, con la tragedia de las bombas en Madrid. La gente se ha politizado y el cine lo refleja. Lo vemos en documentales de EE UU, en las pel¨ªculas de George Clooney, en los filmes proyectados en Cannes. El cine vuelve a ser relevante e importante. Una vez m¨¢s se ha despertado en la audiencia el apetito por trabajos que reflejan el mundo tal y como es.
P. ?Y en Reino Unido?
R. Todav¨ªa miramos excesivamente hacia Estados Unidos y mucho menos hacia Europa. Las pantallas siguen dominadas por las grandes producciones estadounidenses. Los estudios mantienen nuestros cines en sus garras.
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