Del valle de Silicon al barrio del Soma
Entre las calles 2 y 4, al norte limita con Market Street y al sur con el estadio de b¨¦isbol de los Gigantes. ?stas son las peque?as fronteras f¨ªsicas del Soma (South of Market), el barrio de San Francisco que concentra un sinf¨ªn de empresas de Internet nacidas en los ¨²ltimos a?os. Si la era de las puntocom se identific¨® con Silicon Valley, 40 kil¨®metros m¨¢s abajo, la web social se une al Soma.
Mientras que Silicon hab¨ªa que recorrerlo en coche, el Soma se patea; si Silicon Valley discurr¨ªa en torno a la Universidad de Stanford, en el Soma el epicentro lo forman el museo MOMA y la Academia de las Artes. Mientras que Silicon crec¨ªa a costa de ranchos y praderas, el Soma es barrio ganado a los viejos almacenes del puerto. Son edificios de ladrillo visto, cuando no de puro cemento, algunos con una placa en su fachada para recordarnos que estos almacenes aguantaron en pie el terrible terremoto de 1906.
En bloques s¨®lidos y austeros se esconden Wired, Technorati, Rojo, Podshow, Loomia, Video Egg, Secret Level, Yodel Search, Palamida, Bridge Stream, Sapias, entre otras muchas. De las 110 empresas de San Francisco que durante 2004 y 2005 recibieron dinero de inversores, 61 estaban en el Soma, seg¨²n un analista de Dow Jones Venture One. En total recibieron 537 millones de d¨®lares, el 60,6%, mucho dinero si se considera que el Soma tiene una novena parte de todo el espacio para oficinas de la ciudad. En el ¨²ltimo trimestre de 2005, empresas del Soma recibieron el 81% del capital.
La llegada de la banda ancha a todas partes ya no hace imprescindible estar en los solitarios edificios de Silicon Valley, sin vida a partir de las cinco de la tarde. En el Soma, adem¨¢s de trabajar, se puede vivir y relacionarse a pie, en bici o en alg¨²n transporte p¨²blico que, en estos parajes, es una bendici¨®n del cielo.
A la facilidad de comunicaci¨®n se a?ade el precio del metro cuadrado: a 250 d¨®lares, tres veces menos que en tiempos de las puntocom. Adem¨¢s de beneficiarse de la bajada de precios, las nuevas empresas han aprendido del pasado: alquilan el espacio justo (para una media de 40 empleados) y con contratos cortos, un forma dde hacer filosof¨ªa opuesta a la del boom de los noventa.
El barrio, pese a los nuevos inquilinos, no ha perdido su identidad, el encanto de South Park o las riadas camino del estadio de los Gigantes, pero s¨ª se ha puesto al d¨ªa con restaurantes ex¨®ticos y tiendas de dise?o. Ahora la barriada del Soma es de d¨ªa lo m¨¢s techie y de noche lo m¨¢s cool.
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