Zapatero afirma que impuls¨® el Estatuto por "convencimiento" y no por necesidad

Convencido de que el Estatuto catal¨¢n ser¨¢ aprobado por una mayor¨ªa m¨¢s que suficiente y con una participaci¨®n aceptable, el presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, no est¨¢ dispuesto a dejar para otros su cuota de protagonismo en la aprobaci¨®n del texto y ayer exhibi¨® con orgullo el "convencimiento" personal con el que, seg¨²n ¨¦l, ha afrontado todo el proceso negociador. Zapatero quiso salir al paso, de esta manera, de las frecuentes acusaciones que le sit¨²an como impulsor de la reforma por pura necesidad de mantener la mayor¨ªa de su Gobierno en el Congreso.

"Cuando me compromet¨ª a la reforma del Estatuto catal¨¢n, lo hice convencido, no por una necesidad pol¨ªtica, para tener uno u otro parlamentario", dijo. "Y lo he demostrado", remach¨® ante un auditorio de un millar largo de personas concentradas en Tarragona en un acto del PSC.

Zapatero compar¨® su convencimiento personal sobre la reforma estatutaria con el que puso a la hora de retirar las tropas espa?olas de Irak, de derogar el Plan Hidrol¨®gico Nacional o de devolver a Catalu?a los papeles incautados en el archivo de Salamanca. "Y para hacer estas cosas, cada voto cuenta", record¨® en el ecuador de una campa?a por el refer¨¦ndum del Estatuto profundamente contaminada por las elecciones auton¨®micas que se celebrar¨¢n el pr¨®ximo oto?o en Catalu?a.

Escasa cr¨ªtica al PP

A diferencia de anteriores discursos en esta misma campa?a, Zapatero opt¨® ayer por moderar sus ataques al PP y centrarse en los aspectos positivos que a su juicio comportar¨¢ la aplicaci¨®n del Estatuto.Tambi¨¦n fueron escasas las palabras dedicadas a Esquerra Republicana. "S¨®lo hay que ver con qu¨¦ pocas ganas defienden algunos el no", dijo Zapatero como ¨²nica referencia a un partido que, sin embargo, s¨ª fue el blanco de severos reproches del primer secretario del PSC, Jos¨¦ Montilla. El l¨ªder socialista culp¨® a los republicanos de Josep Llu¨ªs Carod Rovira de dar alas a los postulados "rancios y reaccionarios" del PP.

Pero tanto Montilla como Pasqual Maragall concentraron sus cr¨ªticas en el principal rival del PSC en Catalu?a: Converg¨¨ncia i Uni¨®. Conscientes de que el uno o el otro deber¨¢n enfrentarse a los nacionalistas de Artur Mas en las elecciones auton¨®micas de oto?o, ambos reprocharon a CiU su voluntad de dejar el Estatuto en un segundo plano para presentar ya ahora sus propuestas electorales. As¨ª, Maragall lament¨® el "oportunismo" de CiU por lanzar promesas electorales de forma "partidista e irresponsable" en un momento en el que, a su juicio, no deber¨ªa haber luchas entre partidos.

Montilla tambi¨¦n dedic¨® una buena dosis de jarabe de palo a los nacionalistas tras pedirles "calma" a la espera de unas elecciones "que llegar¨¢n pronto". Montilla, adem¨¢s, aprovech¨® que estaba hablando ante Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero para hacer una reflexi¨®n en voz alta acerca de las "sonrojantes idas y venidas" de los nacionalistas. En un gesto que todos interpretaron como una advertencia a Zapatero de que no se f¨ªe de quienes se negaron a votar su investidura mientras que s¨ª votaron, y por dos veces, la de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar como presidente del Gobierno, Montilla asegur¨® que "en el fondo la vocaci¨®n de CiU es la de bisagra de puerta batiente": un partido que tanto puede pactar con socialistas como aliarse con el PP, seg¨²n le convenga.