El duelo que acab¨® con la inocencia
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Carl Lewis volvi¨® a cruzarse con Ben Johnson una fr¨ªa y lluviosa tarde de julio en una peque?a ciudad del norte de Francia. Antes de la carrera, Lewis tendi¨® su mano a Johnson, quien hac¨ªa pocos meses hab¨ªa terminado de cumplir su suspensi¨®n de dos a?os, pero el jamaicano que hab¨ªa emigrado a Canad¨¢ a los 15 a?os se neg¨® a estrech¨¢rsela. "Mientras sigamos compitiendo, eso es imposible", dijo Johnson. Luego, en la carrera, no gan¨® ninguno de los dos, aunque Lewis, que termin¨® segundo (10,20s) detr¨¢s de su compatriota Dennis Mitchell (10,09s), super¨® a Johnson, s¨¦ptimo (10,46s). 10-6 para Lewis en sus cara a cara.
Fue el deca¨ªdo final de una rivalidad que entre 1984 y 1988 inflam¨® el atletismo mundial, simbolizando toda la grandeza y toda la miseria del deporte.
La primera vez que Lewis, quiz¨¢s el velocista m¨¢s perfecto de la historia, cobr¨® conciencia de la existencia de Ben Johnson, una bola de energ¨ªa incombustible, fue en la final de los 100 metros de Juegos de Los ?ngeles 1984. El atleta de Alabama consigui¨® una de sus cuatro medallas de oro de aquella cita. El tartamudo jamaicano, su primer bronce ol¨ªmpico. All¨ª comenz¨® una rivalidad que s¨®lo cobr¨® sentido para Johnson en 1985, cuando derrot¨® por primera vez al norteamericano despu¨¦s de siete derrotas consecutivas. Comenz¨® una racha de dos a?os, con un aldabonazo tremendo en los juegos de la Buena Voluntad de 1986 -9,95s de Johnson contra 10,06s de Lewis-, que no fue sino el calentamiento de los extraordinarios acontecimientos de 1987 y 1988, los dos a?os que vivieron todos los prodigios.
En 1987, en la final del Mundial de Roma, Johnson bati¨® el r¨¦cord del mundo con unos incre¨ªbles 9,83s. Gan¨® por un metro a Lewis. Una d¨¦cima. Un mundo. Un a?o despu¨¦s, la gran revancha. Final ol¨ªmpica de Se¨²l. Lewis es el favorito ante un Johnson que ha estado lesionado todo el a?o. Milagro. La habitual y t¨ªpica progresi¨®n de Lewis no le permite ni acercarse a Johnson, un misil inhumano que gana con unos incre¨ªbles 9,79s. 43,4 kil¨®metros por hora de velocidad m¨¢xima. Lewis corri¨® en 9,92s, m¨¢s r¨¢pido que nunca, pero perdi¨® por m¨¢s. No hay l¨ªmites para el hombre. ?O s¨ª? Pocas horas despu¨¦s, el desastre. El fin del sue?o. Johnson result¨® positivo por el anabolizante estanozolol. Perdi¨® sus marcas, sus r¨¦cords, sus t¨ªtulos. Y el atletismo perdi¨® su inocencia.
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