La seducci¨®n de Carmen March
Con s¨®lo tres colecciones, se ha hecho un hueco en las pasarelas gracias a una inagotable pasi¨®n por los tejidos y un gusto exquisito. Rompe con el t¨®pico de la dise?adora joven y propone recuperar la tradici¨®n en una propuesta delicada y funcional al mismo tiempo
Ella dise?a para s¨ª misma. "As¨ª de ego¨ªsta", confiesa. Y quiz¨¢ por eso Carmen March tiene muy claras las cuestiones b¨¢sicas, como que la ropa tiene que ser suave por dentro; que las etiquetas no tienen que picar, y que la mujer que vista con su ropa debe estar siempre c¨®moda. "Mi ropa me la pongo yo y quiero estar a gusto con ella", dice esta mallorquina de 31 a?os. S¨®lidas bases sobre las que construir.
Hija del financiero Juan March y nieta y bisnieta de los empresarios del mismo nombre, de su infancia recuerda la fascinaci¨®n que sent¨ªa por una colecci¨®n de encajes antiguos de su madre, o las visitas a la modista donde le dejaban jugar con botones y lentejuelas. "Y un cierto regusto de elegancia y de saber estar de gente que ten¨ªa tanta fuerza que la ropa era lo de menos".
Los cr¨ªticos han dicho de ella que tiene un sexto sentido para los tejidos, un esmero que se traduce en refinamiento y un gran dominio de las estructuras. Hasta ahora s¨®lo ha presentado dos colecciones en Cibeles y una en Gaud¨ª, pero Carmen March ya es uno de los grandes talentos de la moda espa?ola.
Su sexto sentido para los tejidos se nota cuando habla. Dice no tener casi retentiva para el color, y por eso utiliza el o¨ªdo y el olfato para valorar las telas. "S¨®lo me falta chuparlas", bromea. Y sus sentidos le llevan a apostar por pa?os tradicionales: "Los tejidos sint¨¦ticos me huelen mal, raspan en la mano y me producen urticaria". Al hablar transmite su pasi¨®n por detalles como el sonido que hace el moar¨¦, una tela de seda semirr¨ªgida que hace aguas y que en algunos sitios se utiliza para forrar ata¨²des. "Un tejido m¨¢s que rancio con el que se hac¨ªan vestidos a principios del siglo pasado o se tapizaban paredes", explica Carmen mientras se frota las manos como si quisiera rememorar el tacto de esa tela. En la colecci¨®n para el pr¨®ximo oto?o, que present¨® en Cibeles el pasado mes de febrero, algunas de sus apuestas para la noche estaban confeccionadas con este tejido. Y el resultado, pese a la tradici¨®n que destila el moar¨¦, no es ¨²nicamente cl¨¢sico.
Ese inter¨¦s por la tradici¨®n, su manera de reapropiarse de los cl¨¢sicos, podr¨ªa ser una herencia de la carrera que Carmen estudi¨® antes de decidirse por lo textil: Historia y Geograf¨ªa. Aunque ella le resta importancia a su influencia: "Lo que pasa es que me gusta investigar a fondo el tema que tengo enfrente, y ahora es la moda".
Pero se nota. Su colecci¨®n para este verano, con la que debut¨® en Cibeles, est¨¢ inspirada en Josefina, la mujer que contrajo matrimonio civil con Napole¨®n en 1796, en plena Revoluci¨®n Francesa. Un personaje hist¨®rico que cambi¨® la forma de vestir de las mujeres, liber¨¢ndose del cors¨¦ y fomentando los talles de corte imperio, los escotes cuadrados, las mangas globo o los tejidos ligeros y vaporosos. El resultado de esta inspiraci¨®n es una colecci¨®n que sigue transmitiendo los mismos aires de libertad, con c¨®digos est¨¦ticos contempor¨¢neos, pero sensatos. "No creo que una chaqueta para ser moderna tenga que tener tres mangas", dice Carmen. "El mundo de la moda se devora a s¨ª mismo cada seis meses, y creo que debemos volver a los cl¨¢sicos sin que resulten aburridos".
Cuando dise?¨® esta colecci¨®n, Carmen no estaba sola: se encontraba en los primeros meses de gestaci¨®n de su hija Antonia. Y cuando el 17 de febrero de 2006 present¨® los modelos de la siguiente temporada en la Pasarela Cibeles, ya hab¨ªa salido de cuentas. "El d¨ªa antes del desfile empec¨¦ con contracciones", recuerda. "Me tir¨¦ al suelo, ped¨ª silencio y me dije a m¨ª misma y a Antonia que no pod¨ªamos ponernos de parto". Antonia obedeci¨® y no sali¨® hasta unas horas despu¨¦s de que todo hubiese acabado. "El ginec¨®logo no daba cr¨¦dito", asegura Carmen.
En esa ocasi¨®n present¨® una colecci¨®n inspirada en el abrigo Loden. Se trata de una prenda cuyo origen se remonta a la Austria del siglo XVI y que est¨¢ muy relacionada con la vida en el campo del Reino Unido y los pa¨ªses centroeuropeos. "Unos pa?os maravillosos e impermeables en una ¨¦poca en la que no exist¨ªan los tejidos tecnol¨®gicos", explica.
Descubri¨® su pasi¨®n por lo textil entre los bastidores del primer desfile que su amigo Juan Duyos hizo en Cibeles en 1999. Decidi¨® estudiar Dise?o de Moda en IADE, en Madrid. Pero no lo termin¨®, porque en menos de un a?o trabajaba como asistente de Javier Larra¨ªnzar y ten¨ªa su propia tienda, Egotherapy, junto a Juanjo Oliva, con quien sigue compartiendo taller. "Ten¨ªa muy claro que quer¨ªa saber de primera mano qui¨¦n era mi clienta potencial", explica. Con Larra¨ªnzar se form¨® en patronaje y en la parte artesanal que tanto disfruta. Y aprendi¨® lo que no quer¨ªa hacer: pr¨ºt-¨¤-porter para vender a terceros. "No tengo ninguna prisa, y hasta que no tenga un buen socio industrial no me voy a meter en esos berenjenales", dice. Por eso ¨²nicamente hace vestidos a medida que vende en su taller-tienda de la calle de N¨²?ez de Balboa, en Madrid.
Ahora mira con ilusi¨®n el futuro. Se separa de su mejor amigo y socio, Juanjo Oliva -"aqu¨ª ya no cabemos"-, y se embarca en un ambicioso proyecto: una tienda en el exclusivo callej¨®n madrile?o de Puigcerd¨¢, donde ha comprado una peque?a casita de tres plantas que est¨¢ reformando. "No habr¨¢ s¨®lo moda, sino otras cosas que me interesan, como el cine o la arquitectura. Y no puedo contar m¨¢s. Ya lo ver¨¦is".
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