"No pararemos hasta tener una vivienda"
Estudiantes, 'mileuristas', precarios, 'okupas'... est¨¢n detr¨¢s de un nuevo movimiento apol¨ªtico de protesta que exige pisos asequibles
No se identifican con ning¨²n partido pol¨ªtico, ni sindicato. Son estudiantes preocupados por la precariedad laboral; mileuristas con contrato temporal; treinta?eros que tienen experiencia pero no ganan lo suficiente para un piso; divorciados que se han quedado sin casa de la noche a la ma?ana; okupas... Todos se han unido en una misma protesta para defender el derecho constitucional a la vivienda. "No pararemos hasta conseguirlo", afirma Yolanda Rodr¨ªguez, una administrativa de 30 a?os que vive ahora en un albergue para j¨®venes.
Este nuevo activismo social presume de apol¨ªtico y participativo. Lleva coci¨¦ndose dos o tres a?os, sobre todo en Internet, pero comenz¨® a hacerse m¨¢s visible hace dos meses con sentadas en grandes ciudades convocadas por mensajes de m¨®vil y correos electr¨®nicos de origen desconocido: "Por una vivienda digna, p¨¢salo", dec¨ªa el texto.
Estas sentadas -hoy domingo hay otra convocada- son la expresi¨®n de una protesta que ha unido a personas muy diferentes con una misma demanda, que se articula en tres grandes ejes: m¨¢s pisos protegidos p¨²blicos, m¨¢s alquileres y m¨¢s baratos (gravando con impuestos los m¨¢s de tres millones de viviendas vac¨ªas que hay en Espa?a) y combatir los abusos urban¨ªsticos derivados de la cultura del ladrillo.
El nombre de los autores que en abril comenzaron a enviar e-mail convocando a las protestas -ilegales- sigue en el anonimato. Nadie se atribuye la autor¨ªa. Circulan rumores que apuntan a un sindicato, un partido, un empresario interesado... En cualquier caso, ¨¦stos son algunos de los j¨®venes -reh¨²yen el t¨¦rmino l¨ªderes- que impulsan el movimiento:
- Estudiantes y novatos del mercado laboral. Los j¨®venes lo tienen dif¨ªcil, sobre todo los estudiantes sin ingresos. "Tenemos que vivir con los padres, compartir piso de alquiler con otros compa?eros o hipotecarnos de por vida", se queja Juan Jos¨¦ L¨®pez, de 25 a?os, secretario general del Sindicato de Estudiantes. "Hoy la juventud no ve expectativas de futuro", se lamenta este estudiante de Matem¨¢ticas, que comparte piso en alquiler en Madrid con cuatro amigos.
Los j¨®venes espa?oles son, tras los irlandeses, los europeos que m¨¢s tarde se emancipan. El 30% de los espa?oles entre 30 y 35 a?os vive con los padres, y la tasa se dispara al 63% en aquellos de entre 18 y 25 a?os, seg¨²n el Instituto de la Juventud. No es de extra?ar. Espa?a es el pa¨ªs europeo en el que m¨¢s ha subido la vivienda: m¨¢s de un 150% desde 1998, inicio del boom. Una hipoteca absorbe el 53,7% del salario de un menor de 35 a?os, seg¨²n el Observatorio Joven de la Vivienda. Los pisos de alquiler en Espa?a no llegan al 15% del total, la mitad de la media europea.
"A los j¨®venes se nos ha colgado el cartel de vagos y pasotas, de que s¨®lo nos manifestamos por el botell¨®n, pero no es cierto", recalca L¨®pez. "En este movimiento hay todo tipo de gente e intentamos organizar una gran manifestaci¨®n unitaria y legal antes del verano". El objetivo es concretar sus demandas para arrancar al Gobierno un compromiso de cambio.
- 'Mileuristas', divorciados y j¨®venes profesionales.
Las v¨ªctimas de la carest¨ªa de la vivienda no s¨®lo son los estudiantes. Tambi¨¦n hay muchos treinta?eros con trabajo con dificultades para acceder a un piso. Como Jos¨¦ Luis Carretero que, harto de sufrir los abusos del boom, cre¨® hace dos a?os su propia plataforma por una vivienda digna. Los foros de Internet ya estaban plagados por aquel entonces de j¨®venes con problemas para conseguir casa y Jos¨¦ Luis, de 34 a?os, decidi¨® que hab¨ªa que dar un paso m¨¢s. "Creemos que podemos cambiar las cosas, siempre por el cauce legal y desde el apolitismo", explica este ingeniero de sistemas, que sacrifica buena parte de su tiempo libre para alimentar la web de la plataforma (www.viviendadigna.org) y acudir a reuniones. Yolanda Rodr¨ªguez, de Barcelona, se encontr¨® con Jos¨¦ Luis en un foro de Internet hace cosa de dos a?os. Hoy es ella la portavoz de la plataforma en Barcelona y promueve en las actividades de la entidad, en v¨ªas de constituirse oficialmente como asociaci¨®n, en todas las universidades.
"Queremos que salgan al mercado los pisos que est¨¢n cerrados, que se obligue a alquilarlos", reclama. "Yo no pido el piso del Pr¨ªncipe, s¨®lo quiero uno de alquiler que pueda pagar", concluye.
- Contra la atadura de una hipoteca. Pragmatismo como el de Rodr¨ªguez es clave para entender la raz¨®n de ser de la protesta, pero tambi¨¦n tiene su parte m¨¢s ideol¨®gica. "El problema de fondo es m¨¢s grave y est¨¢ muy relacionado con la precariedad laboral", afirma Pedro Lara, presidente general de las Juventudes Obreras Cristianas, un movimiento cristiano y obrero (y aunque ellos no lo dicen, de izquierdas). La mayor parte de sus miembros son trabajadores temporales y, reivindicaciones aparte, quieren que la gente entienda lo que significa deber cientos de miles de euros a un banco. "Las hipotecas son un mecanismo de control del sistema; te atan al trabajo, porque es un lastre demasiado grande", explica. Llevan dos a?os con la campa?a Derecho a techo y son habituales de las sentadas de los domingos.
- La nueva generaci¨®n de 'okupas'. Los okupas llevan 30 a?os luchando a su manera contra los millones de pisos vac¨ªos que hay en Espa?a, pero el portavoz de este colectivo en Barcelona, cuyo nombre de guerra es Albert Mart¨ªnez, reconoce que en los dos ¨²ltimos a?os el movimiento ha ganado simpat¨ªas entre los j¨®venes. "La gente est¨¢ cada vez m¨¢s enfadada por el tema de la vivienda", opina Albert, que lleva 11 a?os de okupa. Ellos tambi¨¦n se han hecho algo m¨¢s realistas, saben que no acabar¨¢n con la propiedad privada, pero quieren "que la Administraci¨®n sienta presi¨®n social y se vea obligada a hacer cosas". Son j¨®venes de entre 19 y 23 a?os, suelen combinar estudios con trabajo y ahora colaboran con otras plataformas. No se pierden manifestaci¨®n alguna por la vivienda.
- Inquilinos, v¨ªctimas del acoso inmobiliario. Ada y Albert, desde hace a?os involucrados en movimientos vecinales, no dejaban de recibir denuncias de inquilinos cuyos caseros les acosaban para obligarles a abandonar su piso, por el que pagaban un bajo alquiler, con el fin de venderlo o alquilarlo m¨¢s caro. Era el nacimiento del llamado mobbing inmobiliario y, ante este fen¨®meno, decidieron constituir hace un a?o un taller contra la violencia inmobiliaria y urban¨ªstica.
El taller propone medidas estructurales y otras de "emergencia" como la convocatoria de "huelgas de alquileres": que todos los inquilinos del mercado espa?ol dejen de pagar su renta o se la rebajen en se?al de protesta, explica Ada. Se re¨²nen todas las semanas y tienen su propia web (www.bcn.viu.org).
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