"Me tiraron latas de cerveza...?llenas!"

Fue uno de los pivotes defensivos m¨¢s renombrados del f¨²tbol argentino. Su nombre era sin¨®nimo de elegancia, de potencia y de pausa. Era el tejedor del f¨²tbol de Argentina. Sin embargo, Antonio Ubaldo Ratt¨ªn (Tigre, Buenos Aires, 16 de mayo de 1937) pas¨® a la historia del f¨²tbol por una expulsi¨®n. Ocurri¨® en el Mundial de Inglaterra, en 1966. Y en un partido frente al conjunto anfitri¨®n, en los cuartos de final. Ratt¨ªn se pas¨® el partido detr¨¢s del ¨¢rbitro, convertido en su sombra, dialogando unas veces, protestando otras. Tanta conversaci¨®n le vali¨® la expulsi¨®n por discutir una falta pitada a un compa?ero. Tard¨® treinta minutos en abandonar el campo. Primero discuti¨® con el ¨¢rbitro y luego le suplic¨® que le dejara continuar, hasta que su entrenador fue a buscarle al centro del terreno de juego. S¨®lo entonces dej¨® el c¨¦sped Ratt¨ªn, protagonista de una trifulca que ha pasado a la historia de las Copas del Mundo: el medio de la selecci¨®n argentina se march¨® con parsimonia, intercambiando insultos con el p¨²blico ingl¨¦s, protegido por la polic¨ªa y par¨¢ndose cada pocos metros para ver c¨®mo iba el partido, imperturbable ante la lluvia de objetos que le ca¨ªa. Su destino: la alfombra roja de Su Majestad la Reina de Inglaterra, primero, y luego el vestuario.

"Retorc¨ª con todas mis fuerzas la bandera inglesa y los insult¨¦. Se enojaron much¨ªsimo"

"Ten¨ªamos una buena defensa y medio campo, pero al equipo local hab¨ªa que ayudarlo"

Pregunta. ?Qu¨¦ pas¨® en ese encuentro?

Respuesta. Hab¨ªan pasado 25 minutos del primer tiempo, pero ya estaba muy enfadado con el ¨¢rbitro, porque sent¨ªa que todos sus fallos favorec¨ªan a los ingleses. En ese tiempo no hab¨ªa tarjetas, y s¨®lo el capit¨¢n ten¨ªa la facultad de llamar a un int¨¦rprete para hablar con el ¨¢rbitro. Cuando lo hago, el referee me echa del campo de juego.

P. ?C¨®mo se tom¨® esa expulsi¨®n?

R. El partido estuvo suspendido entre 25 y 30 minutos, hasta que el int¨¦rprete ingres¨® en el c¨¦sped. ?l me confirma que yo estoy expulsado. Cuando voy camino hacia el palco, veo una alfombra roja de 6 por 4 metros. Y me quedo all¨ª.

P. ?No sab¨ªa que era de la Reina?

R. S¨ª, pero s¨®lo fue al partido inaugural y a la final, por lo que no hab¨ªa nadie. De todos modos, en ese momento, me hubiera tumbado sobre la alfombra aunque hubiera estado ella.

P. De la bronca...

R. S¨ª. A los diez minutos vinieron a sacarme de all¨ª, rumbo a los vestuarios. Los ingleses me tiraban chocolatinas. Yo me las com¨ªa, para hacerlos sentir mal.

P. ?Qu¨¦ sucedi¨® cuando lleg¨® a la esquina del c¨®rner?

R. All¨ª hab¨ªa una bandera inglesa. Al llegar, la retorc¨ª con todas mis fuerzas e insult¨¦ a los ingleses al aire. Se enojaron much¨ªsimo conmigo. Tanto, que llegaron a lanzarme latas de cerveza...?Llenas! En ese momento supe que ten¨ªa que ir corriendo a los vestuarios. Y eso hice.

P. ?Qu¨¦ explicaci¨®n le encuentra a aquello, cuarenta a?os despu¨¦s?

R. Inglaterra ten¨ªa que ganar. En aquel momento, no hab¨ªa derechos de televisi¨®n, as¨ª que todo se solventaba con el dinero que los espectadores dejaban en taquillas. As¨ª que el equipo que era local no pod¨ªa quedar eliminado.

P. ?C¨®mo fue el d¨ªa despu¨¦s?

R. Los ingleses me ped¨ªan aut¨®grafos. Y hasta viaj¨¦ en taxi gratis y compr¨¦ en los grandes almacenes sin pagar. Todos estaban de acuerdo en que mi expulsi¨®n hab¨ªa sido injusta, pero lo tengo claro: si no era yo, era alg¨²n compa?ero.

P. ?Cu¨¢les eran las expectativas del equipo?

R. Pod¨ªamos haber sido campeones. Ten¨ªamos una buena defensa y un mejor mediocampo. Pero claro, al equipo local hab¨ªa que ayudarlo...

R. ?Sospecha de alguien?

R. No, pero el d¨ªa en que los delegados argentino y uruguayo deb¨ªan ir al sorteo de ¨¢rbitros se burlaron de ellos. Apuntaron la cita para una hora, y cuando ellos llegaron, los ¨¢rbitros y los liniers ya estaban decididos.

P. ?Esa expulsi¨®n qued¨® en la historia?

R. No lo s¨¦, pero un par de a?os m¨¢s tarde se reunieron los responsables de actualizar el reglamento. Repasaron lo que hab¨ªa pasado en el Mundial de Inglaterra y se preguntaron: '?qu¨¦ hacemos si vuelve a suceder lo de Ratt¨ªn?' Yo no lo sab¨ªa, pero as¨ª nacieron dos inventos que revolucionaron el f¨²tbol: las tarjetas roja y amarilla.