La foto del 'no'

Si a la accidentada secuencia fotogr¨¢fica del Estatuto catal¨¢n le faltaba una imagen, ¨¦sta se pudo ver ayer en el estudio n¨²mero uno de TV-3. Se tom¨® minutos antes del comienzo del debate y bien podr¨ªa titularse La foto del 'no'. Como protagonistas, el l¨ªder del PP de Catalu?a, Josep Piqu¨¦, y el presidente de ERC, Josep Llu¨ªs Carod, a quienes la monta?a rusa en que se ha convertido la pol¨ªtica catalana ha acabado por situar juntos, aunque no revueltos. Primero, ante el refer¨¦ndum, y, ayer, f¨ªsicamente, ante las c¨¢maras.

A diferencia de las fotograf¨ªas anteriores, como la de Pasqual Maragall y Artur Mas en septiembre o la de ¨¦ste ¨²ltimo con el presidente Zapatero en enero, que fueron buscadas y perfectamente estudiadas, la de ayer fue fortuita. Justo antes de comenzar el debate, fot¨®grafos y periodistas aguardaban en el plat¨® para ver la fotograf¨ªa de familia de los participantes. Llegado el momento, y tres de ellos, Miquel Iceta, Joan Saura y Artur Mas, rodearon a Carod dejando un ¨²nico agujero justo a la izquierda del l¨ªder de ERC. Se vio obligado a ocuparlo Josep Piqu¨¦, quien lleg¨® con algo de retraso procedente del camerino, donde, como a los otros invitados, le hab¨ªan maquillado hasta las manos.

Con las sonrisas de rigor y bajo los flashes, Carod y Piqu¨¦ incluso entablaron un breve di¨¢logo. Pero poco despu¨¦s, Carod dio alguna muestra de querer acabar con el ritual.

Lo consigui¨®, pero tarde para evitar dejar pruebas gr¨¢ficas de la peculiar cercan¨ªa abismal con la que ERC y PP afrontan el refer¨¦ndum. La posici¨®n en la foto es la misma que luego hubo en la mesa del debate. Al final del mismo, los dos defensores del no volvieron a coincidir en algo: ambos se fueron de TV-3 a paso ligero sin quedarse a compartir tertulia en el vest¨ªbulo con los otros tres participantes.

Maragall, ausente

Lejos del centro del encuadre fotogr¨¢fico, pero igualmente visible, otra extra?a pareja: Iceta codo con codo con Mas. ?El inicio de la socioverg¨¨ncia? A priori no, aunque el buen trato que ambos se dispensaron en el debate seguramente invit¨® a reflexionar a m¨¢s de un telespectador.

Ya sentados en la mesa, y con Josep Cun¨ª como maestro de ceremonias, se vio otra disonancia. Y la hizo notar Piqu¨¦, qui¨¦n intent¨® sacar tajada de ella calific¨¢ndola de "falta de respeto" hacia los telespectadores. Y es que el PSC no envi¨® al debate ni a su presidente, Pasqual Maragall, ni a su primer secretario, Jos¨¦ Montilla.

Fue Iceta quien acudi¨® en nombre de los socialistas catalanes. ?ste se defendi¨® de las cr¨ªticas de Piqu¨¦ recordando que la ejecutiva socialista decidi¨®, desde el primer d¨ªa, encargarle a ¨¦l y s¨®lo a ¨¦l la coordinaci¨®n de los trabajos sobre el Estatuto. Iceta no pudo disfrutar del glamour que envolvi¨® la llegada a TV-3 del resto de participantes en el debate. Y todo porque, normalmente puntual, se pas¨® ayer de prudente y lleg¨® antes de hora. Esto le jug¨® una peque?a mala pasada. Ning¨²n directivo de la cadena le esperaba en la puerta.En los camerinos, se disculparon.