La discreci¨®n del PNV
Los nacionalistas vascos, inquietos por la ruptura anunciada por Rajoy
En medio de un panorama pol¨ªtico tan agitado, y sobre todo, en el que no hay manera de imponer un poco de silencio, llama precisamente la atenci¨®n la discreci¨®n y el perfil bajo con el que se mueve desde hace semanas el Partido Nacionalista Vasco (PNV). No s¨®lo el presidente del partido, Josu Jon Imaz, autor de la estrategia de total apoyo al Gobierno en sus contactos con ETA, sino tambi¨¦n los representantes del sector m¨¢s cr¨ªtico con Imaz, como Joseba Egibar o el propio Xabier Arzallus, se esfuerzan por mantenerse fuera del foco medi¨¢tico. S¨®lo el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, cada vez m¨¢s aislado en su cargo institucional, intent¨® adquirir alg¨²n protagonismo, aprovechando un viaje a Nueva York y unas declaraciones sobre el derecho a la autodeterminaci¨®n.
Dirigentes nacionalistas estiman que las mesas de di¨¢logo pol¨ªtico servir¨¢n dif¨ªcilmente para algo si no est¨¢ presente el PP, tercer partido pol¨ªtico de Euskadi
Eso no quiere decir, seg¨²n uno de sus dirigentes, que el PNV no se sintiera esta semana muy preocupado por la marcha de los acontecimientos. Los nacionalistas vascos est¨¢n muy inquietos por la ruptura total anunciada por Mariano Rajoy y el Partido Popular en el Congreso de los Diputados y han intentado, incluso, realizar alguna aproximaci¨®n a los populares, tanto en el Pa¨ªs Vasco como en Madrid.
De acuerdo con el an¨¢lisis que realizan algunos dirigentes nacionalistas, las mesas de di¨¢logo pol¨ªtico en Euskadi tendr¨¢n dif¨ªcilmente alguna utilidad sin la presencia del que es, en estos momentos, el tercer partido pol¨ªtico de Euskadi. Malo, si no participa Batasuna (o su heredera), pero malo tambi¨¦n si queda fuera, aunque fuese voluntariamente, el PP, concluyen.
En cualquier caso, los intentos de acercamiento con el Partido Popular han resultado, por ahora, completamente infructuosos.
Algunos pol¨ªticos nacionalistas esperan nuevos "gestos" de Batasuna con vistas a su futura legalizaci¨®n. Algo que satisfaga al Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero e, indirectamente, al propio PNV, que ha insistido hasta la saciedad en que primero deber¨ªa conseguirse la paz y, luego, plantearse los objetivos pol¨ªticos. El anuncio de la futura entrevista de Patxi L¨®pez con representantes de la ilegalizada Batasuna les cogi¨® tan de sorpresa como a los dem¨¢s partidos. L¨®pez se puso a posteriori en contacto con ellos para explicar lo ocurrido.
Tal y como est¨¢n las cosas, lo m¨¢s l¨®gico, analizan en medios nacionalistas, es que Batasuna vuelva a realizar alg¨²n tipo de declaraci¨®n en torno a su rechazo de la violencia y su voluntad de apoyar exclusivamente v¨ªas pac¨ªficas. Quiz¨¢s, el encuentro entre L¨®pez y Otegi fuera el mejor momento para ello, aventuran.
La impresi¨®n m¨¢s generalizada en medios del PNV es que, de momento, a ellos s¨®lo les cabe esperar. Esperar el resultado del refer¨¦ndum catal¨¢n, esperar la comparecencia del presidente del Gobierno ante el Congreso para anunciar los primeros contactos formales con ETA; esperar la reuni¨®n L¨®pez-Otegi. El papel del PNV, argumentan, llegar¨¢ m¨¢s adelante. Y ser¨¢ importante, afirman, poniendo su confianza en las buenas relaciones establecidas por Imaz y Zapatero y en los resultados de su actual pol¨ªtica de apoyo y discreci¨®n.
Avasallar
La legalizaci¨®n de Batasuna se percibe en estos momentos como uno de los elementos m¨¢s inmediatos del proceso de di¨¢logo en el Pa¨ªs Vasco. Su participaci¨®n en la vida pol¨ªtica institucional parece un elemento indiscutible e imprescindible en el camino por recorrer, pero su participaci¨®n, una vez que sea legal, en todos los debates pol¨ªticos y, sobre todo, su regreso en 2007 a los ayuntamientos provocar¨¢ un nuevo terremoto en la vida pol¨ªtica de Euskadi.
Tan importante como lograr que la legalizaci¨®n se haga de acuerdo con las normas de la actual Ley de Partidos Pol¨ªticos, sin dudas ni interpretaciones diversas, ser¨ªa un aut¨¦ntico compromiso de discreci¨®n por parte de Batasuna, explican en medios socialistas.
Los concejales de la izquierda abertzale no pueden volver a los ayuntamientos tocando las fanfarrias ni avasallando. "Tienen que ser conscientes del malestar que eso causa en los militantes constitucionalistas de muchos pueblos, que han sufrido mucho y que quiz¨¢ ahora est¨¦n dispuestos a hacer de tripas coraz¨®n y a aceptar su regreso a la vida municipal ¨²nicamente porque est¨¢n convencidos de que ETA realmente se ha visto obligada a decidir el abandono de las armas. Pero siempre ser¨¢ imprescindible que el partido que herede a Batasuna aprenda discreci¨®n y prudencia, que no pretenda volver a su t¨¢ctica de "matonismo y avasallamiento", mantiene un diputado socialista vasco. Y eso es lo que le parece m¨¢s dif¨ªcil.
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