Ni blanco ni negro, esc¨¦pticos
La selecci¨®n espa?ola parte ma?ana hacia Ginebra para disputar el ¨²ltimo partido amistoso antes de debutar en el Mundial
La selecci¨®n espa?ola parte ma?ana hacia Ginebra para enfrentarse el mi¨¦rcoles a Croacia en el ¨²ltimo partido amistoso antes de debutar en el Mundial de Alemania el d¨ªa 14 contra Ucrania. Tiempo de sobra, incluso quiz¨¢ demasiado si se atiende al tedio o a la ansiedad que a veces genera cualquier espera, para que Lu¨ªs Aragon¨¦s pueda continuar trabajando con un equipo que ahora mismo despierta m¨¢s escepticismo que entusiasmo, ni que sea por precauci¨®n, una vez que los cuartos de final se presentan hist¨®ricamente como una barrera insalvable con independencia de la lista de convocados y del entrenador en un torneo de alto rango.
Invicto desde que lleg¨® al cargo, a Lu¨ªs le avala su curr¨ªculo y su saber, circunstancias que animan a pensar que puede dar finalmente con la tecla. Moment¨¢neamente, sin embargo, el debate de hoy es el mismo que se daba ayer porque del campo de entrenamiento llegan noticias contradictorias. La selecci¨®n parece jugar dos partidos en uno: el que disputa Ra¨²l y el que afrontan los dem¨¢s, que contin¨²a igual de indefinido, aunque el seleccionador ha dado un paso al frente para intentar resolverlo. La duda ya no son necesariamente los extremos, que han perdido protagonismo respecto a los laterales, sino c¨®mo mezclan los dos volantes con el medio centro.
No es lo mismo alinear a Albelda que a Xabi Alonso ni que Ra¨²l act¨²e de enganche en detrimento de Xavi o Iniesta y, mucho menos, de Luis Garc¨ªa, el futbolista que aparece como el m¨¢s fr¨¢gil porque, cuando se le quita, no se queja o no pasa nada. El partido del s¨¢bado contra Egipto result¨® gratificante por el marcador porque el equipo se reencontr¨® con el gol y Ra¨²l marc¨® despu¨¦s de seis meses en una llegada que expresa su atenci¨®n y ambici¨®n m¨¢s que su momento de forma. El asunto no est¨¢ en discutir la figura de Ra¨²l, un sacrilegio futbol¨ªstico, sino en sopesar qu¨¦ supone su alineaci¨®n.
A Luis le corresponde evitar otro debate sobre el capit¨¢n como el que se origin¨® en la Eurocopa, competici¨®n en la que igualmente se apreci¨® una fractura en el equipo, como si convivieran a la fuerza dos bandos irreconciliables, el de los jugadores t¨¦cnicos y los dem¨¢s, incapaces de mezclar unos con los otros. Aunque se da por superado el 4-2-3-1, no es lo mismo desplegarse a partir de un 4-3-3 o de tres centrales que de un 4-4-2.
Joven, por no decir ingenua, como parece a veces la selecci¨®n, la intervenci¨®n firme del seleccionador se antoja imprescindible ante las dudas. La esperanza est¨¢ en pensar que Luis procesa mucha m¨¢s informaci¨®n que la ofrecida por los ¨²ltimos amistosos y que sabr¨¢ expresarla en el momento preciso.
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