Un fin de semana libre
El municipio de Santurtzi es el ¨²nico de toda Vizcaya que ofrece un Centro de Respiro para mayores dependientes
"Dejo a mi madre entre profesionales. Me considero un hijo que se preocupa", afirma Jos¨¦, un habitante de Santurtzi que, desde hace pocos meses, ha descubierto los recursos de su municipio para las personas de la tercera edad dependientes. Su madre, Carmen, de 84 a?os, se encontraba perfectamente hasta hace tres meses. "Viv¨ªa sola, aunque cerca de nosotros. Somos tres hermanos", relata. La se?al de alarma salt¨® en la boda de su ¨²nica hija. La reacci¨®n de Carmen ante esta noticia fue "desmesurada".
"Se alter¨® much¨ªsimo. Era un evento que se sal¨ªa de su rutina normal, de su vida cotidiana, donde se manejaba segura", indica Jos¨¦. Entonces fueron descubriendo los olvidos y la regresi¨®n a su ni?ez. La llevaron al m¨¦dico, que le recet¨® una medicaci¨®n para la memoria. "Pero su demencia ha avanzado muy deprisa. Primero decidimos que durmiera en nuestras casas, pero que hiciera la vida de d¨ªa en la suya. Desde hace un mes ya no puede estar sola", comenta Jos¨¦.
"La mayor¨ªa de los que acuden aqu¨ª necesitan ayuda para ir al ba?o, para comer, para las actividades b¨¢sicas"
Los tres hermanos decidieron que viviera alternativamente con cada uno de ellos, con lo que eso supone de alteraci¨®n de la vida familiar. Como en las tres parejas trabajan ambos, Carmen iba durante la jornada a un centro de d¨ªa, de los dos de que dispone el municipio. Ahora, la familia ha descubierto el Centro de Respiro, el ¨²nico municipal en Vizcaya, abierto desde 2003.
Se trata de un lugar con servicio integral d¨ªa y noche que funciona los fines de semana y festivos. Est¨¢ ubicado en Kabiezes, en la planta baja de la residencia Nuestra Se?ora de Bego?a. Para acceder a ¨¦l hay que ser una persona dependiente mayor de 65 a?os y estar empadronado en Santurtzi. "Lo normal es que vengan el viernes, despu¨¦s de su estancia en un centro de d¨ªa y se queden hasta el lunes por la ma?ana, en que se les vuelve a llevar al centro de d¨ªa. Esto proporciona a las familias cuatro d¨ªas y tres noches de tiempo libre", explica Jordi Gir¨¢ldez, director del Centro de Respiro y de los de d¨ªa de Santurtzi.
No todos se quedan los dos d¨ªas del fin de semana. Carmen, por ejemplo, va el viernes y vuelve a su casa el s¨¢bado. Su familia a¨²n no quiere dejarla m¨¢s tiempo, aunque reconocen que es "una liberaci¨®n". "A m¨ª no me deja en paz, me persigue por toda la casa", dice Maribel, la mujer de Jos¨¦. Su marido apunta que, adem¨¢s, es ella quien se encarga de lavarla, "aunque no es su madre".
La primera vez que se qued¨® a dormir, en abril, el hijo reconoce que se qued¨® preocupado por si estaba o no tranquila. "Se me encoge el coraz¨®n al pensar que est¨¢ all¨ª tantas horas sin la cercan¨ªa de su familia", reconoce. Pero, al mismo tiempo, sabe que es lo mejor no s¨®lo para su madre, que se encuentra atendida por profesionales, sino para su vida familiar. "Nadie sabe lo que es tener a una persona dependiente hasta que lo vive", afirma.
"La diferencia entre el centro de respiro y una residencia es conceptual, algo psicol¨®gico. La gente es reticente a dejar a sus padres en una residencia, a pesar del desgaste que supone atender a estas personas. La mayor¨ªa de los que acuden aqu¨ª necesitan ayuda para ir al ba?o, para comer, para realizar sus actividades b¨¢sicas. Y, adem¨¢s, la flexibilidad de las visitas de las familias es total", indica Gir¨¢ldez. "Hay que cuidar al enfermo, pero tambi¨¦n preocuparse por los sanos", resume Jos¨¦.
De los 24 usuarios de media que registra el Centro de Respiro de Santurtzi (aunque dispone de 28 plazas de noche), la mayor¨ªa son mujeres y con demencia. "Nuestros mayores han jugado un papel important¨ªsimo en la transici¨®n, han aportado mucho a la sociedad y les debemos mucho", afirma el concejal de Bienestar Social de Santurtzi, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa. Su departamento dedica el 40% del presupuesto a la tercera edad.
Las tres diputaciones ofrecen un servicio parecido en sus instalaciones, que denominan de Estancias cortas o temporales. La filosof¨ªa es la misma: facilitar el descanso de las personas cuidadoras del enfermo o cubrir sus ausencias por motivos laborales, de enfermedad o de reuniones familiares. En estos casos, los mayores pueden permanecer hasta 30 d¨ªas seguidos en la residencia en julio y septiembre y 15 d¨ªas en agosto.
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