Candidatos y encuestas
La defenestraci¨®n de Jaime Raynaud como candidato a la alcald¨ªa de Sevilla por el PP tiene m¨¢s que ver con lo que indican los sondeos que con el trabajo que ha desempe?ado en el ayuntamiento. S¨®lo superado en las pasadas elecciones por unos dos mil votos por parte del candidato socialista, Alfredo S¨¢nchez-Monteseir¨ªn, ha soportado una larga traves¨ªa en el desierto. Aquellos que pretenden ver en su trabajo en la oposici¨®n la raz¨®n principal de su descarte obvian lo principal y es que Javier Arenas, s¨®lo comenz¨® a acariciar la idea de una alternativa a ra¨ªz de los resultados de las encuestas que se inclinaban a favor de Soledad Becerril, la ex alcaldesa que prefiri¨® huir y marcharse a Madrid antes que verse obligada a gobernar, otra vez, con los andalucistas. Ahora la marquesa de Salvatierra se lo est¨¢ pensando, una reflexi¨®n a la que deber¨¢ unir una variable m¨¢s: el hecho de tener que asumir la responsabilidad de encabezar, de nuevo, la lista pero con un cad¨¢ver pol¨ªtico en el armario como es el caso de Raynaud. Dice que renuncia para no ser un obst¨¢culo, pero lo cierto es que con el portazo dado el obst¨¢culo sigue. Y lo peor de todo es que Arenas no ha sabido o no ha querido desactivar el problema. Con todo, de esta experiencia cabe obtener alguna que otra conclusi¨®n. La m¨¢s inmediata, hay que dudar de la palabra del presidente de los populares andaluces a quien se le llenaba la boca hablando de Raynaud como un "magnifico candidato". Est¨¢ claro ya que, a partir de ahora, cuando hable en esos t¨¦rminos habr¨¢ que entender lo contrario. Arenas reza para que la arist¨®crata acepte porque si no es as¨ª puede que le toque a ¨¦l mismo el mochuelo de presentarse a los comicios locales algo que, de llevarse a efecto, provocar¨ªa una segura crisis en el PP andaluz.
Pero, tambi¨¦n, cabe considerar lo sucedido como una escenificaci¨®n clara de lo que no se debe hacer, esto es, la utilizaci¨®n burda y sin escr¨²pulos de las personas, sin que ¨¦stas tengan derecho a su propia dignidad. Raynaud se va harto de que le ninguneen. Nunca se atrevieron a decirle, abiertamente, que no contaban con ¨¦l. Le daban palmaditas en la espalda y todo eran elogios. Y en esas estamos. Esta semana, sea quien sea el elegido, se ver¨¢ marcado por esta circunstancia. Deben aprender, igualmente, los socialistas. Lo ocurrido ha tenido la virtud de tapar la incertidumbre en la que se ven inmersos. El alcalde observ¨® con sorpresa y malestar como toda un Ejecutiva federal desment¨ªa que le respaldase como candidato.Tendr¨¢ que esperar hasta septiembre, y eso es mucho para las prisas que tiene. La dilaci¨®n en el tiempo de esta decisi¨®n se puede entender como el respeto que se ha tener a los calendarios que se marca el propio partido, pero casa muy poco con la ventaja que supondr¨ªa tener ya ¨¦sta inc¨®gnita resuelta. ?Cometer¨¢ el PSOE el mismo error que el PP? De momento, est¨¢n empe?ados en calibrar las consecuencias de un posible cambio, pero, a estas alturas de la pel¨ªcula, ese movimiento se presenta dif¨ªcil de asumir, m¨¢xime si no hay alternativas cre¨ªbles.
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