Provincias y Diputaciones para el XXI
Casi siempre que utilizamos t¨®picos o generalizamos nos equivocamos. Desde hace muchos a?os son t¨®picos las afirmaciones que suelen difundirse cuando se dice algo sobre las provincias o las diputaciones para descalificarlas, pero nunca esos argumentos van acompa?ados de an¨¢lisis serios sobre su actividad y mucho menos en formular propuestas de futuro.
Con estas l¨ªneas pretendo animar a una reflexi¨®n seria y serena sobre el papel de las Diputaciones en Andaluc¨ªa, partiendo de un conocimiento real de ¨¦stas y sin t¨®picos.
Es frecuente o¨ªr que las Diputaciones son instituciones decimon¨®nicas, descalificaci¨®n f¨¢cil ligada a su antig¨¹edad y no es acertado, porque ni lo antiguo se corresponde necesariamente con lo desechable, ni lo moderno equivale invariablemente a progresismos. Las diputaciones tienen su origen en la primera mitad del XIX, precisamente como mecanismo descentralizador del Estado. Posteriormente ese car¨¢cter de divisi¨®n estatal ha ido perdiendo peso y las provincias fueron adquiriendo el car¨¢cter de Entidad Local que hoy gobiernan y administran las Diputaciones. Por eso es absurdo presentar a las diputaciones como un vestigio centralista.
En otras ocasiones el ataque estereotipado se centra en el personal de las Diputaciones: es excesivo, son excesivos sus costes salariales.... argumentos que no se sostienen pues las competencias de ¨¦stas en los ¨²ltimos tiempos han ido centr¨¢ndose en las distintas vertientes de la cooperaci¨®n local para lo que es necesario personal altamente cualificado del que carecen los municipios, por lo que es evidente que ese apoyo t¨¦cnico a los municipios genera costes salariales. El personal de las Diputaciones debe ser, pues, su mayor activo.
Incluso se dice a veces que la divisi¨®n provincial es artificial, pero casi doscientos a?os despu¨¦s es evidente que esta divisi¨®n est¨¢ muy arraigada socialmente. En cualquier caso cualquier nueva divisi¨®n territorial ser¨ªa m¨¢s artificial.
No menos estupor produce ver la inconsistencia con la que se proponen nuevos modelos de intermunicipalidad, porque no se proponen reformas de las Diputaciones, sino directamente la creaci¨®n de nuevas entidades. A quien ¨¦sto propone habr¨ªa que preguntarle: ?la creaci¨®n de nuevas entidades ser¨ªa menos costosa que posibles reformas de las Diputaciones? ?Ser¨ªan m¨¢s eficientes que las experimentadas Diputaciones? ?Lo que demanda la ciudadan¨ªa es la creaci¨®n de nuevos entes p¨²blicos, duplicando recursos y seguramente solapando competencias?
Lo peor pod¨ªa ser que tras esta cortina de descalificaciones se esconda un recelo sobre el supuesto poder de las diputaciones. Quien dice esto, est¨¢ perdiendo el rumbo: las administraciones p¨²blicas tienen competencias y la obligaci¨®n de prestar servicios a los ciudadanos; no es poder lo que nuestro Estado democr¨¢tico de derecho atribuye a los distintos niveles de gobierno. Por eso, es fundamental promover la mayor cooperaci¨®n entre el nivel auton¨®mico y el provincial.
Hemos de revisar donde decimos en la proposici¨®n de la reforma del Estatuto de Autonom¨ªa para Andaluc¨ªa, cuando establece como ¨²nica relaci¨®n de la Comunidad Aut¨®noma con las Diputaciones la de la "coordinaci¨®n obligatoria de todas las competencias de ¨¦stas"; es decir, no se busca una colaboraci¨®n y cooperaci¨®n voluntaria, incluso se contempla la coordinaci¨®n obligatoria de las competencias funcionales y esto es de realizaci¨®n casi inimaginable. En las leyes auton¨®micas de los ochenta ya fue prevista esta coordinaci¨®n y nunca han sido aplicadas.
El borrador del anteproyecto de Ley B¨¢sica del Gobierno y Administraci¨®n Local dibuja entre otros el perfil de trabajar mano a mano con los Ayuntamientos para suplir sus d¨¦ficit y ayudarles a desarrollar sus propias pol¨ªticas.
En la Diputaci¨®n de Granada mediante la Concertaci¨®n lo estamos haciendo.
Si como alguien ha dicho, uno de los errores m¨¢s comunes del ser humano suele ser confundir el cambio con el progreso, cambiemos responsablemente lo que sea preciso, pero nunca apoyados en el d¨¦bil b¨¢culo de los t¨®picos.
Antonio Mart¨ªnez Caler es presidente socialista de la Diputaci¨®n de Granada.
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