La factor¨ªa de los caprichos
Los operarios de una peque?a f¨¢brica de N¨²remberg convierten en realidad los deseos de Beckham, que cambia de botas cada partido
Una simple leng¨¹eta tiene alborotados a los empleados de una peque?a factor¨ªa de Adidas en las afueras de N¨²remberg. Es la ¨²nica pieza que les falta para rematar un par de botas de color azul el¨¦ctrico que aguardan sobre una estanter¨ªa. Y el encargo es para hoy. El cliente quiere probar el g¨¦nero antes de su pr¨®ximo compromiso. "Es el ¨²nico futbolista que exige llevar unas botas con un dise?o diferente en cada partido del Mundial. Se llama David Beckham", explica Karl Heinz Lang, capataz de la firma alemana.
La m¨¢quina bordadora comienza a agujerear la leng¨¹eta con un hilo blanco. Despu¨¦s vendr¨¢ el rojo hasta completar la bandera de Inglaterra. Por debajo, las iniciales de los dos equipos, el ingl¨¦s y el sueco, y la fecha de hoy, 20/6/2006, el d¨ªa del partido. Es lo que Beckham quiere lucir en su pie izquierdo. En el derecho llevar¨¢ el dibujo de costumbre.
"Es el ¨²nico jugador del mundo que lo hace, pero no hay problema", dice el capataz Karl Lang
Caprichos aparte, las botas del capit¨¢n de Inglaterra son las mismas que se encuentran en el mercado, confeccionadas a base de piel de canguro. "Es la m¨¢s fina, resistente y flexible a la vez", resume Lang.
La leng¨¹eta ya est¨¢ acabada. Una empleada se encarga de adherirla y coserla sobre una plantilla y s¨®lo resta encajarla en la bota. Es la ¨²ltima fase del proceso. Un veterano operario manipula lentamente una aguja mec¨¢nica y ajusta la ¨²ltima pieza. A falta de un detalle importante.
El operario busca en sus bolsillos y remueve su mesa hasta que da por fin con un mechero que emplea para quemar los hilillos sobrantes. Tarea concluida. El hombre bromea con una compa?era a quien lanza las botas por el aire y ella las atrapa como puede y responde con un chillido a modo de advertencia para que no lo vuelva a hacer.
El ambiente entre los trabajadores es distendido. Casi a diario deben lidiar con encargos de este tipo, aunque todos coinciden en que Beckham es un caso aparte. "De momento, lo llevamos bien. Otra cosa ser¨¢ si juega los cuartos de final y no sabemos con tiempo qu¨¦ poner en las botas. Pero no habr¨¢ problemas", comenta Herr Lang. En la zona de embalaje, una cuarta operaria ajusta los cordones a las botas. Tras ella, una bordadora se afana, aguja en mano, con las pr¨®ximas zapatillas que calzar¨¢ el italiano Alessandro del Piero, del Juventus.
La mercanc¨ªa est¨¢ lista para el env¨ªo. Las botas nuevas de Beckham viajar¨¢n junto a las de su compatriota Steven Gerrard y en el mismo cami¨®n que otras destinadas al portero de Alemania, Jens Lehmann. En la otra punta de la nave, un armario abierto deja a la vista decenas de botas con la inscripci¨®n de la bandera de Espa?a y el nombre de Vicente, uno de los futbolistas escogidos por Adidas como emblema para un Mundial en el que no est¨¢. Sus botas son negras.
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