Saviola, 'el pibito'
El p¨²blico del Camp Nou sinti¨® aut¨¦ntica devoci¨®n por Javier Saviola. El pibito era el ni?o mimado de ese p¨²blico que se le entreg¨® desde el primer d¨ªa. En f¨²tbol, como en casi todos los ¨¢mbitos de la vida en los que interviene el factor humano, hay flechazos as¨ª: inmediatos. Y de fuerte vinculaci¨®n. Fuerte y, en ocasiones, duradera. La vinculaci¨®n afectiva de los aficionados barcelonistas con Saviola ha sido, y sigue siendo a¨²n, duradera. El p¨²blico cul¨¦, como todos lo p¨²blicos, es dado a ese tipo de enamoramientos. El ¨²ltimo ha sido el experimentado hacia Larsson. Pero, ojos que no ven, coraz¨®n que no siente, y ya todos los barcelonistas son conscientes de que Larsson no ha de volver. Es un hecho aceptado, ya asumido, y ya no esperan el regreso de Larsson. En cambio, siguen, seguimos, esperando a Saviola. El pibito es, para los barcelonistas, lo que el rey don Sebasti¨¢n para los portugueses: una a?oranza incurable. Y si Rijkaard no lo remedia -y parece no tener intenci¨®n de remediarlo- esa a?oranza se convertir¨¢ en saudade. De hecho, es una t¨ªmida saudade lo que se apodera del ¨¢nimo del Camp Nou cuando, anualmente desde que Saviola parti¨® -mejor dicho, lo partieron-, se abate sobre el Bar?a el maleficio de las lesiones en cadena. A veces la plaga maligna, y harto misteriosa por cierto, cae sobre la defensa; otras, sobre el medio campo. Cuando atac¨® la delantera, hubo que correr. Y la melanc¨®lica pregunta, "?d¨®nde est¨¢ Saviola?", tuvo una respuesta llamada Maxi L¨®pez.
Rijkaard no dio su brazo a torcer. Es un t¨¦mpano. El coraz¨®n del cul¨¦ no entra dentro de sus preocupaciones. Primero, ¨¦l, o Txiki Beguiristain, o la directiva, o todos juntos, mandaron a Saviola al M¨®naco; luego, al Sevilla.
Ahora, el pibito triunfa en el Mundial y a gran parte del barcelonismo se le ensancha el coraz¨®n: quiz¨¢ el holand¨¦s que lleg¨® del hielo comprenda lo que vale ese jugador chiquito, movedizo y voluntarioso. Un gol, por el momento, y participaci¨®n decisiva en los tres primeros goles marcados por Argentina contra Serbia durante el tiempo en que ¨¦l, Saviola, jug¨®. La directiva y el equipo t¨¦cnico del Bar?a afirmaban que no se necesitaban m¨¢s delanteros, y ah¨ª est¨¢ el fichaje de Gudjohnsen. ?A qu¨¦ equipo traspasar¨¢n ahora a Saviola? Quiera el cielo que al Madrid no se le ocurra orquestar un revival del caso Figo. En este caso, el Bar?a se lo tendr¨ªa bien merecido.
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