Investigadores espa?oles 'enga?an' al cerebro estimul¨¢ndolo directamente
Ser¨¢ posible en un futuro lejano que personas con alguna discapacidad sensorial reciban el est¨ªmulo -sonoro, visual, t¨¢ctil, etc¨¦tera- directamente en la corteza cerebral? Antes, por supuesto, habr¨ªa que saber c¨®mo las neuronas codifican la informaci¨®n que les llega de los nervios para transformarla en una sensaci¨®n. Pero una vez aclarado qu¨¦ neuronas disparan, y en qu¨¦ orden, es decir, una vez descifrado el c¨®digo, no ser¨ªa imposible que unas pr¨®tesis recogieran informaci¨®n del entorno y la descargaran directamente en el cerebro.
Para el cerebro tal vez no supusiera una diferencia. Eso es lo que revela el trabajo con conejos de un grupo de investigadores espa?oles, que observan que cuando los animales son estimulados en el bigote reaccionan igual que cuando lo son directamente en la zona de la corteza cerebral que recibe la sensaci¨®n del bigote. "La parte m¨¢s dif¨ªcil del trabajo fue descifrar el c¨®digo, o sea, la actividad de las neuronas que hacen posible percibir el est¨ªmulo", explica Jos¨¦ Mar¨ªa Delgado Garc¨ªa, de la Universidad Pablo de Olavide (Sevilla), y coautor del trabajo, que se publica esta semana en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (EE UU).
Las neuronas implicadas en la percepci¨®n del est¨ªmulo son miles. Los investigadores partieron del hecho de que en la corteza cerebral hay una representaci¨®n precisa de todo el organismo, de forma que determinadas regiones en la corteza reciben los est¨ªmulos de determinadas partes del cuerpo.
En el caso del conejo, los bigotes, o vibrisas, recogen informaci¨®n importante del entorno y, por tanto, al bigote le corresponde una parte proporcionalmente grande de corteza somatosensorial, grande, en t¨¦rminos relativos: son ¨¢reas de d¨¦cimas de mil¨ªmetro de lado. Por ello, se pudo hallar el ¨¢rea de la corteza implicada en un est¨ªmulo y descifrar su c¨®digo. El est¨ªmulo era una leve corriente el¨¦ctrica en un pelo del bigote.
Para comprobar que el rat¨®n estaba notando el est¨ªmulo, los investigadores le ense?aron a cerrar el p¨¢rpado tras percibirlo -el animal aprendi¨® que tras la corriente en el bigote llegaba siempre un soplo de aire al ojo-. Observaron que, al aplicar la corriente con electrodos directamente en la regi¨®n de la corteza implicada en ese est¨ªmulo, el conejo tambi¨¦n cerraba el p¨¢rpado, pero no lo hac¨ªa si se estimulaba la regi¨®n de corteza que procesa informaci¨®n de la pata.
Los cient¨ªficos concluyen: "Un animal no sabe distinguir si un est¨ªmulo t¨¢ctil es real o si ha sido simulado mediante la estimulaci¨®n el¨¦ctrica del sitio correspondiente de la corteza somatosensorial". En su opini¨®n, "es probable que nuestra especie est¨¦ en la misma situaci¨®n, y el mundo real y el mundo inventado sean m¨¢s intercambiables de lo que nos imaginamos".
El trabajo permite especular sobre un futuro en el que "la falta de los receptores sensoriales adecuados (vista, o¨ªdo) podr¨ªa ser sustituida por la adecuada activaci¨®n de las estructuras cerebrales correspondientes", se?alan los investigadores. Pero para llegar ah¨ª antes habr¨¢ que descifrar el c¨®digo de est¨ªmulos muy complejos, y en constante cambio.
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