Vuelve el Gran Premio
Para los aficionados h¨ªpicos espa?oles (que afortunadamente se est¨¢n multiplicando vertiginosamente desde que volvi¨® a abrir el Hip¨®dromo de la Zarzuela) la Copa de Oro siempre ha sido la de San Sebasti¨¢n y el Gran Premio -as¨ª, sin m¨¢s apellidos- siempre fue el de Madrid. Y sin embargo, hace ya 13 a?os que no asist¨ªamos a ¨¦l... A muchos de los que somos m¨¢s veteranos, el domingo nos va a dar un pellizco emotivo el coraz¨®n cuando volvamos a ver a los participantes en la pista para una nueva edici¨®n de la carrera que tanto signific¨® a?o tras a?o para nosotros: como el Arco de Triunfo para los aficionados franceses, como la Copa de Oro de Ascot para los brit¨¢nicos...
Pese al triste par¨®n de estos ¨²timos a?os y a la interrupci¨®n causada por la Guerra Civil, el Gran Premio de Madrid es la prueba h¨ªpica con m¨¢s solera, tradici¨®n y continuidad (?relativa!) de nuestro calendario turf¨ªstico: se ha disputado 75 veces y ha marcado la memoria de al menos tres generaciones de aficionados. Mi padre me contaba la primera victoria del incomparable Nouvel An, en 1919, o la de la torda Atl¨¢ntida, que siempre llegaba rematando muy de finales, cuando ya parec¨ªa imposible... Yo no olvido, ni por mis pecados dejo olvidar a los dem¨¢s, c¨®mo un d¨ªa de San Pedro y San Pablo gan¨® Todo Azul, llevando encima el peso m¨¢ximo y la magia de Claudio Carudel; c¨®mo venci¨® Lester Piggott con Tot¨¦ y se convirti¨® en mi h¨¦roe h¨ªpico de tantos a?os; y cuando alg¨²n periodista me pregunta cu¨¢l es mi recuerdo m¨¢s imborrable del m¨ªtico 1968, no le hablo de barricadas de mayo ni la imaginaci¨®n en el poder, sino que le cuento la recta final del Duque de Alburquerque sobre Tebas, alto en la tarde clamorosa y un¨¢nime de junio. Pero tengo muchos amigos m¨¢s j¨®venes para los que La Zarzuela y su nostalgia se centra en la imagen carism¨¢tica de El Pa¨ªs, triple vencedor del Gran Premio en los primeros ochenta del pasado siglo, cuando estren¨¢bamos democracia...
Y ahora vuelve el Gran Premio, que se llamar¨¢ Ciudad de Madrid y no vamos a quejarnos por ello. Ya sabemos c¨®mo est¨¢n las cosas: ?peor hubiera sido que lo llamasen Gran Premio de la Realidad Nacional de Madrid! Tendremos en la pista como siempre a caballos veteranos y potros de tres a?os, esa mezcla de generaciones en que consiste el encanto de esta carrera. Habr¨¢ quien se queje del reparto de los pesos, como es tradicional desde que tengo uso de raz¨®n, y otros comentar¨¢n que la pista est¨¢ demasiado esto o demasiado aquello, porque en tales quejas se demuestra el amor a lo que preferimos. Y veremos a Belcantista y a Baldoria, a Guadalmedina y a Tunduru, junto a Castalia con los colores de la casa de Alburquerque (que son pr¨¢cticamente iguales a los de the Queen)... Sobre ellos Jose Luis Mart¨ªnez, ?scar Ortiz de Urbina, Fayos, Jose Luis Borrego, Machado, Jarkovsky, etc... acompa?ados de jinetes franceses llegados para la ocasi¨®n. Otro Gran Premio, la tradici¨®n renovada. Y entre los espectadores habr¨¢ un ni?o o una ni?a que dentro de 30 a?os le contar¨¢ con nostalgia a su hijo: "?Sabes? ?C¨®mo voy a olvidarlo! Aquel fue mi primer Gran Premio de Madrid...".
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