Energ¨ªa nuclear, petr¨®leo y cambio clim¨¢tico
El debate sobre la posibilidad de una reactivaci¨®n de la energ¨ªa nuclear se articula sobre dos cuestiones de suma importancia: el previsible incremento continuado de los precios de los combustibles f¨®siles y la necesidad de reducir las emisiones de CO2. Dos retos que, sin lugar a duda, habr¨¢ que afrontar en las pr¨®ximas d¨¦cadas. Ahora bien, ?es la energ¨ªa nuclear una respuesta l¨®gica y efectiva a estos retos?
La energ¨ªa nuclear nunca ha sido competitiva. Todos los reactores en funcionamiento fueron construidos por entes estatales o en mercados estrechamente regulados, despu¨¦s de recibir ingentes subvenciones para su desarrollo e implantaci¨®n, y gozando en todo momento de la externalizaci¨®n de sus costes medioambientales y de seguridad. Y a pesar de ello, la industria nuclear no ha sido capaz en 50 a?os de resolver los problemas de coste, seguridad, residuos y proliferaci¨®n que siguen lastrando su futuro. Las previsiones de crecimiento del parque nuclear realizadas en los a?os setenta preve¨ªan para la d¨¦cada de los noventa m¨¢s del triple de la potencia instalada en la actualidad. Este desfase entre el optimismo reinante entonces y la realidad suele atribuirse a los accidentes de Three Mile Island y de Chern¨®bil, y al movimiento ecologista que desencadenaron. Sin embargo, un an¨¢lisis de los acontecimientos no avala esta explicaci¨®n. El declive de la industria nuclear en EE UU empez¨® en 1973, seis a?os antes del accidente de Three Mile Island. Los pedidos de nuevas centrales alcanzaron un m¨¢ximo de 35 en 1973 para caer a cero en 1978, y ninguna de las centrales planificadas despu¨¦s de 1973 entr¨® en operaci¨®n. Desde 1978 no ha habido ning¨²n nuevo pedido. En Espa?a ocurri¨® exactamente lo mismo, excepci¨®n hecha de la sustituci¨®n de Lem¨®niz I y II por Trillo y Vandell¨®s II, por razones de todos conocidas.
La industria nuclear no ha resuelto problemas de coste, seguridad, residuos y proliferaci¨®n
La subida del petr¨®leo no favorece la energ¨ªa nuclear, es probable que la perjudique
?Cu¨¢l fue el detonante de la llamada "moratoria nuclear"? Muy sencillo: la crisis del petr¨®leo de 1973. Los planes de expansi¨®n se hab¨ªan realizado bas¨¢ndose en unas tasas de crecimiento de la demanda el¨¦ctrica que se vieron truncadas por la recesi¨®n que sigui¨® al incremento de precios del crudo, y el consiguiente incremento de las tasas de inter¨¦s hizo que las centrales nucleares, muy intensivas en capital, fueran antiecon¨®micas. Ello es reconocido as¨ª por la propia industria nuclear, por ejemplo por el Nuclear Energy Institute, cuando dice que "la mayor parte de las cancelaciones pueden atribuirse al embargo petrol¨ªfero de 1973 que produjo una contracci¨®n econ¨®mica y una elevaci¨®n de las tasas de inter¨¦s que redujeron el crecimiento de demanda el¨¦ctrica del 7% al 3%". ?Qu¨¦ hace pensar que ahora no vaya a ocurrir lo mismo? Tenemos el ejemplo del nuevo reactor franc¨¦s EPR, la primera de cuyas unidades se construye en Finlandia, cuyo presupuesto se ha incrementado un 10% en el ¨²ltimo a?o, por las subidas de precio del cemento y el acero, y vemos que la tendencia de los tipos de inter¨¦s vuelve a ser al alza. La subida del petr¨®leo, lejos de favorecer la energ¨ªa nuclear, lo m¨¢s probable es que la perjudique, y ser¨ªa un error may¨²sculo volver a repetir la experiencia que dio lugar a una costosa moratoria que fue necesaria para salvar de la quiebra a las el¨¦ctricas y que todav¨ªa hoy estamos pagando.
Es cierto que ahora tenemos el problema a?adido del cambio clim¨¢tico, pero tampoco este argumento es muy s¨®lido. En primer lugar, porque la energ¨ªa nuclear no puede sustituir, por lo menos en el futuro previsible, a los combustibles f¨®siles en la actividad que m¨¢s CO2 genera: el transporte. Y en segundo lugar, porque un plan de construcciones nucleares que tuviera como objetivo eliminar los combustibles f¨®siles de la generaci¨®n el¨¦ctrica es inviable: requerir¨ªa construir una nueva central nuclear cada dos d¨ªas durante 25 a?os y ni siquiera habr¨ªa uranio suficiente; ni sabr¨ªamos d¨®nde almacenar los centenares de miles de toneladas de residuos que se generar¨ªan. Doblar la capacidad nuclear podr¨ªa ser el m¨¢ximo viable, pero ello s¨®lo evitar¨ªa un 8% de las emisiones previstas para 2050, si lo comparamos con una generaci¨®n equivalente con gas natural. Un ahorro que puede obtenerse por otros medios menos costosos y arriesgados.
Por tanto, los planteamientos de la industria nuclear para salvarse de la muerte anunciada no pueden considerarse efectivos para resolver los problemas que tenemos planteados, y ¨¦stos deben abordarse desde otra perspectiva. De hecho, un incremento continuado de los consumos energ¨¦ticos no es posible, ni con energ¨ªa nuclear ni sin energ¨ªa nuclear, y por ello la soluci¨®n s¨®lo puede venir mediante reducciones significativas de la demanda. Hay que aceptar que el crecimiento exponencial continuado es imposible en un mundo finito y prepararnos para un futuro basado en las energ¨ªas renovables, un futuro de altos costes energ¨¦ticos en el que el bienestar y la felicidad no podr¨¢n asociarse s¨®lo, ni principalmente, al consumo material y a los viajes de placer.
Marcel Coderch es ingeniero de Telecomunicaciones, doctor por el MIT y Secretario de la Asociaci¨®n para el Estudio de los Recursos Energ¨¦ticos.
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