Gustavo Santaolalla defiende la vigencia del tango "m¨¢s all¨¢ de las modas"
El premiado m¨²sico y productor inicia una gira europea al frente de Bajofondo Tango Club
Reci¨¦n aterrizado en Madrid, donde abre ma?ana la gira europea de Bajofondo Tango Club, Gustavo Santaolalla (Buenos Aires, 1951) se comporta como lo que es: un triunfador californiano. Detalla minuciosamente los deals (acuerdos de negocios) que desembocaron en el encargo de su vida: confeccionar la m¨²sica de Brokeback Mountain, este a?o Oscar a la mejor banda sonora. Pero tambi¨¦n se emociona cuando explica el nombre de su ¨²ltimo hijo: Don Juan Nahuel. Responde a las intuiciones de Rose, una adivinadora que le vino recomendada por Charlie Haden.
Su ardor espiritual no es un accesorio del estilo de vida californiano, explica: "Incluso de ni?o, yo quise ir al seminario". Pero venci¨® la m¨²sica y estuvo en grupos como Arco Iris y Soluna. Hasta que la dictadura se hizo insoportable: "Me hart¨¦ de las noches en comisar¨ªa, por llevar pelo largo y tocar m¨²sica extranjerizante. Que no lo era, al menos en mi caso, pero vete a discutir de identidad cultural con gorilas armados". Lleg¨® a Estados Unidos en 1978 y se top¨® con "las peores bandas, de Kansas a Styx. Pero al mismo tiempo florec¨ªa secretamente un rock alternativo, en los surcos que hab¨ªan dejado los Sex Pistols en su gira final. A m¨ª, me revitaliz¨®".
Ya en los ochenta, volvi¨® regularmente a Buenos Aires: "All¨ª me estren¨¦ en solitario y me establec¨ª como productor: lo que hice con Le¨®n Giecco, los vol¨²menes de De Ushuaia a La Quaica, representa quiz¨¢s mi m¨¢xima aportaci¨®n a la cultura de mi pa¨ªs". Era una doble batalla: "No se entend¨ªa el concepto de productor. Productor era alguien que fichaba artistas, no la persona que viv¨ªa creativamente el proceso de elaboraci¨®n de un disco. Nadie quer¨ªa concederme regal¨ªas". Y luego estaba su obsesi¨®n por las ra¨ªces: "Mucho del rock que se hizo en Argentina, bueno, no era m¨¢s que adaptaciones de ideas for¨¢neas. Yo so?aba una m¨²sica que, antes de que saliera el cantante, ya tuvieras pistas sobre su origen".
Salir de la clandestinidad
Vivi¨® una de las grandes erupciones del rock latino: a finales de los ochenta, el rock mexicano sali¨® de esa clandestinidad a la que hab¨ªa sido condenado por el entramado PRI-Televisa. "Aquello fue deslumbrante: Caifanes, Maldita Vecindad, Caf¨¦ Tacuba, Julieta Venegas. Por cierto, me apoy¨® decisivamente un ejecutivo espa?ol, Jes¨²s L¨®pez, que tambi¨¦n me respaldar¨ªa en el siguiente paso, la inserci¨®n de Surco en la estructura de Universal".
Surco qued¨® establecido como sello abierto al rock panamericano. Desde el proteico sonido de Caf¨¦ Tacuba al pop-rock elemental de Juanes, Surco prospera. Curiosamente, no tiene mucho rock argentino, pero ahora edita a un artista espa?ol. "S¨ª, hasta que conoc¨ª a Antonio Carmona, no sent¨ª la necesidad de producir a un cantante espa?ol". Su estreno en solitario es muy diferente de lo que grab¨® con Ketama, piensa en algo minimalista entre el R & B y el hip-hop.
Santaolalla prefiere no dar fechas de este disco o los dem¨¢s: su calendario ha quedado trastocado por el impacto del Oscar. Ha rematado la banda sonora de Babel, el nuevo largo de Alejandro Gonz¨¢lez I?¨¢rritu. Y est¨¢n las exigencias del tango, pasi¨®n convertida en obligaci¨®n tras el ¨¦xito de Bajofondo Tango Club, que ma?ana inaugura su gira europea con un concierto en Madrid
[el grupo vuelve en julio para actuaciones en Matar¨® y Lanuza]. Curioso: lo que comenz¨® como una propuesta de "tango electr¨®nico" ha ido evolucionando hacia sonidos rancios. Santaolalla produce a Crist¨®bal Repetto, cuya voz suena a placa de 78 r.p.m., e incluso rescata un instrumento olvidado, el "viol¨ªn corneta".
Sonido retro
A su modo, Santaolalla siente la misma nostalgia por el sonido retro que Enrique Morente cuando produce a Estrella Morente. Explica que, al gusto por la t¨ªmbrica a?eja, se suma el deseo de enmendar d¨¦cadas de amontonamiento s¨®nico: "De los estudios salieron mezclas muy contaminadas de efectos y barullo." Por eso, explica, Bajofondo debe considerarse como un proceso en construcci¨®n: "Al inicio hab¨ªa un 70 % de programaciones. Pero ahora ya no somos verdaderamente una banda de tango electr¨®nico. Y lo de tango se nos queda corto: es m¨²sica urbana rioplatense". Santaolalla detiene unos segundos su discurso torrencial para evocar, off the record, una an¨¦cdota de John Williams, su competidor en los Oscar. Tambi¨¦n es bueno contando historias.
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