Del tren y el autob¨²s a la televisi¨®n

Como intendente de Asegarce, Roberto Garc¨ªa Ari?o ha vivido de cerca la evoluci¨®n de la pelota en los ¨²ltimos 15 a?os. El cambio ha sido vertiginoso: de una sola empresa en la que trabajaban todos los profesionales se ha pasado a la competencia, con jugadores con fichas altas, que se trasladan en coches de lujo y que han adquirido, gracias a la televisi¨®n, el papel de estrellas medi¨¢ticas que cuentan hasta con hinchada. "Antes, la gente llenaba los frontones, mucho m¨¢s que ahora, incluso entre semana, pero era un deporte casi de iniciados. En cambio, la televisi¨®n lo ha convertido en m¨¢s popular: ahora, todo el mundo habla de pelota", comenta.

Entonces, en los a?os setenta, los jugadores se trasladaban en tren y autob¨²s. "Para jugar un partido, te tirabas todo un d¨ªa; te pagabas t¨² el viaje, as¨ª como la ropa y las zapatillas. Pero hab¨ªa una relaci¨®n m¨¢s fraternal entre nosotros, jugabas la partida antes de salir al front¨®n, era otro ambiente". Quiz¨¢s por ese cambio hacia el individualismo, y a pesar de que se paga mejor a los pelotaris, se empieza a notar la ausencia de nuevos valores. "Hasta juveniles, hay grandes jugadores, pero luego se van retirando", dice. Quiz¨¢s esto ocurre porque es un deporte solitario y duro que no tiene una compensaci¨®n posterior en forma de diversi¨®n. "Si hubiera un tercer tiempo, como en el rugby...", apunta el pelotari de Axpe.

De momento, la pelota es el ¨²nico deporte de front¨®n que mantiene una cierta vitalidad. La pala y la cesta punta languidecen. Garc¨ªa Ari?o vuelve al argumento de la televisi¨®n. "Est¨¢ claro: la pelota a mano es agradecida para las retransmisiones, sobre todo el 4 y medio; las otras modalidades son tan r¨¢pidas que no permiten disfrutar de los partidos".